Aunque las reaperturas en todo el mundo se ven atenuadas por nuevas olas de COVID, esto cambiará considerablemente en la segunda mitad del año, afirma el estratega financiero Jens Nordvig.
La relajación monetaria de los principales bancos centrales y menores tensiones comerciales impulsaron la compra de bonos y acciones de las economías emergentes en el último trimestre.
Las economías emergentes son más optimistas hacia la desaparición del dinero físico, en tanto que las naciones desarrolladas son menos receptivas a ese cambio.
Macario Schettino escribe que la estabilidad que ha caracterizado a México en lo que va del siglo tiene un signo de duda en estos momentos.
Mayor crecimiento económico, menor desempleo y un repunte de la inflación, se reflejan en el mercado de bonos de EU con una caída de 3.9% en el precio del referencial a 10 años.
Luego de la crisis de 2008, la sólida recuperación de Estados Unidos impulsó el S&P 500 a pagar un rendimiento de 254 por ciento, superior a cualquier mercado emergente.