La Fiesta Está Viva

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Del 7 al 14 de julio el mundo entero está pendiente de lo que sucede a las 8 de la mañana en punto por las calles pamplónicas.

Llevamos un mes de julio fantástico para el toreo mexicano en España. La Feria de San Fermín en Pamplona es, sin duda, la de mayor difusión a nivel mundial y en su cartelera vimos anunciados a tres toreros mexicanos, lo cual no se vivía hace décadas.

La tauromaquia en sus orígenes nació en la calle, con las fiestas de los pueblos en el juego entre el valor del hombre ante el peligro y la bravura de los toros. Del 7 al 14 de julio el mundo entero está pendiente de lo que sucede a las 8 de la mañana en punto por las calles pamplónicas. Menos de 900 metros de recorrido y por lo general sobre los 3 minutos de tiempo cuentan la historia de la milenaria relación entre el hombre y el toro. La internacionalización de estas fiestas se le debe a Ernest Hemingway con sus novelas de temática taurina.

Hoy Pamplona es la imagen del toro ante el mundo no taurino. Una fiesta en la calle donde se puede convivir 7 días sin mayor incidente, salvo la imprudencia generada por el alcohol en algunos casos. En este escenario tres mexicanos han dejado a nuestra tauromaquia en lo más alto. El martes 5 de julio se presentó el moreliano Isaac Fonseca y de manera rotunda cortó 4 orejas convirtiéndose en el máximo triunfador de la tarde y en el novillero de mayor proyección del momento a nivel mundial.

El sábado 9 se presentó por primera vez en su exitosa carrera, el matador Joselito Adame, un éxito de su administración lograr colocar al hidrocálido en Pamplona, son pocos puestos y muchos los interesados. Desgraciadamente tuvo que lidiar con un encierro de José Escolar. Sabemos que toros buenos y toros malos pastan en todas las ganaderías, lo desafortunado de este hierro es que el concepto del ganadero dista mucho de las condiciones que requieren los toros para brindar bravura y emoción en el ruedo. De los seis toros lidiados no funcionó uno solo. Mansedumbre con genio y sentido, la peor combinación que puede existir. Ante los marrajos, Adame estuvo no solamente valiente, sino capaz, mostrando el oficio y experiencia que refuerzan su sitio de figura mexicana dando la cara a nivel internacional. Opciones de triunfo cero. La corrida duró menos de dos horas, no hubo un olé. Hay hierros que no merecen ocupar un lugar en ferias importantes.

El domingo 10, otro hidrocálido, Leo Valadez hizo el paseíllo desmonterado, lo que significa que actuaba por primera vez en esa plaza, ante una buena corrida de La Palmosilla, toros muy serios, con movilidad, defectos y virtudes como todos los toros, pero con opciones para que los toreros triunfaran y así fue. Los tres toreros salieron a hombros. Leo se adaptó bien a la plaza que tiene dos públicos muy distintos, sombra llena de aficionados y el sol con público festivo que, muchas veces, poco se ocupa de lo que sucede en el ruedo. Tocó el turno en el palco a una concejala, diario van cambiando los presidentes, que ese día estuvo muy generosa con las orejas, premiando los tres primeros toros con dos apéndices que debieron ser uno. Pamplona es plaza de primera, por muy festivo que sea el ambiente el rigor en los premios debe mantenerse. El tema es que oreja más, oreja menos, Valadez debutó y triunfó. Estuvo solvente, toreando bien y demostrando que las oportunidades las capitaliza. El triunfo dominical le asegura prácticamente el regreso al año siguiente, sabia y buena costumbre taurina en esa plaza, cuyos beneficios económicos se van íntegros a la Casa de la Misericordia que se ocupa de cuidar gente de la tercera edad.

Europa vive los meses de mayor actividad taurina, mientras en nuestro país suelen ser los de menor actividad, retomándose ahora en agosto con ferias de mucho contenido espiritual, social y cultural de las que daremos cuenta en este espacio.

Este jueves terminan los sanfermines, con el cántico del “pobre de mí” y comienza la cuenta regresiva para el 2023, donde esperemos tener por lo menos la misma presencia mexicana y de ser posible algún puesto más.

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