Monterrey

Jorge O. Moreno: La dimensión regional de la recuperación económica parcial en México

En México, el impacto y recuperación por la pandemia han tenido también un componente importante en su dimensión regional.

A lo largo de este año y medio, el efecto de la pandemia por COVID-19 ha sido diverso pero siempre devastador a lo largo y ancho de todas las economías a nivel mundial; como consecuencia natural de lo anterior, también la recuperación económica ha tenido la misma dimensión heterogénea entre países y regiones. En el caso de México, el impacto y recuperación por la pandemia han tenido también un componente importante en su dimensión regional.

Esta semana, el Banco de México publicó su Reporte de las Economías Regionales para el trimestre Enero a Marzo del presente año, brindándonos un panorama de las fuertes variaciones que el impacto de la pandemia ha tenido en los distintos estados y regiones del país. En esta columna reflexionaremos sobre tres de los indicadores que dicho estudio nos brinda: la actividad económica general, el empleo y la inflación.

En primer lugar, los indicadores de actividad económica generales muestran el grave deterioro para las cuatro regiones estudiadas: Norte, Centro Norte, Centro y Sur. La tendencia negativa observada desde finales de 2019 tuvo una acentuada contracción en este indicador ubicando caídas dramáticas de entre el 15 y el 20 por ciento en puntos índice, durante el período de mayor contracción económica en el 2020.

Como respuesta, la recuperación posterior al gran colapso fue rápida, pero mostró una fuerte desaceleración para el último semestre, particularmente en la región Sur del país. En general, como lo hemos dicho en este mismo espacio, la recuperación global ha sido parcial, destacando la región Norte y Centro Norte, pero el camino por recorrer es largo con respecto a recuperar las condiciones de la economía previas a la pandemia.

Un segundo indicador involucra el desempeño del mercado laboral a nivel regional, en particular el referente al sector formal de la economía medido por las plazas de trabajadores asegurados en el IMSS. Al respecto, la pérdida de plazas derivada de la pandemia ha mostrado una dinámica también diferenciada en las distintas regiones del país, destacando el caso de la región Norte en donde el número de puestos afiliados en las series desestacionalizadas (esto es, ajustadas por tendencia y ciclo) muestran un indicador con ganancias en esta dimensión económica de mas de 1 punto porcentual con respecto al índice previo al inicio de la contingencia sanitaria.

Al igual que lo hemos discutido en este espacio y se ha puntualizado por otros expertos en este medio, la recuperación de empleo en la región Norte, y en el caso particular en Nuevo León, ha estado impulsada por el sector de empleos de estratos en salarios altos, que típicamente están vinculados a sectores que se sustentan en el uso extensivo de tecnologías de información. Sin embargo, en este mismo rubro, las noticias no son alentadoras pues la creación de plazas aseguradas aún dista mucho de una recuperación en las zonas Sur y Centro del país, ubicandose en alrededor de 5 puntos porcentuales por debajo de los indicadores previos al inicio de la pandemia.

Finalmente, el rubro en donde los efectos han sido también generalizados pero ninguna de las regiones ha podido recuperarse es el referente a la inflación. Como lo señala Banxico, la inflación general anual se incrementó inicialmente, pero para mayo disminuyó en todas las regiones. El repunte de la inflación no subyacente estuvo influido por el efecto aritmético de la significativa reducción en los precios de las gasolinas del año pasado que ubican este tipo de inflación en niveles de arriba del 9 por ciento, siendo más alto y acelerado en las regiones Centro, Norte y Centro Norte.

Diversos investigadores han puntualizado el hecho de las desviaciones continuas observadas en los objetivos inflacionarios de Banxico, y la necesidad de utilizar una política monetaria que evite una dinámica en expectativas que se traduzca en una mayor dificultar posterior para regresar a los niveles de inflación de la historia reciente.

Al respecto, hemos de recordar que, como lo hemos analizado en este espacio en otras ocasiones, la inflación en un fenómeno que corroe el poder adquisitivo de los ingresos, particularmente en aquellos estratos que no tienen mecanismos adecuados para poder invertir y contrarrestar la pérdida de valor del dinero ante el incremento sostenido en precios.

El camino hasta el momento nos muestra que las grandes obras realizadas en esta administración federal han sido insuficientes para fomentar un crecimiento impulsado desde la inversión pública en las regiones beneficiadas, pero que la frágil y diversa recuperación aún pende de delicados alfileres en donde seguimos al pendiente de que los indicadores de la pandemia no pierdan el aparente control sobre el cual operan, pero que no obstante, muestran aún contagios, decesos, y en otros países repuntes en los casos de transmisión.

Es muy temprano para alzar las campanas de triunfo ante la pandemia, y como lo ha mostrado el caso de Nuevo León (con el uso voluntario y casi generalizado del cubre bocas por parte de sus habitantes) las medidas de prevención seguirán siendo nuestro mejor aliado para evitar un daño mayor a nuestro capital humano, y por tanto, a nuestra economía.

El autor es Doctor en Economía por la Universidad de Chicago. Autor de diversos libros y artículos académicos.

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