La Asociación Mexicana de Bebidas (MexBeb) expresó “sorpresa y profunda preocupación” ante la propuesta de aumentar un 87 por ciento la cuota del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a bebidas saborizadas, incluido el refresco, y advirtió que la medida repercutirá en aumentos de costos para los consumidores.
La medida, incluida en el Paquete Económico 2026, contempla elevar la tasa a 3.08 pesos (casi 0.15 dólares) por litro de refresco, un aumento de 87 por ciento, además de aplicar un nuevo gravamen a las bebidas con edulcorantes no calóricos.
En un comunicado, el organismo señaló que el incremento encarecerá los precios al consumidor entre 10 y 15 por ciento, lo que impactará especialmente a los hogares de menores ingresos.
“Se trata de un impuesto altamente regresivo”, advirtió MexBeb, al recordar que las familias con menos recursos destinan hasta tres veces más de su gasto proporcional a refrescos y bebidas saborizadas que los hogares con mayores ingresos.
La asociación también cuestionó la eficacia de la medida como política de salud, pues recordó que, según evaluaciones de las Naciones Unidas (ONU) y sus agencias, los impuestos a refrescos no han demostrado reducir la obesidad ni modificar de manera significativa los patrones de consumo.
Además, subrayó que las bebidas saborizadas representan menos del 5 por ciento de la ingesta calórica total en México, mientras que el resto proviene de otras fuentes no gravadas.
En este sentido, la Secretaría de Hacienda ha advertido que no es una medida recaudatoria, sino de prevención y atención a fenómenos sociales, con la cual busca ampliar los recursos destinados a salud.
Según estimaciones de Hacienda de México, el incremento de 1.6451 a 3.0818 pesos por litro de refresco generaría cerca de 41 mil millones de pesos (unos 2 mil 50 millones de dólares).
En materia económica, MexBeb alertó sobre riesgos para el empleo y la inversión, toda vez que estimó que podrían perderse hasta 150 mil puestos de trabajo directos e indirectos en los próximos cinco años y que más de 1.2 millones de tiendas de barrio, donde los refrescos aportan alrededor del 30 por ciento de las ventas, se verían seriamente afectadas.
“(El alza) reducirá el poder adquisitivo de los hogares al encarecer la canasta básica; desincentiva la inversión y producción con un efecto recesivo que limitará el crecimiento económico del país”, advirtió.
La industria recordó que en la última década ha reducido 30 por ciento las calorías en promedio de sus productos y que más del 55 por ciento de su portafolio corresponde a bebidas sin azúcar o con bajo contenido calórico.
“Refrendamos nuestro interés y disposición al diálogo abierto y constructivo con las autoridades y el Congreso, para encontrar alternativas integrales y efectivas, sustentadas en la ciencia y evidencia”, concluyó.






