Monterrey

Marco Pérez Valtier: En menos de dos años se habrá recuperado la economía

La mayoría de los pronosticadores apuntaban a que los niveles de producción previos a la pandemia, tardarían unos 4 o 5 años en recuperarse.

Cuando el INEGI empezó a revelar que el impacto de la crisis sanitaria en el crecimiento de la economía mexicana superaría el 8 por ciento en términos reales durante el año 2020, la mayoría de los pronosticadores apuntaban a que los niveles de producción previos a la pandemia, tardarían unos 4 o 5 años en recuperarse.

Estas expectativas se explicaban básicamente en dos consideraciones, la primera, era que la economía mexicana ya se encontraba en recesión desde 2019, primer año de gobierno del nuevo sexenio, desde antes de la pandemia, y la segunda, porque la tasa promedio de crecimiento real, en los últimos dos sexenios, promediaba solo poco más del 2 por ciento al año, lo que hacía difícil pensar que esa tendencia se modificara en el corto plazo.

Reforzando esa segunda consideración, se argumentaba que la Inversión, tanto pública como privada, registraba crecimientos negativos en los años recientes, lo que dificultaba generar un efecto multiplicador en la economía, que rompiera con esa tendencia de bajo crecimiento económico.

Sin embargo, es importante considerar que la reducción o la caída en la actividad económica, en esta ocasión, no se dio por el cierre definitivo de empresas, ni por el cumplimiento de un ciclo económico en los negocios, sino por una decisión autoritaria gubernamental, que ordenó el cierre temporal de actividades no esenciales, manteniendo aforos y horarios restrictivos que impactaron negativamente los niveles de la actividad económica.

Es decir, los negocios, en su gran mayoría, siempre estuvieron ahí, pero con restricciones en la producción, lo que facilita la reactivación económica al relajarse las limitaciones impuestas por el gobierno y las autoridades sanitarias.

Si bien es cierto que con motivo de los cierres programados, sí hubo bajas permanentes de alunas negociaciones, que no pudieron sobrevivir a estos cierres temporales, la verdad es que no han sido muy numerosos, y eso ha ayudado a que la recuperación económica sea más vigorosa a lo originalmente estimado.

Es decir, nos encontramos entonces ante una “recuperación” de la actividad económica previa a la pandemia, de negocios ya establecidos y en marcha, y no precisamente ante un “crecimiento” en la inversión y en el número de empresas, asociado a un crecimiento económico tradicional.

Por otro lado, estadísticamente, es más fácil “crecer” cuando se parte de una base baja de comparación, que de una base alta, lo que también ayuda a explicar el vigoroso crecimiento, de más de 6 por ciento real, que se espera para la economía mexicana en este 2021.

De tal suerte, solo faltarían como unos dos puntos porcentuales de crecimiento adicional, para recuperar el nivel de la producción registrada al arranque de este sexenio, lo cual muy seguramente ocurrirá en 2022, y regresar a la línea de salida.

Pronosticar la evolución de la pandemia para lo que resta de 2021 y el 2022, ciertamente no es una tarea fácil, y si bien la tercera ola de contagios ya muestra tendencia decreciente, nada nos garantiza que no puedan venir olas adicionales de contagio con nuevas variantes o cepas de este virus.

Lo cierto, es que la configuración de la nueva economía es diferente a la que se tenía previo a la pandemia, hay un fuerte reacomodo en los precios relativos, en los hábitos de consumo y en las estrategias de negocios, incluyendo el trabajo a distancia, por lo que aún es prematuro determinar qué tan duradero puede ser este nuevo impulso que ahora tenemos.

Estamos ante un nuevo juego de pelota, y aún no lo conocemos bien.

Marco Pérez

Marco Pérez

Economista especialista en finanzas públicas, Socio Director de Econometría Aplicada SC, Conferencista y Catedrático a nivel doctorado.

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