La Fiesta Está Viva

Olé por los toreros

Octavio García “El Payo” es uno de los grandes toreros que ha dado México. Desde niño abrazó la vocación del llamado a ser y vivir en torero.

Estos hombres que visten de seda y oro, que se juegan la vida por el gusto de pasarse un toro por la barriga para sentir, para vivir, son de otra pasta. Capaces de separar alma y cuerpo, siendo este último una herramienta más del espíritu para crear arte. “Olvidarse del cuerpo” dicen por ahí, ese es el verdadero valor. Al momento de lograrlo, el torero, adopta posturas que forman con la belleza de la embestida del toro: esculturas vivientes que duran segundos y perduran para siempre en el alma y espíritu del espectador. Por eso el toreo es arte, porque crea emociones y despierta sentimientos.

La primavera taurina en México está siendo espectacular y lo mejor está aún por llegar. No puedo dejar de señalar una gesta que a los taurinos nos debe honrar, actos heroicos con los que se ha escrito a sangre y gloria la historia del toreo.

Octavio García “El Payo” es uno de los grandes toreros que ha dado México. Desde niño abrazó la vocación del llamado a ser y vivir en torero. Hoy es un hombre cuajado en lo artístico y en lo personal. Su carrera y obra han pasado por las duras fases del toreo. La fama, la coba, el éxito, el fracaso, el no ser quien soñaba ser, el retomar su vida, el acomodar su alma al orden fundamental del toreo y resurgir como un mejor hombre y un torero extraordinario. Fiel a sus convicciones, rebelde y auténtico.

Lo anterior nos brinda la oportunidad de gozar a un torero cuyo oficio es de maestro, la fidelidad a una forma de entender el toreo le permite, hoy, cuajar muchos toros y mantener una regularidad superior.

En el toreo nada es gratis, el toro da mucho y cobra de vez en cuando el duro peaje de vivir por y para él. Apenas hace unas semanas en la Nuevo Progreso de Guadalajara, “El Payo” fue herido por cruzar la línea donde según dicen los propios toreros, “queman los pies”. El sábado pasado en la plaza de toros “Oriente” de la bella ciudad de San Miguel de Allende, ante un llenazo, por lo que felicitamos a la empresa en turno, Feria Toro, por hacer las cosas bien, el torero queretano volvió a cobrar, precisamente cuando estaba en plenitud con un buen toro de la ganadería de Marrón. Entregado, olvidado el cuerpo, solo en sintonía el alma y las yemas de los dedos para suavemente mover la bamba de la muleta y traer toreada la bravura y poderío del toro al ritmo de la cintura, en una danza entre la vida y la muerte, la belleza y el peligro, el miedo y el éxtasis. Cornada de 15 cm, penetrante de vientre. Suficiente para que cualquier “mortal” estuviéramos en drama hospitalizados el tiempo que hiciera falta.

Sin embargo, honrando a los toreros y a su amor propio, volvió a la cara del toro, casi desnudo el cuerpo y completamente desnuda el alma, siguió toreando, no era posible irse sin rematar la obra. Estocada y dos orejas, que más allá del premio es el ejemplo de vida. No rendirse, entregarse, ser auténtico, ¡ser torero!

Mis respetos a usted matador “Payo”, con su arte y su ejemplo engrandece el toreo. Pronta recuperación y que los toros embistan, que el peaje ha quedado pagado.

Drama y sangre, gloria y triunfo. Buen fin de semana con grandes tardes de toros en Hidalgo, San Miguel de Allende y Texcoco. En esta última plaza otro hombre que es ejemplo y que ha pagado con mucha sangre la osadía de ser torero, tuvo un triunfo memorable cortando cuatro orejas y un rabo a una buena corrida de la ganadería zacatecana de Pozo Hondo. Me refiero al hidrocálido Arturo Macías. Carismático, irradia felicidad vestido de luces y posee un par de muñecas privilegiadas para hacer el toreo.

Por méritos propios hará doblete en la ya comenzada Feria Nacional de San Marcos en Aguascalientes, donde su paisano Héctor Gutiérrez, el domingo, cortó la primera oreja de la feria. Por allá nos vemos el viernes donde tendrá Arturo su primera participación al lado de Diego Silveti y Andrés Roca Rey ante astados de Bernaldo de Quirós.

El viernes por la noche, doble cartelera: novillada en la Plaza México y en Juriquilla corrida de postín con Julián López “El Juli”, Joselito Adame y Diego San Román ante toros de Fernando de la Mora. Esta corrida es a beneficio de Tauromaquia Mexicana AC, institución que lleva una década defendiendo la cultura de la tauromaquia ante los viles y cobardes ataques antitaurinos.

Obligado llenar Juriquilla, la Fiesta es de todos y todos debemos defenderla, la mejor manera es asistiendo a los tendidos, pagando un boleto y manteniéndola viva con nuestra presencia.

COLUMNAS ANTERIORES

Olé Aloi
Sevilla, la feria del toro

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.