Tenemos un gigantesco interruptor que podemos activar y de inmediato detener la crisis climática que nos amenaza.
El llamado agujero de ozono, que aparece cada año durante la primavera austral, creció considerablemente durante la última semana después de haber tenido un inicio promedio.
Científicos han descubierto que la atmósfera se contrae a una velocidad entre 152 y 198 metros por década.
Son el resultado de la acción combinada del sol, el agua y el viento: el principal fenómeno atmosférico visible.
Los niveles de CO2 en la atmósfera alcanzaron un aumento histórico, pese a las medidas de confinamiento por la pandemia.
Jorge Berry indica que no hemos sido capaces, como especie, de enfrentar el cambio climático con soluciones reales y tampoco hay voluntad para hacerlo.
En el quinto mes del año, el nivel de dióxido de carbono registró un nivel de 411.25 partes por millón en este mes.