La semana pasada, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó su quinto Informe de Gobierno y al igual que con todos los gobiernos anteriores, hubo un bombardeo de spots para presentar sus principales logros. En educación, la narrativa oficial destaca que la transformación es impulsada por los programas de becas, infraestructura escolar, contenidos educativos y la mejora en las condiciones laborales de las maestras y maestros, pero ¿esto es así? En Mexicanos Primero reflexionamos sobre algunos de los datos ofrecidos.
Los indicadores oficiales del Sistema Educativo Nacional, que el Informe recoge, dan cuenta de las tendencias positivas respecto al abandono escolar, eficiencia terminal y grado promedio de escolaridad que han prevalecido desde hace más de dos décadas, por lo que no son un logro exclusivo de esta administración.
Comparando los resultados de 2002 con 2023, en abandono pasamos de 1.7 por ciento a 0.2 por ciento en primaria y de 7.4 por ciento a 3.9 por ciento en secundaria. En eficiencia terminal de 88 por ciento a 96.6 por ciento en primaria y de 78.8 por ciento a 92 por ciento en secundaria. Esto también se vio reflejado en la escolaridad promedio, que pasó de 7.8 a 10.1 años.
En los últimos 10 años, las cifras oficiales sobre las cohortes escolares pasaron de un 65 por ciento de egreso en secundaria (2013) a 80 por ciento en 2023.
Al igual que los gobiernos anteriores el Informe no ofrece datos sobre los estudiantes que ya no se encuentran en el sistema educativo, aunque reconoce implícitamente que el 20 por ciento de la matrícula no termina la educación secundaria (más de 560 mil estudiantes al año), que vislumbra en parte la enorme tragedia que persiste. Asimismo, tampoco se habla de los retrocesos importantes en educación inicial y preescolar. En 2017-2023 la atención a niños de cero a tres años tuvo una reducción de 4.1 por ciento a 3.5 por ciento y la de niños de cinco años bajó de 80.7 por ciento a 74.4 por ciento. Revertirlo es una obligación para las autoridades educativas por el impacto negativo para el futuro de más de 70 mil niñas y niños de preescolar.
El Informe celebra los montos de inversión y las transferencias de becas, pero no aclara cómo impacta en el aprendizaje de las niñas, niños y adolescentes. En los cinco años de esta administración se otorgaron 35 por ciento más recursos a las becas de educación básica que en el sexenio anterior y 39 por ciento más que en la administración 2006-2012. Pero esta ampliación se hizo a costa de programas que beneficiaban a 12.9 millones de NN de educación básica y las becas sólo llegan al 50 por ciento del total de estudiantes que las necesitan, y para 2023 hubo una reducción de 400 mil becas.
Este gobierno reporta una inversión importante en infraestructura, pero que resulta menor a la de gobiernos anteriores. En los primeros cinco años del sexenio pasado, la cifra ascendió a 138 mil 203 millones de pesos, mientras que en este a 122 mil 384 millones. Y a pesar de las enormes inversiones, todavía hay más de 100 mil escuelas sin agua potable, sanitarios independientes y lavabos.
Respecto a los libros de texto gratuitos (LTG) de primaria y secundaria, a pesar de la promesa del gobierno de que todas y todos los estudiantes tendrían sus libros a tiempo para el arranque del nuevo ciclo escolar, los materiales no llegaron a todos los niveles escolares. Sobre el tema, en el quinto Informe señalan que solo el 42 por ciento de las escuelas primarias cuentan con los libros al inicio del ciclo escolar 2023-2024.
Se presumen aumentos salariales para docentes, que en realidad son medidas de recuperación del poder adquisitivo. Además, la basificación de 907 mil maestros, pero desconocemos el impacto futuro de estas medidas.
Algo que no deja de llamar la atención es la falta de información sobre los aprendizajes. No hay datos sobre las acciones realizadas para revertir la pérdida de aprendizajes originados por la pandemia y sobre las medidas para su recuperación, los resultados de aprendizaje de PLANEA ni sobre las evaluaciones diagnósticas realizadas por la SEP y MejorEdu, así como la articulación de estrategias para implementar la reforma curricular que está en marcha.
La emergencia educativa amerita una mejor rendición de cuentas y no sólo una lista de buenos deseos y logros. A este gobierno le queda un año para “una transformación profunda” del sistema educativo nacional y el reto es muy grande.
Fernando Ruiz es director de investigación en Mexicanos Primero.