La incertidumbre provocada por la guerra arancelaria, sumada a los cambios en los hábitos de consumo y el encarecimiento de algunos insumos, sitúa a la industria del juguete en México ante un horizonte complejo. El sector proyecta un ‘raquítico’ crecimiento de apenas 2 por ciento para este año, acompañado de un aumento de precios que podría alcanzar hasta el 35 por ciento rumbo a 2026.
Miguel Ángel Martín González, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete (AMIJU), advirtió sobre la volatilidad que enfrenta el gremio.
“Esto de los aranceles nos ha dejado una incertidumbre total porque de repente empieza a crecer un poquito la industria y entran en vigor aranceles o el señor Donald Trump aparece con alguna noticia y decrecemos. Vivimos en una incertidumbre muy grande”, advirtió Martín González.
La AMIJU prevé que el aumento de aranceles —de entre 5 y 50 por ciento a 79 fracciones arancelarias de plásticos y 37 de juguetes importados de países sin tratado comercial que entrarán en vigor a partir del 1 de enero de 2026— golpeará la producción nacional, elevando costos y afectando mayoritariamente a las pequeñas y medianas empresas.
Actualmente, la industria del juguete depende del exterior: el 53.3 por ciento de los insumos son importados, frente a un 46.7 por ciento de origen nacional.
El organismo que agrupa a 38 asociados (representando el 80 por ciento de las ventas nacionales), alertó además sobre el estancamiento en la relación con el sector público.
Proyectos clave, como el Hub Juguetero en Monterrey, Nuevo León —planeado desde la administración de Andrés Manuel López Obrador para desarrollar proveedores de resinas, empaques y baterías—, no han visto la luz.
“Teníamos algunos programas que trabajamos con la Secretaría de Economía y por toda esta incertidumbre se han congelado. Mientras no se defina que pasará con el T-MEC, no vamos a tener una definición. En la Secretaría de Economía, siempre le ha brindado apoyo a la industria, pero de un año para acá nos la han negado, pero totalmente”, señaló Martín González en entrevista con El Financiero.
Esto se refleja en la escasez de anuncios de inversión privada del sector. En abril de este año Lego informó de un proyecto de 508 millones de dólares para ampliar su planta en Ciénaga de Flores, Nuevo León, mientras que en el 2022, la trasnacional Matell comunicó que desembolsaría mil millones de pesos en 2022 en la ampliación de su fábrica en Escobedo.

Desafío digital y los nuevos canales de venta
El mercado enfrenta una transformación estructural. Según el presidente de la AMIJU, las nuevas generaciones priorizan tabletas y celulares, reduciendo el ciclo de vida de los juguetes tradicionales en anaquel a solo ocho semanas debido a la rapidez con la que cambian las preferencias.
Datos de la consultora de mercado NielsenIQ México revelan que, si bien la industria crecerá marginalmente en su conjunto, las ventas en autoservicios cayeron 4.6 por ciento a octubre pasado respecto al 2024. En contraste, el comercio electrónico crece a un ritmo anual del 30 por ciento (con datos a agosto).
“El reto para el autoservicio es sin duda la competencia con el e-commerce y específicamente con los pure players, por lo que deben de montarse a esta tendencia, aunque sin duda los tiempos de entrega y los costos de los mismos es un reto”, afirmó Laura Calderón, líder de Customer Success Retail Vertical para NielsenIQ México.
La especialista agregó que el canal digital concentra su fuerza en la segunda mitad del año. Durante semanas como el Buen Fin o el Cyber-Monday, las ventas de juguetes llegan a duplicar las de una semana promedio, y en diciembre se incrementan cerca de un 40 por ciento frente al promedio anual.
Las grandes compañías resienten el entorno. Mattel reportó en el tercer trimestre de 2025 una caída del 6 por ciento en ventas y un desplome del 50 por ciento en su margen bruto, golpeada por el tipo de cambio, la inflación y costos arancelarios. Aun así, su CEO, Ynon Kreiz, mantiene el optimismo: “De cara al resto del año, esperamos una buena temporada navideña y un sólido crecimiento en ingresos en el cuarto trimestre”.
Hasbro logró aumentar ingresos 7 por ciento en los primeros nueve meses del año, impulsada por un crecimiento del 33 por ciento en el Digital Gaming, lo que compensó la caída de 9 por ciento en productos de consumo tradicional.
La tendencia es clara: según Walmart Data Ventures, los videojuegos crecen 10 veces más rápido que los juguetes tradicionales, consolidándose como la categoría más dinámica con un avance superior al 25 por ciento. El gasto promedio en videojuegos asciende a 2 mil 800 pesos, frente a los 400 pesos de los juguetes clásicos.
“Aunque la tecnología gana terreno, las muñecas y figuras de acción mantienen su relevancia gracias a la combinación de nostalgia y novedad, de aquí que las colaboraciones con franquicias icónicas y tendencias actuales garanticen que se mantengan como un básico en el carrito de compras”, según datos de Walmart Data Ventures.







