El sistema financiero es una compleja red de empresas, instituciones y organismos destinado a administrar eficientemente los requirimientos de liquidez de todos nosotros, participantes de una economía de mercado. Me explico: mientras algunos de nosotros tenemos recursos en exceso, que deseamos guardar para prevenir el futuro, otros enfrentamos necesidades inmediatas por esos recursos, para enfrentar alguna contingencia u oportunidad de inversión que nuestro ingreso no nos resulta suficiente. Así, ante la incapacidad de preveer perfectamente cada situación futura, el futuro y la incertidumbre juegan un papel fundamental en la planeación de la liquidez, y por tanto, en la valuación de proveerla en el mercado.
De esta forma, el valor en el mercado de contar y ofrecer liquidez es resultado de una mezcla de dos factores imposibles de separar: la valoración de ésta por representar recursos transferibles a través del tiempo (el valor del presente a futuro, y viceversa), y la valoración de la administración y planeación de la incertidumbre implícita en su adquisición, ante la incapacidad de preveer el futuro (el valor como diversificador de riesgo).
Uno de los ahorros más importantes que todos debemos pensar, es la previsión de los recursos necesarios para nuestra edad adulta, en forma de una pensión que garantice un mínimo de recurso necesario para solventar nuestras necesidades y nivel de vida en esa etapa de nuestra vida. Resulta interesante que, pese a que esa edad es una de mucha vulnerabilidad en términos de salud y de pocas (o nulas) oportunidades laborales, el ahorro para el retiro sea una variable difícil de impulsar y deba ser obligado ante la incapacidad de las personas para preveer, de manera voluntaria, por su propio bienestar.
Diversos estudios a nivel nacional e internacional han mostrado que el ahorro para el retiro es insuficiente para garantizar un nivel de vida digno y mínimo para una gran mayoría de los trabajadores, y que es prácticamente imposible mantener un nivel de vida similar al que se tenía previo a la jubilación. Esto es, posterior a la decisión de jubilarse, todos los trabajadores sufren una fuerte caída en sus niveles de ingreso, lo cual se traduce en ajustes abruptos a la baja en sus patrones de consumo y en su nivel de vida.
Una parte importante de trabajadores desempleados en México está enfrentando una crisis actual, la económica por la pandemia por COVID-19, a costo de una crisis futura, la insuficiencia del ahorro para el retiro. Ante la falta de opciones que motiven el ahorro y la ausencia de un mercado de seguros por desempleo, a lo largo de la crisis social por COVID-19 una gran cantidad de trabajadores formales han comenzado a optado por utilizar los recursos de sus cuentas de las AFORES para enfrentar sus contingencias presentes. De acuerdo con la Ley de Sistemas de Ahorro para el Retiro, los trabajadores tienen derecho a un retiro parcial de su cuenta una vez cada cinco años, aunque este monto no puede exceder del 11.5% del total administrado en su cuenta.
Por otra parte la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) reportó que de enero a octubre del presente año, los trabajadores han retirado 18.163 millones de pesos por concepto de desempleo, una cifra histórica desde que se creó el sistema de las AFORES en 1997. Según esta dependencia, el crecimiento en el retiro para el mismo periodo es de 4.6%, y aunque el ritmo de retiros se ha desacelerado en el tercer trimestre de 2021, el monto total de retiros representa una cifra récord. Por AFORE, la que encabezó los retiros por desempleo fue Azteca, con 712.3 millones de pesos; seguida de Coppel, con 480.2 millones, y Afore XXI Banorte, con 319.1 millones.
La situación no resulta halagadora ante la reducción en la tasa de creación de empleos en la economía, en donde Nuevo León ha destacado por continuar ampliando la capacidad de absorber mano de obra, a pesar de la desaceleración económica que ha detenido la parcial recuperación de la economía.
¿Qué hacer ante dicha contingencia desde un punto de vista agregado, pero considerando las necesidades de cada persona? La solución al problema del ahorro para el retiro de los trabajadores resulta complejo en el contexto actual de pandemia y aun lejos de una expectativa de crecimiento en oportunidades laborales e ingreso, pero lo cierto es que frente a la incertidumbre actual, contar con esta fuente liquidez pudo ser la diferencia para muchos trabajadores entre poder transitar en el desempleo durante esta crisis. Y ante la contingencia de una enfermedad, el pago de medicinas, cubrir los servicios básicos de una casa, o el hambre misma de una familia, ante el desempleo el futuro distante puede esperar.