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El ‘encanto’ del peso mexicano

Si bien los fundamentos macroeconómicos sólidos contribuyen al desempeño relativamente favorable del peso, también responde al amplio diferencial de tasas de interés con EU.

El comportamiento del peso mexicano va más allá de mantenerse relativamente fuerte frente al dólar estadounidense.

Su desempeño positivo no sólo es comparado con otras monedas de mercados emergentes y Latinoamérica, sino también con divisas de economías avanzadas.

En el mercado cambiario, el tipo de cambio se ubicó en 19.45 pesos por dólar el lunes 7 de noviembre, su menor nivel desde principios de marzo de 2020, antes de la llegada de la pandemia a México.

Esa cotización representó una apreciación de 5.2 por ciento respecto al nivel observado al 31 de diciembre de 2021, según datos del Banco de México.

Desde el pico de 25.16 pesos alcanzado a finales de marzo de 2020, al inicio de la emergencia sanitaria en el país, la moneda nacional ha recuperado 5.6 pesos en la paridad con la divisa estadounidense.

De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, “el peso mexicano tiene un comportamiento favorable debido al buen desempeño de la economía y los sólidos equilibrios macroeconómicos”.

Adicionalmente, “la postura monetaria del Banco de México en relación con la Fed mantiene diferenciales históricamente altos, esto aunado a los niveles históricos alcanzados por las exportaciones manufactureras y los ingresos por remesas e inversión extranjera directa”.

Si bien los fundamentos macroeconómicos sólidos contribuyen al desempeño relativamente favorable del tipo de cambio, la resiliencia del peso también responde al amplio diferencial de tasas de interés con Estados Unidos.

Hasta antes del miércoles de la semana pasada, el diferencial entre las tasas de referencia de México y EU estaba en 600 puntos base o en seis puntos porcentuales, prácticamente en niveles máximos históricos.

Pero, como se recuerda, ese día la Fed aumentó por cuarta vez consecutiva en 75 puntos base –tres cuartos de punto– el rango objetivo para su tasa de referencia, ubicándolo entre 3.75 y 4.00 por ciento, al reiterar su compromiso con la estabilidad de precios en la economía estadounidense.

Temporalmente, este incremento implicó una reducción del diferencial de tasas con EU a 525 puntos base.

A finales de esta semana, el diferencial volverá a abrirse a 600 puntos base, pues se anticipa que mañana Banxico también incrementará su tasa de referencia en 75 puntos base, en línea con la decisión de la Fed.

Todos los analistas encuestados por Citibanamex esperan que Banxico eleve la tasa de referencia a 10 por ciento desde el nivel actual de 9.25 por ciento.

Mientras que para finales de 2022 anticipan una tasa de 10.5 por ciento, lo que implica un aumento adicional de 50 puntos base –medio punto– en diciembre.

Un diferencial de tasas cercano a 600 puntos base es determinante para contribuir al buen desempeño del peso.

Otros factores que contribuyen a la fortaleza del peso son el buen desempeño de las exportaciones –sobre todo manufactureras– y los elevados niveles de las remesas.

En septiembre, mientras las exportaciones rebasaron los 52 mil millones de dólares por primera vez en un mes, los flujos de remesas superaron los 57 mil millones en los últimos 12 meses.

A pesar de los episodios de volatilidad recientes por factores externos, el mercado cambiario sigue operando con resiliencia al mantener buenas condiciones de liquidez y profundidad, así como una ágil transaccionalidad.

Según Banxico, basado en la encuesta trienal de los bancos centrales que realiza el Banco de Pagos Internacionales, la operación promedio global diaria del peso mexicano alcanza ya 114 mil millones de dólares.

Quiere decir que las operaciones cambiarias del peso contra el dólar en un día superan lo que, conjuntamente, suman las exportaciones en un mes y las remesas en un año.

Aunque, presionado por la volatilidad asociada a las elecciones intermedias en Estados Unidos, el peso cedió terreno ayer tras varios días de ganancias, se prevé que los resultados electorales tendrán un impacto temporal y limitado en el tipo de cambio.

Más bien, no se descarta una depreciación moderada del peso frente al dólar en 2023 por la previsión de un ciclo prolongado de alzas de tasas de la Fed, como anticipa el banco suizo UBS.

Pero no hay nada en el panorama que advierta sobresaltos mayores de la moneda mexicana.

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