Monterrey

Jorge O. Moreno: La reconstrucción del estado post-elecciones e inter-COVID19

Esta columna la escribo a unas horas de que se realicen las elecciones consideradas las más importantes de la historia reciente en nuestro estado y nuestro país. Para muchos analistas, las próximas elecciones federales son fundamentales para definir entre un voto de confianza para continuar el proyecto que desde hace 3 años inicio el presidente Andres Manuel López Obrador con las consecuencias que eso conlleva, o crear un contrapeso político que desde el poder legislativo enriquezca las opciones de política pública que requiere el país, cambiando el rumbo actual. Por otra parte, dentro del estado de Nuevo León, los resultados de las elecciones estatales también habrán define el rumbo inmediato de la entidad, en términos de las alternativas de gobernanza y política pública, afectando nuestro futuro como ciudadanos.

Claramente, quien sea elegida o elegido nuevo gobernadora (ó gobernador) del estado enfrenta una cantidad importante de retos que habrán de equilibrar la política pública interna con la delicada (pero también deteriorada) relación que el estado guarda, al menos desde lo financiero y económico, con el gobierno federal.

Reflexionando desde el ámbito económico y financiero local, en esta columna presento algunas ideas que considero habrán de ser el fundamento de la política pública que quien sea electa (electo) deberá considerar para continuar la reconstrucción del estado, tomando en cuenta que la crisis pandémica por COVID-19 aún es un problema vigente a nivel mundial.

Tomemos como base el hecho de que el estado de Nuevo León ha mostrado razgos distintivos con respecto al resto del país en últimas fechas. La recuperación acelerada de empleos de alta productividad, el crecimiento en la inversión directa, así como la rápida integración de las mujeres en el mercado laboral, todos documentados en los datos oficiales del INEGI y en estudios académicos realizados por diversos autores, muestran que el dinamismo del estado lo coloca a la vanguardia del desarrollo inter-COVID-19 del país.

Este dinamismo y recuperación en el estado no debería asombrar a quienes han dado seguimiento al progreso de la pandemia en la entidad desde el año pasado. La implementación de las medidas de confinamiento, la coordinación del sistema de salud en el estado, la constante información provista desde la Secretaría de Salud, y el manejo prudencial de las finanzas públicas (aún con las enormes limitaciones que enfrenta) fueron parte fundamental en contener del daño que la pandemia ocasionaba y que pudo costar miles de vidas de no haberse adoptado. Las políticas públicas anteriores fueron acompañadas por una poderosa y responsable sociedad civil que, en su mayoría, adoptó el uso de cubrebocas y la sana distancia, y adaptó su comportamiento para hacerse resposable de su salud y la de sus seres queridos. En otras palabras, los resultados que se observan en el estado no son obra de la casualidad, sino la alineación de una política pública relativamente efectiva, y una sociedad civil participativa y responsable.

A pesar de lo anterior, quien resulte electo para gobernar la entidad, tiene al frente como primer reto el consolidar un estado de derecho, legitimando su triundo, y favoreciendo la cohersión social posterior a las elecciones, consolidando con un gabinete sólido su plan de desarrollo de corto y largo plazo.

Posterior a lo anterior, la gobernadora o gobernador electo, deberá implementar de mandera inmediata un plan de reactivación que construya la reapertura gradual de la economía basada en los tres ejes de desarrollo requeridos de manera expedita en la región: el transporte, la educación, y por supuesto, la salubridad y el sistema de salud público. Como lo hemos discutido, la movilidad y conexión de los habitantes es un tema que habrá de incrementarse exponencialmente en próximas fechas, por lo que contar con un medio de transporte seguro será crucial para tal fin.

Por otra parte, el enorme rezago, cuya profundidad aún desconocemos, en los niños que han quedado exlcuidos de la eduación básica, así como las necesidades de las escuelas en los próximos meses, son junto a la inversión en la salud pública, una inversión que si bien no será lucida como una presa, son fundamentales para empezar a reconstruir el deteriorado capital humano de la sociedad.

Finalmente, el manejo prudencial de las finanzas públicas habrá de encontrar en el sector privado los mecanismos que permitan reactivar la inversión en otras obras de infraestructura pública, uno de los rubros más castigados en la región desde que comenzo la administración federal vigente.

En conclusión, los primeros días posteriores a las elecciones serán de vital importancia para garantizar una transición ordenada, definir objetivos claros, y consolidar el desarrollo del estado, al margen de los resultados que estas complejas elecciones puedan tener en el ámbito federal y a nivel nacional.

Doctor en Economía por la Universidad de Chicago. Autor de diversos libros y artículos académicos. Ha recibido múltiples reconocimientos nacionales e internacionales por su trabajo académico y de investigación. Actualmente es Profesor-Investigador de la Facultad de Economía UANL.

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