La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos emitió este miércoles una alerta por tormenta solar originada por una llamarada solar.
A las 14:00 GMT (hora media de Greenwich), el Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA informó una alerta por una emisión de radiación de tipo II, la cual se produce “en asociación con erupciones en el sol e indican típicamente que una eyección de masa coronal está asociada con una llamarada solar”, según el aviso.
La llamarada, una breve explosión de radiación en la superficie del sol, se originó a las 13:33 GMT, según el comunicado. El informe indica que generó una onda de radiación con una velocidad estimada en 893 kilómetros por segundo.
A las 14:01 GMT se emitió una segunda alerta por emisiones de tipo IV, las cuales “ocurren en asociación con erupciones importantes en el sol y generalmente están asociadas con eyecciones de masa coronal intensas y tormentas de radiación solar”.
¿Qué podrían provocar las tormentas solares?
Las tormentas solares implican una perturbación del campo magnético de la Tierra debido al material que expulsa el sol. Ese material electromagnético puede afectar tecnologías e infraestructuras básicas, desde sistemas GPS hasta generar interferencias y cortes en sistemas de radio de alta frecuencia o en los empleados para la aviación.
Aunque no se registra un efecto aparente en la salud humana, también pueden llegar a afectar el funcionamiento de los satélites que orbitan alrededor del planeta. En casos extremos pueden dañar transformadores en redes de alta tensión y provocar apagones a gran escala.
Además, pueden generar el fenómeno atmosférico conocido como aurora boreal en latitudes poco frecuentes, lejos de los polos.
¿Cuándo fue la anterior tormenta solar registrada?
Hace poco más de un mes, el 12 de noviembre, se registró una ‘severa’ tormenta solar que golpeó el campo magnético de la Tierra.
La NOAA informó entonces que el origen de la tormenta solar había comenzado varios días atrás en niveles de alerta menores.
Poco después, el 30 de noviembre, se emitió nuevamente una alerta tras una erupción solar registrada. De acuerdo con algunos medios, el fenómeno provocó interrupciones momentáneas en las comunicaciones por radio en Australia y algunas zonas del sureste del continente asiático.







