Millonarios

No culpes a la noche, culpa a las sanciones: Millonarios rusos evitan Ibiza para cuidar sus yates

Desde que la ‘lluvia’ de sanciones anunciadas contra Rusia, los oligarcas de ese país han evitado llevar sus barcos al mar Balear.

Los magnates rusos se están alejando del mar Balear este año, generalmente un destino vacacional favorito entre las soleadas islas españolas famosas por sus clubes nocturnos y vida festiva, para evitar que les incauten sus megayates.

Conocida por las islas turísticas de Mallorca e Ibiza, solo un barco vinculado a un magnate ruso sancionado fue visto en la región durante esta primavera después de que Rusia invadió Ucrania y se impusieran sanciones a millonarios rusos, esto de acuerdo con un análisis de Spire Global, firma que proporciona datos de inteligencia marítima, hecho para Bloomberg News.

El mar Balear es una zona ‘traicionera’ para los oligarcas, ya que España, Italia y otros gobiernos se han movilizado para apoderarse de megayates, villas y riquezas como forma de castigar a los magnates rusos cercanos al presidente Vladimir Putin. Ya se han incautado más de una docena de yates con un valor de más de 2 mil 250 millones de dólares.

“Todos los rusos ricos que poseen un megayate, incluso si no están en las listas sancionadas ahora, definitivamente lo pensarán dos veces antes de trasladar sus yates a Mallorca, Ibiza o cualquier lugar de Europa”, opinó Denis Suka, un influencer conocido como Yacht Mogul.

“La lista de sanciones es cada vez más grande y larga. No es seguro para ningún oligarca ruso”, subrayó.

¿Qué megayates han sido ‘arrancados’ a los oligarcas rusos?

España confiscó en abril el superyate Tango de 95 millones de dólares vinculado a Viktor Vekselberg en nombre de EU mientras estaba en Mallorca. Al menos otros tres barcos, incluido el Lady Anastasia que también estaba en Mallorca, han sido incautados por el gobierno español.

Eso provocó que los megayates conectados con oligarcas y magnates en las listas de sanciones se mantuvieran alejados del mar Balear, una parte del mar Mediterráneo ubicada entre el este de España, el sur de Francia y la isla italiana de Cerdeña.

“Ibiza y Mallorca son los destinos favoritos de los rusos con dinero”, dijo Suka. “En verano, Ibiza es el ‘centro’ de las fiestas las 24 horas del día, los 7 días de la semana, pero ningún ruso llevará sus yates allí ahora”, adelantó.

De las tres docenas de barcos de rusos sancionados rastreados por Spire, el único que se adentró en esas aguas fue Solaris, vinculado al multimillonario Roman Abramovich. El barco estaba anclado en Barcelona cuando Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero y salió rápidamente de la región días después, según los datos del barco compilados por Bloomberg.

Oligarcas rusos tienen miedo

Durante el pico de las vacaciones de primera de marzo y abril de 2019 a 2021, al menos nueve megayates vinculados a magnates en la lista de sanciones a Rusia se detuvieron en el Mar Balear, a menudo en múltiples visitas, según el análisis de Spire, incluyendo a Graceful de 100 millones de dólares que ha estado vinculado a Putin, y el Dilbar de 750 millones de dólares del multimillonario de metales Alisher Usmanov, ahora incautado.

Desde que comenzó la guerra, los lujosos ‘palacios flotantes’ se han dispersado hacia destinos menos propensos a apoderarse de los barcos. En la parte superior de esa lista se encuentran las aguas del mar de Laquedivas, que limita con las islas tropicales de las Maldivas.

Al menos cinco megayates han buscado la seguridad de las Maldivas y las aguas circundantes, incluido el Nord de 500 millones de dólares, vinculado al multimillonario del acero Alexey Mordashov. El Nord se detuvo brevemente en Sri Lanka en marzo mientras navegaba hacia la seguridad del puerto ruso de Vladivostok.

“Los yates parecen estar buscando jurisdicciones cómodas donde puedan esconderse como Seychelles, Maldivas, Dubai, Fiji, esperando que estén lo suficientemente lejos del alcance de las sanciones”, apuntó Ian Ralby, director ejecutivo de I.R. Consilium, una consultoría de seguridad marítima. “Están descubriendo que realmente no hay un refugio seguro y cómodo para ellos”.

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