Monterrey

Hiram Peón: Todos los vacíos se llenan, con tu ayuda o con tu apatía

No dejemos que nos engañe el pequeño tirano que vive dentro.

Todos los vacíos se llenan.

Si se trata de opinión pública los medios se encargan de llenarlos con su propia agenda.

Si se trata de política un vacío de poder rápidamente es ocupado por algún aspirante, calificado o no, capaz o mediocre, con méritos o sin ellos, con seguidores creyentes o seguidores comprados, como sea el vacío se llena.

Si se trata de la sociedad funciona como en la física, cualquier vacío tiende a descomponer el equilibrio, se entra en un estado de entropía. Si no se hace nada para mantener el orden, la tendencia es hacia la descomposición y el caos

¿Recuerda el experimento de los carros abandonados en dos barrios, de las ciudades de Los Ángeles y Nueva York, en Estados Unidos?

El experimento social consistía en dejar dos carros abandonados, uno en un barrio rico y el otro en un barrio de evidentes necesidades sociales. Mientras el carro no tuviera señal de desperfecto era respetado, pero en cuanto se le rompía una luz trasera, o una ventanilla, por ejemplo, y esto era parte del experimento, en cuanto el vehículo mostraba un desperfecto, entonces se volvía presa del vandalismo. No se trataba de pobreza o riqueza, sino de la idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación sobre el vehículo abandonado. Esto va rompiendo los códigos de convivencia, de ausencia de ley, de normas, de reglas.

Este mismo efecto ocurre en los barrios y las colonias donde se realizan pintas y grafitis en las paredes, son muestras de desinterés. Sucede con los parques llenos de basura o con yerbas altas.

Cuando la autoridad renuncia a su responsabilidad de mantener la ciudad limpia, iluminada, con los camellones ordenados y las patrullas recorriendo la ciudad. Cuando la autoridad abandona esa responsabilidad es una invitación al caos, al deterioro.

No se requiere inteligencia social, solo un poco de interés por nuestra ciudad. Nos basta un poco de atingencia, con un minuto de observación en nuestro entorno, en la comunidad donde vivimos, y fácil nos damos cuenta.

Son vacíos que si la comunidad descuida y la autoridad no atiende, de inmediato se ocupa con venta de drogas, vandalismo, robo en casa habitación, robo de vehículos y un largo etcétera. Ejemplo, la venta de drogas en las estaciones del metro. En cuanto dejo de funcionar la vigilancia policíaca de inmediato el narcomenudeo ocupó el vacío. Pensando mal, podríamos sospechar que la vigilancia se coludió con la delincuencia y de pronto la venta se hizo con el mayor descaro.

Lo mismo sucede con las personas.

Muchos nos damos cuenta, en los momentos de soledad y de tristeza, que llevamos un vacío adentro. Es como una insatisfacción con la vida, en el trabajo o con la pareja. Es como un resentimiento con el que vivimos y muchas veces hasta hemos olvidado cuando y porque empezó. Algunos lo llenan con bocadillos nocturnos, o diurnos, y luego se convierte en ansiedad.

Lo que sucede es que buscamos llenar ese vacío interior buscando soluciones afuera.

Por otro lado, si no hacemos nada, ese vacío se hace mayor y nos puede llevar de la mano para caer en el alcoholismo o en algún problema más severo.

Me gusta pensar que cuando sentimos este vacío es como un llamado para buscar en nuestro interior la paz que hemos perdido y la solidez de espíritu que necesitamos para seguir viviendo con alegría y optimismo.

“Darnos cuenta” es la clave, preguntarnos “para que” hacemos lo que hacemos.

El vacío de una manera u otra se llenará. Se puede llenar de odio, resentimiento, desprecio, orgullo y soberbia. Este último, el pecado favorito de ya saben quién.

No dejemos que nos engañe el pequeño tirano que vive dentro. Siempre tendremos las herramientas para superar esos estados tan denigrantes de la naturaleza humana. Mantengamos la paz y la unidad de la familia. Seguramente en familia encontraremos como llenar esa ausencia de emociones positivas y podremos seguir viviendo con alegría y con fe.

Mantengamos la esperanza. Hasta la próxima.

El autor es experto en comunicación corporativa y situaciones de crisis. Cuenta con un MBA del ITESM.

Contacto:

Mail: hirampeon@gmail.com

Twitter: @Hirampeon

Hiram Peón

Hiram Peón

Politólogo de la Universidad Autónoma de Chihuahua con Maestría en Administración de Negocios del Tecnológico de Monterrey. Consultor de negocios y estrategias de comunicación.

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