Monterrey

Luz Araceli González: El Día de la Tierra...

Pareciera que nos hemos olvidado de nuestro planeta: La Madre Tierra está en crisis

Mientras los titulares de la prensa internacional están ocupados en asuntos como la guerra ruso-ucraniana, las sanciones contra Rusia, el envío de armas así como los vaivenes de las bolsas de valores, la migración y temas asociados con la lenta transición a la tan anhelada nueva normalidad postpandemia, pocos giran su atención a un tema prioritario, el combate por el cambio climático. Pareciera que nos hemos olvidado de nuestro planeta: La Madre Tierra está en crisis.

Aprovechemos que este 22 de abril se cumplen 52 años de la instauración del Día Internacional de la Madre Tierra para, nuevamente, hacer un llamado urgente y se atiendan los grandes desafíos que estamos enfrentando por la crisis medio ambiental producto del cambio climático del que todos somos responsables.

A manera de dato curioso el primer antecedente del día de la tierra lo encontramos en 1945 cuando el Servicio de Salud Pública en Estados Unidos junto con Morton Hilbert organizaron un simposio de ecología humana para generar conciencia sobre el deterioro ambiental y cómo éste impactaba a la salud humana. Esta idea fue recogida años más tarde por el senador y activista ambiental Gaylord Nelson, quién con un nutrido grupo de universidades escuelas y centenares de comunidades impulsaron la creación de la Agencia de Protección Ambiental y con ella una serie de leyes destinadas a la protección del medio ambiente. Esta convocatoria del senador Nelson se identifica como la primera manifestación del llamado Día de la Tierra. Lo paradójico de esto es que si bien es en Estados Unidos donde se gesta esta iniciativa, hoy son los mismos Estados Unidos el segundo país que más contamina el planeta sólo antecedido por China.

La Asamblea General de las Naciones Unidas retomó esta iniciativa norteamericana y designó el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra a través de una resolución adoptada en el año 2009, no obstante desde 1972 cuando se celebró la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano en Estocolmo, ya se habían sentado las bases sobre las cuales se reconocía la interdependencia entre el planeta y la humanidad. Veinte años después, en 1992 se firmó la Agenda 21, la Declaración sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo además de la Declaración de principios para la gestión sostenible de los bosques todo esto en la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro.

Hoy son muchos los esfuerzos internacionales para generar conciencia respecto a la urgente necesidad de trabajar de manera conjunta por la protección y preservación del medio ambiente. La lista de acciones en caminadas a este fin es extensa, incluye múltiples cumbres, la firma de centenares de declaraciones, el diseño de planes, al tiempo que se han creado instancias como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). El andamiaje institucional es amplio y complejo y hoy ya suman 26 Conferencias de las Partes (COP) que son la Cumbre Anual que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. La COP 26 celebrada en Glasgow en 2021 fijó como uno de sus objetivos prioritarios dar seguimiento al cumplimiento de los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París, no obstante todos estas acciones y acuerdos, el cambio climático y sus múltiples manifestaciones se vuelven cada vez más graves.

Este día de la Madre Tierra debe ser un recordatorio y un llamado a la acción sobre la gran crisis medioambiental que vive el mundo, los medios de comunicación poco hablan de la gravedad de la contaminación de los océanos y de sus islas de basura, del calor extremo, de los incendios forestales, las inundaciones, las sequías y muchos otros efectos propiciados por el cambio climático que incluso año con año empujan a millones de personas a desplazarse generándose un nuevo fenómeno migratorio, el de los desplazados climáticos a lo que ha venido a sumarse el COVID-19 como otra dimensión de esta profunda relación entre salud y medio ambiente.

Urge llevar a cabo un cambio hacia economías más sostenibles que pongan en el centro de las acciones y preocupaciones no las ganancias del capitalismo global sino a las personas y al planeta partiendo del ideal de forjar sociedades que vivan en armonía con la naturaleza. En este aniversario del día de la tierra sumémonos al llamado que la ONU hace en su informe “hacer las paces con la naturaleza” ya que los desafíos derivados de la triple emergencia del clima, la biodiversidad y la contaminación están poniendo en riesgo la estabilidad planetaria y con ello la supervivencia de la humanidad.

Luz Araceli González U.

La autora es Doctora en Relaciones Internacionales, especialista en Asuntos Globales y Política Internacional. Profesora investigadora de la Escuela de Gobierno y Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey.

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