Monterrey

Rafael Velázquez: La reapertura de la frontera entre Estados Unidos y México: Integración e interdependencia

Esta medida ha tenido algunas implicaciones importantes.

Luego de que se declaró la pandemia, el gobierno de Estados Unidos decidió cerrar la frontera terrestre con México a ciudadanos con visado de turistas con el propósito de evitar mayores contagios. La oficina de migración estadounidense solamente permitió el ingreso de casos con actividades que Washington consideró “esenciales”. Es decir, el cierre no fue total. Entre marzo del 2020 y octubre de 2021, el flujo transfronterizo de personas se mantuvo en niveles muy altos, principalmente de gente que trabaja en Estados Unidos y vive del lado mexicano. Además, muchos connacionales pudieron visitar ese país por vía aérea. Estas medidas permitieron que los flujos económicos y turísticos entre ambas naciones se mantuvieran en niveles aceptables.

A pesar de que fue un cierre parcial, la economía de la frontera tuvo secuelas importantes en los dos países. Por un lado, varios negocios del lado estadounidense quebraron debido a que muchos ciudadanos mexicanos, con visa de turistas, ya no pudieron cruzar para hacer sus compras. Esas empresas perdieron varios millones de dólares en ese periodo. Esta realidad demuestra el alto grado de interdependencia entre los condados y los municipios fronterizos. Incluso, las ciudades que comparten la frontera representan regiones intensamente integradas, como son los casos de San Diego-Tijuana, El Paso-Ciudad Juárez, Laredo-Nuevo Laredo, McAllen-Reynosa, entre otras.

Por el otro lado, muchas tiendas de la parte mexicana incrementaron sus ventas puesto que un número elevado de personas tuvieron que hacer sus compras en el país al no tener oportunidad de cruzar a Estados Unidos. Además, muchos estadounidenses también vinieron México para hacer transacciones comerciales debido a la cotización favorable del dólar y a los costos más bajos de los servicios médicos.

El 8 de noviembre el gobierno de Estados Unidos abrió de nuevo la frontera al tránsito de personas con visas de turistas. Esta medida ha tenido algunas implicaciones importantes. En primer lugar, la reapertura puede incrementar las compras de mexicanos en tiendas estadounidenses, lo que generará una rápida recuperación de la economía de los condados fronterizos. En segundo lugar, entre el 8 y el 16 de noviembre hubo un aumento significativo de cruces fronterizos con el efecto de incrementar los tiempos de espera en las diferentes garitas. Asimismo, los ciudadanos mexicanos con visa de turista deben comprobar que están inmunizados con vacunas reconocidas por el gobierno de Estados Unidos. El problema es que muchos de ellos tienen CanSino o Sputnik, las cuales no están autorizadas.

La reapertura de los cruces fronterizos terrestres, aún en tiempos de pandemia significó una buena noticia para ambos lados de la frontera. Sin embargo, existen algunos retos que se deben atender. Por ejemplo, es necesaria una mayor infraestructura fronteriza para agilizar los cruces. Asimismo, el gobierno de Estados Unidos debe apoyar a los ciudadanos mexicanos para adquirir vacunas autorizadas y así no frenar los flujos económicos y turísticos en ambos lados de la frontera. En concreto, las autoridades federales, estatales y municipales deben reconocer que las ciudades fronterizas representan una región integrada y que el nivel de interdependencia es mucho mayor en esas localidades. Las políticas públicas de ambos gobiernos deben ser acordes a esta realidad. De esta manera, es posible resolver los problemas compartidos y fortalecer la economía de la zona fronteriza.

El autor es profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC). Es doctor en Estudios Internacionales por la Universidad de Miami. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT y es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.

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