A pregunta de Bloomberg News en la conferencia matutina de ayer, el presidente López Obrador adelantó que Alejandro Díaz de León no será propuesto para un segundo periodo de seis años como gobernador del Banco de México.

La decisión, aunque prematura porque el periodo de Díaz de León concluye hasta el 31 de diciembre, era de alguna manera esperada.

No importó que, por su desempeño y de la junta de gobierno durante la pandemia, en marzo Díaz de León se hizo merecedor al premio ‘Gobernador del año de la banca central’ por parte del sitio especializado Central Banking.

El jueves pasado, el presidente dijo en su conferencia mañanera que en la pasada administración Díaz de León “trabajaba en Hacienda y fue hasta director de Nacional Financiera –aunque más bien ocupó la dirección general de Bancomext–, muy cercano a (José Antonio) Meade, a (Luis) Videgaray, entonces ahora no es lo mismo”.

Los señalamientos de AMLO sobre el gobernador se hicieron a propósito de que, en el ejercicio 2020, Banxico no generó un remanente de operación y, por tanto, no entregó recursos extraordinarios al Gobierno federal, como se esperaba meses atrás.

“En la pasada administración sí hubo rematantes y ahora no hubo”, aseguró el presidente, sugiriendo que si Banxico otorgó remanentes en el gobierno anterior fue por la cercanía de Díaz de León con los entonces secretarios de Hacienda.

“No estaría mal que se transparentara (la determinación del remanente de operación y la gestión de las reservas), yo entiendo que no nos ven a nosotros los del Banco de México con buenos ojos, aunque yo los respeto mucho”, dijo AMLO.

El 23 de abril Banxico informó de la publicación de sus estados financieros dictaminados correspondientes al ejercicio 2020, donde expuso que no quedó remanente para entregar al Gobierno.

Sobre el tema, el subgobernador Gerardo Esquivel explicó en su cuenta de Twitter que las utilidades generadas se usaron para cubrir pérdidas de años anteriores, además de destinar el resto a capital contable, que aun así quedó por debajo del nivel establecido en la ley.

Pero ninguna explicación satisfizo al presidente y parece que ni a su secretario de Hacienda, Arturo Herrera, quien el jueves, en una entrevista con Joaquín López-Dóriga en Radio Fórmula, dijo que “si hubieran constituido menos (reservas) podría haber habido remanente, aunque no fuera mucho”.

Si bien es válido el llamado a una mejor rendición de cuentas, AMLO no perdió la oportunidad de lanzar críticas contra el banco central y su gobernador, además de que de una vez trazó el ‘perfil’ del posible sucesor de Díaz de León en Banxico:

“Va a ser un economista de mucho prestigio, un profesional que va a cumplir con los requisitos (para ser miembro de la junta de gobierno) de tener experiencia en materia económica y financiera, y de haber trabajado en un área relacionada con el manejo de las finanzas”, indicó.

“Va a ser un economista con dimensión social, muy partidario de la economía moral”, agregó el presidente.

Las primeras reacciones de analistas y participantes en los mercados financieros apuntan a que tanto Herrera como Esquivel son los mejor posicionados para sustituir a Díaz de León.

Sin embargo, se sabe que el secretario de Hacienda tendría interés en ser gobernador, pero no de Banxico, sino de su natal Hidalgo, cuya elección a la gubernatura será en 2022.

Si así fuera, parafraseando al colega Héctor Usla, a AMLO sólo le habría faltado decir ayer que el apellido de quien nombrará como banquero central para el periodo 2022-2027 empieza con E. ¿Será?

En cualquier caso, lo más importante es que quien sea el próximo gobernador de Banxico ejerza sus funciones de autoridad monetaria con autonomía y apego al mandato constitucional de estabilidad de precios.

Cuidado con poner en entredicho la autonomía del Banco de México, porque eso sí iría contra el proceso de transformación de la economía mexicana.