21 etapas. 3,413 km. 52,500 metros de ascenso vertical. Inversión estimada: 45 millones de euros, incluyendo en visibilidad global para patrocinadores. La carrera alcanzó una audiencia global estimada de 775 millones de espectadores, la cual se extendió a más de 200 territorios.
Isaac del Toro. Mexicano. 21 años de edad. Segundo lugar general. Primer lugar en la categoría menores de 25 años. 1 victoria de etapa. 4 segundos lugares en etapas. 1 tercer lugar. 6 Podios. 11 días vistiendo la Maglia Rosa. Líder en la competición del kilómetro Red Bull. Consiguió el mayor número de segundos bonificados. Primer mexicano en liderar el Giro de Italia.
Lo anterior es el resultado incuestionable del nacido en Ensenada, Baja California. Orgullo desde hace años para los amantes del ciclismo y un gran descubrimiento para quienes nunca habían escuchado su nombre y que no siguen este maravilloso deporte.
Dimensionar la actuación de Isaac del Toro llevará tiempo, análisis serio y conocimiento de causa. En el fervor de su hazaña, los medios despertaron y siguieron a rueda, día a día, la inconmensurable actuación del mexicano, algunos con gente ciclista y otros con desafortunados periodistas sin entendimiento alguno del ciclismo, lo que lleva a polarizar la opinión pública. Por eso, al inicio de este texto, categóricamente expongo el resultado de Isaac, histórico y maravilloso.
Ahora bien, expuesto el párrafo anterior, le comento que he practicado este deporte desde 1987, no a nivel profesional ni mucho menos, pero me considero apto para dar una opinión seria, con el corazón en la mano por la hazaña de Isaac, pero con la sangre fría del análisis imparcial y serio sobre este sufrido y emocionante deporte.
La alineación del bajacaliforniano en el equipo UAE para este Giro nos llenó de ilusión por verlo desarrollarse dentro de un gran equipo en lo que era apenas su segunda participación en una Gran Vuelta, carrera de tres semanas al más alto nivel. Pensábamos que fungiría un papel trascendental dadas las excepcionales aptitudes ciclísticas de Isaac: es buen escalador, buen pasista, puede ser explosivo y sobre todo posee intuición natural para leer las carreras y siempre está bien colocado dentro del pelotón, lo que implica fuerza y habilidad, cualidades que aportarían al trabajo de equipo y la ejecución de tácticas a favor de sus líderes, Juan Ayuso y Adam Yates.
Pero el ciclismo es impredecible; se puede planear, pero nunca se sabe qué retos presentará la carretera y la carrera. Precisamente eso pasó: etapa 9, caídas y la oportunidad con el visto bueno del equipo. Isaac se vio en la posición de atacar, meter tiempo a corredores que contendían por la general y buscar la victoria de etapa.
A partir de aquel domingo, nació una estrella. Su desarrollo y aprendizaje los aceleró el mismo ciclismo. Se puso a prueba mentalmente; vestir de rosa no es cualquier cosa, e Isaac desde entonces lo supo manejar como un gran campeón en potencia.
Las etapas se fueron sucediendo. Hubo el mal día, la incapacidad de responder al brutal ataque de Carapaz, gran ciclista, ganador en 2019 del Giro y medalla de oro en las Olimpiadas de 2020; fue la primera gran prueba, le estaban arrancando segundos a su ventaja. Isaac supo responder y manejó perfectamente el control de daños; buscó en su interior en crisis el fondo de bravura y fuerza para llegar a la meta con tiempo perdido, pero seguía de líder.
El manejo de la presión aumentaba etapa a etapa y Del Toro se comportó a la altura. Sábado 31 de mayo, etapa 20, crucial para definir la carrera. El rival más cercano era Carapaz a 43 segundos y Simón Yates a 1 minuto 21 segundos. Etapa brutal, casi 5 mil metros de ascenso con subidas míticas como el Col de Finestre que ha definido Giros y este año no fue la excepción.
Insisto, el ciclismo es táctico y de equipo. Simon Yates perdió en esa montaña el Giro en 2018. En esta ocasión atacó a Del Toro y Carapaz y no respondieron; se dedicaron a atacarse y defenderse entre ellos. Yates hizo una subida sublime, rompió el récord de la ruta mientras los americanos jugaban al gato y al ratón. Juego común y válido en el ciclismo que a veces funciona y a veces sale a la contra. La táctica del equipo de Yates fue colocar a Van Aert adelante para esperar a Yates en la bajada y llevarlo a tope en el falso plano previo a la última subida. Arriesgaron y ganaron.
El uno y el dos pasaron a ser el dos y el tres, principalmente porque Yates atacó para ganar y lo hizo, mientras ellos apostaron por otra táctica hasta que fue demasiado tarde.
Enorme campeón Yates, maravilloso Del Toro con actuación histórica. Su futuro se vislumbra brillante; hoy es una realidad y un nuevo ídolo para México