No ha habido el mínimo esfuerzo por explicar la magnitud de la tala de árboles y mucho menos el destino de las maderas preciosas.
Los incendios forestales acaban con cientos de hectáreas de árboles y pastizales cada año, mientras que la recuperación tarda muchos años o incluso décadas.
Las penas aumentan si los daños por la tala se llevan en áreas naturales protegidas.
La falta de lluvias ha sumido a los árboles donde las mariposas monarca se reúnen en un estrés hídrico que los hace más vulnerables a enfermedades.
La tala de árboles representa una de las principales amenazas para los espacios verdes de la CDMX.
La Fiscalía General del Estado realizó un acuerdo reparatorio por el delito de ecocidio en la modalidad de incendio forestal.
Desmonte de vegetación y cuencas hidráulicas es evidente ante el explosivo desarrollo inmobiliario.
Autoridades de Kantunilkín, en el municipio del Lázaro Cárdenas, al norte de la entidad, decomisaron un cargamento con maderas preciosas de alto valor.
El decomiso de 4 mil 744 metros cúbicos de pino se realizó en la localidad de Rincón de Soto del municipio de Áporo.
El gobernador Jaime Rodríguez explicó que los recursos forman parte de las compensaciones ambientales que aportan las empresas constructoras.