Estimado lector en el pasado mes de marzo se puso en marcha en la ciudad de México, dos juzgados concursales especializados que tienen por objetivo la principal atención en los concursos mercantiles que se presenten en todo el país.
La iniciativa del Consejo de la Judicatura Federal contribuirá a que esta figura jurídica, concebida para ayudar a las empresas que enfrentan problemas de iliquidez, sea mejor aprovechada. A la fecha, a más de veinte años de la entrada en vigor de la Ley de Concursos Mercantiles (LCM), tan sólo alrededor de 800 concursos se han iniciado, pues el desconocimiento del tema por parte de empresarios y jueces de distrito ha limitado su utilización.
Los empresarios desconocen el concurso mercantil y lo confunden con la quiebra, cuando su objetivo es precisamente el contrario, esto es, preservar a las empresas, los puestos de trabajo que generan y a las otras partes (proveedores y acreedores) con las cuales tienen relación. Por su parte, los jueces de distrito, por desconocimiento o por comodidad, desechaban injustificadamente los concursos sin valorar la necesidad que se tiene de ellos para salvaguardar el tejido económico.
Ciertamente es necesario definir si el problema que enfrenta una empresa es de solvencia o de falta de liquidez: si existe un mercado para los bienes y servicios de una empresa y ésta cuenta con los recursos físicos, técnicos y humanos para producir dichos bienes o servicios, pero no cuenta con recursos financieros suficientes para cumplir oportunamente con sus obligaciones financieras, el concurso mercantil le brinda protección judicial para negociar con sus acreedores un convenio a fin de reestructurar sus pasivos y obtener quitas y plazo suficiente para dar nuevamente viabilidad a su operación; si por el contrario, el mercado de la empresa se reduce o no se cuenta con los recursos físicos, tecnológicos o humanos para satisfacer los requerimientos del mismo, entonces el cierre de la empresa será la opción más adecuada.
El concurso mercantil es un proceso judicial poco conocido y menos comprendido, pues en muchos casos se le relaciona directamente con la quiebra de una empresa, cuando su propósito principal es justamente prevenirla. En la exposición de motivos de la LCM se destaca esta intención: “Su propósito es el de ordenar los procesos de reestructuración de empresas, buscando en primer término aprovechar la experiencia y conocimientos del empresario… coordinando los esfuerzos, proveyendo un foro donde la información fluya y que las empresas viables puedan aprovechar para reestructurarse, seguir operando y mantener el empleo.” En el artículo primero de la LCM se establece: “Es de interés público conservar las empresas y evitar que el incumplimiento generalizado de las obligaciones de pago ponga en riesgo la viabilidad de las mismas y de las demás con las que mantenga una relación de negocios.”
Se espera que la creación de estos juzgados especializados agilice la aceptación y trámite de los concursos y estimule a más empresas a buscar su protección cuando enfrentan dificultades para cumplir oportunamente con las obligaciones contraídas con sus acreedores, por lo cual si tu empresa se encuentra en problemas de liquidez no dudes en asesorarte sobre este tema.
Datos del autor:
Víctor Manuel Aguilera Gómez
Especialista de concursos mercantiles registrado ante el IFECOM
Socio del área de Concurso Mercantil
vaguilera@elizondocantu.mx