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Reequilibrio de fuerzas lanza guiño a mercados

La composición que a partir de septiembre tendrá la Cámara de Diputados impone un contrapeso al gobierno federal en su intento por introducir cambios.

A diferencia de lo que algunos analistas temían en los mercados financieros, desde el domingo en la noche se disiparon la incertidumbre y el riesgo derivados del proceso electoral en el país.

Más aún, en los mercados hay un ambiente de menor aversión al riesgo sobre México tras la elección de diputaciones federales, cuyos resultados no comprometen ni desafían el marco institucional.

Esa es la razón por la que se registró una apreciación del tipo de cambio hacia niveles de 19.72 pesos por dólar, que lo acercan a sus mínimos del año, así como un repunte del índice de la bolsa de valores, que el lunes superó 51 mil 700 puntos y se ubicó en zona de máximos históricos.

Los resultados de la elección confirman que Morena por sí solo no tendrá la mayoría absoluta en el Congreso federal –al menos 251 de los 500 diputados–, pero seguirá siendo la principal fuerza política en el país.

En la actual legislatura, el partido del presidente López Obrador tiene 253 diputados, lo que le permite controlar la Junta de Coordinación Política y la agenda legislativa de la Cámara baja.

A Morena sí le alcanzará para tener la mayoría absoluta por medio de su alianza con el PVEM y PT, que tendría un máximo de 292 asientos en la Cámara de Diputados, según las estimaciones del INE.

La mayoría absoluta, que es también la mitad más uno de los votos, permite aprobar el Presupuesto federal, que es atribución exclusiva de la Cámara de Diputados, así como realizar reformas a leyes secundarias.

Lejos quedó Morena de la mayoría calificada –dos terceras partes de los votos o 333 diputados–, que en la actual legislatura casi detenta de manera ajustada con sus partidos aliados, incluido el PES.

La mayoría calificada permite hacer modificaciones a la Constitución y aprobar los nombramientos de funcionarios de organismos autónomos, entre otros.

En la próxima legislatura, Morena no podrá hacer reformas constitucionales en fast track o en artículos transitorios, como en el caso de la polémica ‘ley Zaldívar’, que contra lo que dispone la Constitución amplía dos años el mandato del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En adelante, estará obligado a negociar y buscar consensos con la oposición para continuar con su ‘agenda de transformación’.

Ayer, AMLO dijo que “si se quisiera tener mayoría calificada (…), se podría lograr un acuerdo con una parte de legisladores del PRI o de cualquier otro partido, pero no se necesitan muchos para la reforma constitucional”.

Sí, buscaría ‘un acuerdo’ con un partido opositor aliado del PAN y PRD en la coalición Va por México.

La composición que a partir de septiembre tendrá la Cámara de Diputados refleja un reequilibrio de fuerzas e impone un contrapeso al gobierno federal en su intento por introducir cambios legislativos que podrían ser inconstitucionales, como las reformas sobre electricidad e hidrocarburos, aprobadas en esta legislatura, o por desaparecer el INE y otros organismos autónomos.

El hecho es que los resultados electorales lanzan un guiño a los mercados, al disminuir el riesgo de que la integración del Congreso federal repercuta negativamente en el marco institucional del país.

La menor aversión al riesgo tiene implicaciones favorables para los activos financieros mexicanos, particularmente para el peso, que ya sin la preocupación sobre el proceso electoral parece tener margen para seguir apreciándose frente al dólar.

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