A Marla, incansable feminista
La llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México asienta un importante precedente; con su arribo al puesto de mayor poder en nuestro país, se rompe el techo de cristal, y al mismo tiempo, el ideario colectivo de que el machismo que aún impera en nuestra sociedad iba a impedir que se votara por una mujer.
Muchos argumentaron en el proceso de campaña que, por culpa de la idiosincrasia, la sociedad mexicana no estaba preparada para votar mayoritariamente por una mujer. Qué bueno que se equivocaron.
Por ello, es apremiante y motivante especular lo que sucederá en México en un futuro inmediato, a partir del empoderamiento de mujeres en puestos de poder dentro de nuestra sociedad y su cada vez mayor liderazgo en los diversos espacios públicos y privados.
Que tengamos una Presidenta se debe a varios triunfos. Por un lado, a los diversos movimientos sociales y feministas, y por supuesto al liderazgo de Claudia Sheinbaum, quien supo posicionarse, tejer una estrategia efectiva y soportar muchos embates para obtener una votación histórica.
Es tiempo de las mujeres en México, es tiempo de que nos gobierne por primera vez en la historia, en más de 200 años, una presidenta. Ese hecho es de celebrarse y a partir de hoy se le debe brindar a la Presidenta la confianza, para que, como mujer de Estado, sujete sus acciones para el bien de todos los mexicanos. Bien lo dijo: “gobernaré para todos y para todas”. Esperemos que ese apoyo de casi 36 millones que le otorgaron los mexicanos se convierta en un paraguas que alcance a cubrir a la mayoría de las y los mexicanos.
El mensaje que presentó en el pleno del Congreso de la Unión fue contundente en cuanto al reconocimiento hacia la mujer y su lucha para ser quienes encabecen empresas, alta dirección y ahora la presidencia de México. Más aún, cuando una de las mujeres de mayor lucha social, Ifigenia Martínez, de 94 años de edad y con una salud deteriorada, le colocó la banda presidencial a Claudia en un acto lleno de justicia.
La nueva presidenta parte con un 67 por ciento de aprobación, según la más reciente encuesta de El Financiero, pero también con una alta expectativa de que logrará un cambio sustancial. Sus ejes de gobierno serán muy parecidos a los de su predecesor. Por ejemplo, en San Lázaro parafraseó ideas intactas como “por el bien de todos, primero los pobres”, o conceptos repetidos cientos de veces como el de ‘humanismo mexicano’. No obstante, lo que estará a prueba será su capacidad de gestión y ejecución de los proyectos prioritarios, entre ellos la creciente pobreza extrema, o aún reducir mucho más la pobreza entre los mexicanos.
No cabe la menor duda de que por más admiración y reconocimiento que le tenga a su mentor, Sheinbaum asumirá su propio estilo, decisiones e intereses como jefa del Ejecutivo. Su personalidad y preparación específica, primero como científica y después bajo una trayectoria sustentada con resultados e identidad propia, a pesar de sus importantes coincidencias con López Obrador, le permitirán sumar de manera diferente.
Si no se atraviesa una crisis como la vivida por la pandemia por covid-19, entonces la nueva mandataria tendrá las puertas abiertas para restablecer mecanismos que sustenten, año con año, un crecimiento económico y social. Afirmó que las inversiones extranjeras estarán “seguras en México”, pero aún podrá consolidar nuevos mercados y por supuesto consolidar el T-MEC, que será sometido a revisión en 2026.
La seguridad es otro de los temas torales donde la sociedad pondrá mayor atención y exigirá resultados rápidos. Para ello propuso poner atención a las “causas, inteligencia e investigación”. Veremos cómo coordina a las Fuerzas Armadas y a una Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en manos de un hombre de su total confianza y con experiencia, Omar García Harfuch.
En el gabinete de Claudia Sheinbaum estarán 11 mujeres y 11 hombres. Y en sus primeras palabras, ya como presidenta dijo: “no llego sola, llegamos todas”. Agregando que “por primera vez en más de 200 años, llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa nación”. Sin lugar a dudas, es el tiempo de las mujeres y nos debe de dar mucho gusto.