Monterrey

Mario Vázquez Maguirre: ¿La empresa del futuro? ¡Mira a las empresas indígenas!

Cada vez son más las voces y más enfáticos los planteamientos que exigen un modelo diferente para satisfacer las necesidades de la sociedad.

Indudablemente el planeta y sus comunidades enfrentamos un momento muy apremiante. El desastre ecológico provocado en parte por un modelo de producción poco sostenible obliga a replantear la forma como vivimos. Este modelo también ha sido señalado por exacerbar problemáticas como la desigualdad, inseguridad, pobreza, y promover una forma de vida poco digna para gran parte de la población.

Cada vez son más las voces y más enfáticos los planteamientos que exigen un modelo diferente para satisfacer las necesidades de la sociedad. Una de las partes esenciales del modelo actual es la empresa, que se destaca por su capacidad de crear riqueza; sin embargo, al mismo tiempo suele generar impactos no deseados (contaminación, sobreexplotación de recursos, precarización del trabajo, uso instrumentalista del trabajador, etc.) que terminan afectando a la sociedad y el ambiente.

¿Cómo podrían las empresas generar mayores beneficios para la sociedad al mismo tiempo que disminuyen su impacto negativo? Al preguntarnos cómo se vería la empresa del futuro, no a todos se nos ocurriría echar un vistazo a las empresas indígenas. No obstante, mediante el trabajo de documentación que suelo realizar en estas organizaciones, he descubierto que la mayoría de ellas tiene elementos relacionados con sostenibilidad y gestión humanista (trato digno) que minimizan los impactos negativos que genera el modelo de producción actual.

Las empresas indígenas nos brindan varias pistas sobre el tipo de organización que necesita el planeta y la sociedad, sin embargo, algunas de estas prácticas pudieran parecer incluso contraintuitivas a las prácticas empresariales más comunes.

¿Una empresa que invierte sus ganancias equitativamente en la dimensión social, ambiental y económica (¡imposible!)? Existe una preocupación genuina de las comunidades indígenas por preservar el ecosistema que los ha mantenido por generaciones, al mismo tiempo que mejoran sus condiciones sociales.

Esta conciencia socioambiental la trasladan a la empresa y suelen establecer políticas donde las utilidades deben servir a la dimensión social y ambiental tanto como a la económica. Esto deriva en empresas que forestan, cuidan los bosques y el agua, construyen infraestructura pública y participan activamente en los eventos culturales y religiosos de la sociedad.

¿Una empresa que privilegia la protección de la dignidad de sus empleados sobre la maximización de ganancias (¡imposible!)? Respetar la dignidad de los trabajadores asume, en primer lugar, que los individuos no son un recurso más de la empresa sino el fin de toda organización social. Muchas empresas indígenas están construidas para privilegiar el bienestar de sus trabajadores; lo que incluye el reconocimiento de la individualidad de cada persona y brindarle las herramientas para que pueda alcanzar su propia idea de bienestar.

¿Una empresa donde no se despiden trabajadores (¡imposible!)? Muchas empresas indígenas privilegian la creación de empleo y el empoderamiento del trabajador como una estrategia para que la empresa y comunidad prosperen. Uno de los gerentes que entrevisté sobre este tema me comentó: “si el objetivo de la empresa es crear empleo, despedir a un empleado es contradictorio, en su lugar buscamos un puesto o unidad de negocio diferente para que el trabajador desarrolle su potencial”. Un empleado que tiene seguridad laboral puede aportar más a la empresa y la sociedad.

¿Una empresa que contrata jóvenes sin experiencia previa o mujeres que nunca han tenido un trabajo (¡imposible!)? Documentando un caso de emprendimiento indígena en Oaxaca, me llamó la atención ver muchos jóvenes en la empresa (varios de ellos en puestos directivos).

Al preguntarle a un gerente sobre esta observación me dijo: “Aquí contratamos muchos jóvenes sin experiencia laboral ¿Cómo van a tener experiencia si nadie les da la oportunidad de trabajar?” Igualmente sucede con mujeres que nunca han tenido un trabajo formal, aquellas empresas indígenas que apuestan por empoderar a la mujer, obtienen resultados sorprendentes en términos de productividad, lealtad, y trabajo en equipo.

Si bien las empresas indígenas no están exentas de problemáticas relacionadas con innovación, acceso a mercados, y crecimiento, resulta notable que muchas de ellas han combinado los valores de la comunidad, forma de gobierno y conocimiento ancestral para desarrollar prácticas organizacionales que se acercan más al ideal de organización que necesitamos como sociedad para generar mejores condiciones de bienestar para todos, incluido el medio ambiente.

El autor es especialista en emprendimiento e innovación social, actualmente es profesor-investigador en la Escuela de Negocios de la Universidad de Monterrey.

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