Al dejar claro que “desde el principio de nuestro gobierno se ha desechado la obsesión tecnocrática de medirlo todo en función de indicadores de crecimiento que no necesariamente reflejan las realidades sociales”, en su mensaje por el Cuarto Informe de Gobierno, el presidente López Obrador compartió algunos de sus ‘otros datos’ que arrojan señales encontradas, por lo que es importante profundizar en ellos.
De entrada, sin dejar de reconocer el impacto de la pandemia, afirmó que “se nos cayó la economía, pero ya logramos recuperar los niveles previos al covid”.
Alguien en su entorno no le ha dicho al presidente que la recuperación sigue siendo incompleta, pues la actividad económica aún se encuentra 1.1 por ciento por debajo de su nivel previo a la llegada del virus SARS-CoV-2 a México.
De hecho, el tamaño actual de la economía mexicana es similar al que tenía en el cuarto trimestre de 2017, según las cifras más recientes del INEGI sobre el PIB.
Pero con el escenario económico previsto para 2022, de un crecimiento de alrededor de 2 por ciento, este año México no alcanzará a recuperar los niveles de actividad previos a la pandemia.
No debe omitirse la importancia que le da a las ventajas del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, como uno de los factores para superar la crisis.
Más adelante, AMLO dijo en su mensaje que “hoy existen inscritos al Seguro Social (un récord de) 21 millones 236 mil 866 trabajadores, es decir, 623 mil 330 más que antes de la pandemia”.
Sobre la base del número de puestos de trabajo afiliados al IMSS, vale decir que desde octubre de 2021 se recuperó el nivel de empleo formal anterior a la emergencia sanitaria, que sigue presentando una tendencia al alza, aunque cada vez menos acelerada.
En otra parte de su mensaje, el presidente informó que “este año, a pesar de la inflación, (de) 8.2 por ciento (anual en julio), y de los subsidios a las gasolinas y el diésel, (de) 293 mil millones de pesos, los ingresos del gobierno federal se han incrementado en 2.4 por ciento en términos reales con relación al mismo periodo del año pasado”.
Lo que no dijo AMLO es que sólo en julio la recaudación tributaria registró una caída de 9.4 por ciento en términos reales respecto al mismo mes de 2021.
Fue el mayor declive de la captación de impuestos en un mes desde junio de 2020, cuando “se nos cayó la economía” por la pandemia, pero también la mayor contracción en un julio desde 2007.
De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda, el retroceso se atribuye al estímulo fiscal al consumo de combustibles a través del IEPS.
Además, en julio los ingresos tributarios fueron de 291 mil 750 millones de pesos y quedaron por debajo del monto previsto en el calendario mensual, de 326 mil 811 millones.
Esta pérdida recaudatoria se dio pese al extraordinario incremento real anual de 9.8 por ciento en la captación del ISR y de 6.9 por ciento en la del IVA.
AMLO aseguró que, “si no hubiésemos optado por el subsidio a los combustibles, la inflación habría llegado al 14 por ciento”.
El dato es nuevo y sorprende, pues todavía hace dos semanas, el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, estimaba que, de no ser por el subsidio a la gasolina y el diésel, la inflación estaría en un nivel de 11 por ciento anual.
En julio, el IEPS de gasolinas y diésel tuvo un resultado negativo en su captación de 34 mil 756 millones de pesos, después de que en igual mes de 2021 fue de 18 mil 116 millones, pero con signo positivo.
En abril pasado ese gravamen empezó a reportar números rojos por primera vez desde septiembre de 2014 por efecto del estímulo fiscal a combustibles, cuya pérdida recaudatoria se ha podido compensar con los mayores ingresos petroleros y tributarios vía ISR e IVA.
Si bien los indicadores económicos “no necesariamente reflejan las realidades sociales”, como lo asegura AMLO, sí permiten crear política pública, pero también medir progresos y rezagos, como en el caso de la pobreza y el bienestar de la población.
Más datos y menos relatos.