Rosario Guerra

PRI

Se debe considerar a la militancia que pide una refundación del PRI para activarlo en todo el país ante la amenaza de seguir perdiendo cuadros.

Un presidente del CEN solo tiene autoridad moral, cuenta con elementos internos que pueden aplicarse en casos de gravedad, como expulsión o sanciones. Pero básicamente es su liderazgo lo que define el rumbo del partido. Debe escuchar a todos los sectores, organizaciones y grupos de militantes en sus aspiraciones, quejas, ideas, activismo, para generar una movilización en todo el país. Se apoya en su CEN para operar diversas líneas de acción, sobre todo en épocas electorales.

Cuando Alejandro Moreno tomó para sí todas las atribuciones para postular candidatos, sin cuestionamientos, pensé que esta medida podría ser útil para romper cacicazgos y postular candidatos con una mayor inclusión y más pluralidad para cuadros formados, que no han tenido oportunidad, por veto de dirigencias locales. Esto podría renovar al PRI.

Pero no fue así. Decidió hacer candidatos plurinominales, federales o locales, a todo su Comité Ejecutivo, al grupo propuesto por Moreira, ahora como coordinador, y al grupo de Murat. Al hijo de Gamboa. En las elecciones uninominales amplió más e incluyó otros grupos, y en las gubernaturas se rigió por los acuerdos de la alianza Va por México. Si bien el PRI estaba en picada, con apenas 8 por ciento de la intención del voto, logró remontar con la alianza y obtuvo más votos y triunfos en presidencias municipales, diputaciones locales y 11 federales, pero perdió ocho gubernaturas.

La cercanía de Murat con AMLO, con su hijo gobernador, en clara alianza, genera desconfianza. Los votos de Moreira a favor de Morena en el Senado también se cuestionan por la militancia. Su declaración de que hay varias afinidades entre el PRI y Morena enturbian más el ambiente. La cantada candidatura de la electa diputada Carolina VIggiano a gobernar Hidalgo, lesiona a los grupos locales, pues no se establece diálogo ni compromiso. El llamado de AMLO para contar con los votos del PRI para impulsar reformas constitucionales, anunciada con alegría, alerta a priistas y aliados.

Es normal que Alito esté cuestionado. Renunciar o no es su decisión. Cómo piensa operar en la Cámara y en el partido si son puestos que exigen tiempo completo y todo el CEN del PRI deberá estar en ambos frentes. En la Cámara, donde Morena tiene mayoría con aliados, la agenda puede variar en cualquier momento, y se necesita que la alianza opere. En los estados pueden surgir crisis que demanden presencia del CEN o de Alito. ¿O atiendes al PRI o atiendes a la Alianza? Como oposición ya no es igual, como antes, con doble cargo. Espacios faltan para incluir a todos. Esos son los cuestionamientos de muchos militantes y exdirigentes. ¿Cuál es la estrategia del PRI hacia 2024?

Se debe informar a la militancia que pide una refundación del PRI para activarla en todo el país ante la amenaza de seguir perdiendo cuadros, por apatía, ofrecimientos de otros partidos, por falta de rumbo y de recursos. Se solicita por diversos grupos una Asamblea Nacional para adecuar documentos básicos a nuevas realidades. Evitar que las decisiones sean cupulares, sin tomar en cuenta más que al grupo dirigente, que no necesariamente ve por el país o el partido, y a veces, solo por su futuro político, lo cual lesiona la credibilidad.

Más que desplegados en prensa, lo que el líder del PRI debe hacer es reunirse con todos los priistas, con perdedores, limar asperezas, escuchar críticas, motivar la unidad, explicar su doble función como dirigente y diputado con todo un equipo en esta circunstancia. Tomar la decisión de dejar que se refunde el partido sobre bases democráticas que consoliden militancia y votos.

Ante la cerrazón, grupos de priistas tomaron la sede del PRI nacional. Los grupos de CDMX, famosos por ser golpeadores, tratantes de blancas y violentos, intentaron retomar la sede por la fuerza. Lamentable incidente. Lamentable que aún se cobije a la gente de Cuauhtémoc Gutiérrez. Lamentable que se use este hecho para decir que Morena quiere provocar la ruptura de la alianza. Lamentable que Morena guarde cómplice silencio.

Aumenta la incertidumbre, no hay diálogo. Se sataniza la crítica. El liderazgo moral se abolló. Alejandro Moreno no puede eludir su realidad y expulsar o destituir dirigencias. Debe enfrentar un diálogo libre con los suyos. Nadie quiere el fracaso del PRI. No se trata de un quítate tú para ponerme yo. La crisis es grave, rebasa personajes, es un problema estructural. Así debe entenderlo y actuar en consecuencia.

Exdirigentes nacionales le están pidiendo rinda cuentas, incluso que convoque a asamblea para modernizar al PRI y convertirlo en un verdadero partido opositor, con pronunciamientos claros y firmes, no que sean cuidadosos con el poder. No se trata de radicalizar al PRI, simplemente convertirlo en un partido opositor, sin líneas verticales de autoritarismo, vicio que lo inhabilita.

El PRI ya había perdido incluso antes de la contienda, algo recuperó, pero cuenta con militancia y votos. A ellos se debe para construir un nuevo proyecto. México necesita al PRI en la Alianza. No puede traicionarla porque se acabaría el partido. Se debe tener claridad. No se trata de salvar el cuello, se trata de luchar por recuperar a México para todos. Es un compromiso histórico. Divididos y aislados no se puede avanzar. No hay la confianza para encarar los retos. Las dudas pesan. Las confrontaciones no son entre buenos y malos, leales y traidores.

El diálogo, el compromiso, la acción, son los caminos para que el PRI aporte al país los instrumentos necesarios para vencer el autoritarismo y la destrucción económica y social. Estamos pues ante una coyuntura de las más delicadas en la vida del priismo. A ellos les toca decidir. Ojalá lo hagan con civilidad y no polaricen más. Yo admiro lo que el PRI logró en la historia, cambios y democratización sin rupturas, sin violencia, avances en la inserción mundial, en crecimiento económico. Rechazo la corrupción y frivolidad que lo perdieron como gobierno, ya están pagando los platos rotos. Es momento de refundar al partido para que siga siendo un activo político de la democracia mexicana. Militancia y votos es lo que tiene. No lo pierdan.

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