Rosario Guerra

El Yo-Yo

El mayor propagandista de la marcha del 13N fue el YO-YO, pues probablemente él sí tenía más información y al tratar de sembrar la discordia fortaleció la convocatoria.

YO propongo una marcha, primero para apoyar mi reforma electoral, y luego cambio, para apoyar YO a mi gobierno. YO dejo mi Palacio y YO convoco asistentes. YO encabezo el rumbo. YO pago los gastos. YO doy el discurso. YO me retiro a mi Palacio. ¿Cómo se llamó la obra? La Marcha del YO-YO.

Todo para YO desagraviarme. YO soy el dueño de las calles. YO soy el de las protestas. YO polarizo. YO quiero seguir al mando del país. El ego del YO-YO está lastimado. Por eso va a forzar la mayor marcha jamás vista, con el apoyo de los gobiernos federal, estatales, alcaldías y municipios. Porque YO les doy ayudas a miles y miles de familias, YO merezco ese reconocimiento.

¿Cómo los otros se atreven a protestar? ¿Cómo se oponen a mis propuestas para controlar el proceso electoral? ¿Cómo que toman las calles? ¿Con perros, niños, carriolas y sillas de ruedas? ¿Cómo quieren mantener el privilegio de la democracia que ya se expresó en 2018? Ya fue suficiente de mantener esos privilegios. Con o sin partidos de oposición, YO voy a cambiar las leyes electorales, ahorcar presupuestalmente al INE y al TEPJF.

YO cambiaré reglas, atribuciones y facultades, Yo elegiré a los Consejeros del INE, porque YO soy el más popular, el más amado por el pueblo. Los otros nada representan, nada importan, YO ya he dado todos los calificativos y ofensas que merecen, y YO me quedé corto.

Por eso ahora, YO voy a expresarme y agradecer el apoyo a mi 4T. Una transformación que ha logrado incorporar a 6.5 millones más de pobres que alimentan a mi base electoral. YO no escucho otras voces, no lo necesito. YO sé cuál es el proyecto que voy a transitar. YO voy a triunfar en 2024, cueste lo que cueste. Porque YO voy a desterrar a quienes controlaban a México. YO voy a revertir medidas que comprometieron nuestra soberanía en aras de la globalización.

El YO-YO así se comporta. Su regalo de cumpleaños no le gustó. El berrinche es mayúsculo porque entre El Rey del Ca$h, las Guacamayas y ahora la marcha por la democracia #ElINENoSeToca, lograron sacarlo de sus casillas. Ahora se cuestiona su honestidad, su popularidad, su verdad, su familia. Y eso no puede permitirlo.

De hecho es intrascendente cuántos asistan a su marcha. No expresa una voluntad popular. Lo interesante en este caso es que siempre se habló de que no había oposición; se buscó dividir a la alianza Va Por México, se lograron algunos avances. Y así, de repente, las redes sociales son el medio para las organizaciones de la sociedad civil convocar a tomar las calles para mostrar su rostro y no quedarse sólo en críticas y protestas virtuales. Empezó con el Frente Cívico Nacional y pronto se unieron seis organizaciones para formar Unid@s, y a la convocatoria se adhirieron 35 organizaciones civiles. La marcha fue nacional, 32 entidades registraron marchas en 60 ciudades, cerca de un millón 200 mil personas se manifestaron, conforme la información recopilada por el propio FCN. A nivel internacional, también se dieron marchas en ciudades europeas, en EU y en Canadá.

Aun cuando muchas organizaciones civiles no quieren tener contacto con los partidos, en esta ocasión se les convocó porque el mensaje se dirigía a sus legisladores y sus votos. Asistieron PAN, PRI y PRD que tomaron el compromiso de representarnos.

Ni los organizadores teníamos idea de cuántos asistirían, el mayor propagandista fue el YO-YO, pues probablemente él sí tenía más información y al tratar de sembrar la discordia fortaleció la convocatoria. Así, organizaciones, ciudadanos, que no tenían una vía de expresión de su inconformidad de repente encontraron una opción; la usaron y el movimiento apenas inicia. Contrario al gobierno y su partido, no hay estructuras, ni recursos, se dan decisiones colegiadas, con las dificultades propias del caso y se circulan sugerencias. La primera propone usar prendas rosas y blancas, el día 27 y seguir con las actividades personales y familiares.

El propósito es lograr la mayor unidad posible de las fuerzas opositoras en torno a una candidatura única, impulsar gobiernos de coalición que tomen decisiones colegiadas; lograr mayorías legislativas de coalición que tomen las mejores decisiones para el país; construir un programa de gobierno con base a las propuestas de la población. Se busca recuperar equilibrios democráticos en el ejercicio del poder a favor de todos y todas. No es una tarea sencilla, requiere de esfuerzo, trabajo, organización y participación ciudadana. Pero hay un camino, una esperanza frente al autoritarismo que proyecta su sombra sobre nosotros.

El YO-YO va a reformar leyes electorales para frenar el proceso de un cambio del sistema político para continuar su proceso democratizador. Pero México ya no es el país de un solo hombre. Somos una nación importante en el contexto mundial, formamos parte del bloque regional más grande del mundo, hemos incrementado productividad, exportaciones, hemos atraído capitales e inversiones, creado empleos, logrado reformas electorales de consenso que destierran conflictos en un marco de certeza, transparencia, equidad y legalidad. Falta aún cerrar brechas entre regiones y grupos sociales, pendiente histórico que debemos resolver con políticas sociales adecuadas, no caritativas, sino de superación de la pobreza.

Si, son muchos los retos, pero así, como vamos, no se superarán. Por el contrario, se retrocede en salud, educación, economía, empleo, libertades, inversiones, cultura, democracia, instituciones, la destrucción es impresionante. Reconstruir requerirá del esfuerzo de las nuevas generaciones, de la experiencia de otros actores, de una nueva forma de gobierno basado en las comunidades. Una nueva gobernanza para unir esfuerzos y visiones distintas que aporten las diferencias para encontrar la mejor solución. México está en marcha.

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