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Ingenieras mexicanas consolidan en supermercados una crema de cacahuate saludable

Sofía y Caticu Elizondo crearon hace cerca de ocho años M de Maní, compañía que busca explotar las nueces en sus distintas variedades.

Hace ocho años, Sofía y Caticu Elizondo tuvieron la idea de potencializar el uso del maní e iniciaron un proyecto en el que se favorecieron de sus estudios como ingenieras de alimentos para crear un producto natural y saludable.

Con la ayuda económica de amigos y familia, y posteriormente un préstamo bancario, trabajaron cinco años sin salario hasta que formaron un equipo que no rebasa a los 10 trabajadores para que M de Maní llegara a los pasillos de los supermercados. Durante los primeros años, sus ganancias fueron invertidas para crecer siempre pensando en su responsabilidad y necesidades, que iban acordes a un mercado en tendencia que buscaba menos azúcar y grasas artificiales con un sabor que nutra.

Es difícil conseguir trabajo de ingeniera en alimentos en empresas que ofrecen algo nutritivo; la mayoría vende chatarra. Teníamos la espinita de que queríamos hacer algo con lo que sentirnos orgullosas y que aportara algo sano para los consumidores”, dijo Sofía en entrevista con El Financiero. “No hicimos un estudio de mercado como tal, pero sí mucha investigación en otros países. En México estamos muy mal, hay mucha oportunidad de mejorar nuestros hábitos”, añadió Caticu.

Desde su punto de vista, la industria de alimentos en el país abarata los precios de la mayoría de sus productos para que sean consumibles, lo que implica que lo procesado es diluido con otros ingredientes. Aunque una de las mayores dificultades a las que se han enfrentado es el alto costo del maní, afirman que la calidad es algo a lo que el público le ha estado dando más importancia durante los últimos años.

“Vemos que la gente empieza a cambiar la mentalidad de ahorro, lo que me voy a terminar gastando en inyecciones de diabetes o lo que me puede dar por comer mal, para manejar las finanzas donde ahora me conviene invertir un poco más en lo que como”, contaron.

En el marco del Día Internacional de la Mujer Emprendedora, que se celebra el 19 noviembre, su empresa apareció en el especial de mujeres emprendedoras de Shark Tank México, en el canal Sony, en donde lograron vender el 21% de M de Maní a tiburones como Marisa Lazo, Ana Victoria García y Rodrigo Herrera por 2 millones 600 mil pesos.

“Estudiamos demasiado. Salí tranquila porque vieron el esfuerzo que hay detrás, que estamos enamoradas del producto y tenemos experiencia. Rodrigo es el símbolo de lo saludable y tenemos que luchar en las mentes de los consumidores para que sepan que esta crema de cacahuate no es chatarra; tenerlo en la bolsa era esencial. Somos fans de la historia de Marisa y la conexión es muy obvia porque tiene una historia parecida a la nuestra con un éxito envidiable”, expresaron.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (INEGI), solo el 19% de los emprendedores son mujeres. Es por ello que ambas compartieron los retos a los que se han enfrentado por su género, como comentarios sobre preguntarle a otros hombres (como su papá o esposo) sobre qué opinan de las decisiones del negocio o sentir que las trataron distinto cada vez que llegaron a comprar materias primas a la Central de Abastos.

El ser mujer afecta cada parte del proceso. Cuando empezamos teníamos 23 años, nadie nos soltaba un peso. Afecta en términos de crédito, nos costó que nos prestaran. Nos decían que cuando fuéramos a vender a las cadenas de autoservicio nos atenderían señores y nos aconsejaban que para tener una buena relación debíamos invitarlos a cenar; hacer esa relación en términos de género y edad está raro. Hemos tenido suerte que nos han tocado casi puras mujeres, pero si hubiera sido hace diez años probablemente sería un panorama diferente”, aseguraron.

Al llegar la pandemia causada por la COVID-19, tuvieron que sacar a flote su creatividad y los enlaces con los proveedores, además de adaptar sus ventas al método online debido a que los usuarios dejaron de salir a hacer sus compras. Su empresa es un ejemplo de que, aun extendiendo los tiempos de entrega, la incertidumbre y el desabasto o la subida de precios en productos y servicios como el vidrio, el cartón o el gas, se mantienen positivas a seguir creciendo y ganándose un lugar entre los consumidores ya que este año apuestan por una ganancia que ronda los 20 millones de pesos.

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