En el entorno de incertidumbre y de tensiones comerciales a nivel global, la economía mexicana dejó ver una renovada debilidad en el tercer trimestre de 2025, según datos preliminares incluidos en la estimación oportuna del PIB.
En el periodo julio-septiembre, la actividad económica de México arrojó una contracción trimestral de 0.3 por ciento.
De acuerdo con las cifras del INEGI, fue el primer desempeño negativo del PIB después de dos trimestres consecutivos de crecimiento.
Entre julio y septiembre, el PIB oportuno de las actividades primarias, que están representadas por el sector agropecuario, se incrementó 3.2 por ciento trimestral, producto de condiciones climáticas más favorables en ese periodo.
El PIB de las actividades secundarias o industriales se contrajo 1.5 por ciento trimestral, la mayor caída desde finales de 2024, y el de las actividades terciarias, donde están el comercio y los servicios, creció un marginal 0.1 por ciento en el tercer trimestre, acercándose al estancamiento.
De lo anterior se desprende que la contracción de la economía mexicana, ya esperada por los analistas, fue propiciada por la marcada debilidad de la actividad industrial, que revirtió su avance de 0.7 por ciento en el trimestre previo.
Su mal desempeño proviene particularmente del sector de la construcción y de la industria manufacturera.
Según la Secretaría de Hacienda, la disminución trimestral de 0.3 por ciento que registró la economía es “debido a la menor actividad en sectores más expuestos a las nuevas políticas comerciales, así como a disrupciones de oferta asociadas a lluvias y bloqueos que afectaron los servicios de transporte y alojamiento”.
A tasa anual, es decir, contra el tercer trimestre de 2024, también sobre la base de cifras con ajuste estacional, la economía nacional igualmente decreció 0.3 por ciento, después de que en el periodo abril-junio anterior repuntó 1.6 por ciento anual.
Se trata del primer descenso anual del PIB desde el trimestre inicial de 2021, hace cuatro años y medio.
De manera acumulada en los nueve meses, es decir, en el periodo enero-septiembre de este año, el PIB oportuno se incrementó 0.5 por ciento con relación a igual lapso de 2024, permitiendo que la economía siga a flote.
Con cifras originales, esto es, sin ajuste estacional del PIB, la actividad económica de México declinó 0.2 por ciento anual en julio-septiembre, dato precedido de un nulo crecimiento en el segundo trimestre, cuando la variación del PIB fue de cero por ciento.
En opinión de Felipe Hernández, economista de Bloomberg Economics, “el impacto de los aranceles estadounidenses finalmente se reflejó en los datos de crecimiento de México, afectando gravemente a la industria y las exportaciones en el tercer trimestre”.
En un comentario sobre la estimación oportuna del PIB, expuso que “la contracción también puso de manifiesto el deterioro de las condiciones del mercado laboral y la disminución de las remesas, lo que impactó negativamente en los servicios y la demanda interna”.
Además, “México enfrenta restricciones fiscales, políticas gubernamentales nacionalistas e incertidumbre comercial”, advirtió Hernández.
Al respecto, Janneth Quiroz, directora de Análisis Económico, Cambiario y Bursátil de Monex, afirmó en entrevista que “sabíamos que este 2025 iba a ser un año complicado y retador, en donde los esfuerzos (del gobierno) para hacer una consolidación fiscal iban a tener seguramente un impacto en la actividad económica”.
Si a esto se agrega la incertidumbre en torno a los aranceles impuestos por Donald Trump, “el resultado es un crecimiento de apenas 0.2 por ciento en los tres trimestres que van de este año, que para todos los fines es más bien un escenario de estancamiento de la economía”.
La estimación oportuna del PIB deja ver que no sólo la economía mexicana interrumpió su recuperación, sino que todavía enfrenta riesgos significativos a la baja, por lo que podría crecer menos de lo que estima el consenso de analistas para todo 2025, que según la Encuesta Citi de Expectativas es un modesto 0.5 por ciento.