*Laura Ramírez, Directora de Activación de Agentes en Mexicanos Primero.
El Premio ABC es un reconocimiento desde la sociedad civil a docentes y comunidades escolares ejemplares. Desde hace 15 años hemos buscado identificar a aquellas maestras y maestros que son aprendices expertos, que colaboran con sus equipos, colegas y familias, que son verdaderos catalizadores del aprendizaje, se consideran agentes de cambio y son ciudadanos democráticos conscientes de sus derechos, y sobre todo, del derecho a aprender de las niñas, niños y jóvenes (NNJ).
El 21 de marzo abriremos una nueva convocatoria con 4 categorías para conocer a la generación 2023: Ser Maestro (frente a grupo), Ser Líder (directores y supervisores), Ser Acompañante (ATP, USAER, pero también pueden participar psicólogos o trabajadores sociales) y Ser Comunidad (para equipos formados por familias, estudiantes o miembros de OSC, siempre liderados por un docente). Si consideras que eres un maestro o maestra ejemplar puedes participar en premioabc.org.
Desde hace 15 años creemos en la importancia de reconocer a maestras y maestros que han logrado tener un impacto positivo en sus comunidades; en todos estos años hemos tenido la oportunidad de entender sus proyectos educativos y de conocer lo que sucede en la realidad de sus escuelas y comunidades. Pudimos incluso, comprender qué funcionó durante la etapa del cierre de las escuelas y desde el año pasado hemos dado seguimiento a las prácticas que se han generado para atender el abandono y rezago escolar, y para dar mejor acompañamiento socioemocional. Tenemos la certeza de que hay docentes en todo México haciendo una diferencia en la vida escolar de sus estudiantes y queremos seguir en el camino de reconocerlos.
Sin embargo, sabemos que reconocer no es suficiente, es un primer paso que ayuda a mandar un mensaje fundamental: vemos la importancia de las y los docentes ejemplares; permite también identificar y apreciar las prácticas que funcionan en la realidad escolar y así aprender de ellas y ellos, pero se queda corto si los dejamos solos y con la enorme responsabilidad de superar la crisis educativa por la que atravesamos.
Las y los docentes necesitan un sistema educativo que los respalde: formación docente inicial y continua, enfocada en el desarrollo profesional que realmente impacte en el aprendizaje de sus estudiantes. Acompañamiento constante a través de tutorías entre pares y de fortalecimiento de los equipos docentes dentro de las escuelas y en sus zonas escolares, y en espacios más amplios, incluso, entre subniveles educativos.
Necesitan también políticas públicas para la búsqueda y reconexión de los ausentes, para enfrentar el rezago educativo con estrategias para recuperar, avanzar y evaluar en los aprendizajes fundamentales (lengua y matemáticas especialmente) y para brindar acompañamiento socioemocional con herramientas para atender casos leves y mecanismos para canalizar casos graves.
Siempre es inspirador saber de directores o maestras que visitan a sus estudiantes que ya no asisten a la escuela, incluso, con recursos propios; docentes que generan guías y materiales para mejorar la lectura y la resolución de problemas matemáticos, que desarrollan mecanismos para que sus estudiantes se sientan bien a través del juego o el arte. Hay que reconocer esas iniciativas, pero de nada sirve si son casos aislados o si se romantiza el trabajo docente disfrazándolo de una vocación que al final sólo esconde la falta de apoyo y acompañamiento desde el sistema.
Garantizar el derecho a aprender de NNJ es también garantizar el derecho a aprender de sus docentes, es generar políticas educativas eficaces y centradas en las personas, es reconocer la labor docente pero no con discursos o aplausos vacíos sino con verdadero interés por conocer su experiencia transformadora en la comunidad educativa. Eso buscamos con el Premio ABC desde hace 15 años, pero reiteramos que no es suficiente si nuestras autoridades federales y estatales no ponen el foco en profesionalizar la labor docente.
Reconocer sí, pero no para dejarlos solos, reconocer para incluir la visión de aquellas maestras y maestros ejemplares en la política educativa, reconocer para aprender de ellas y de ellos y que sus prácticas transformadoras formen parte las estrategias que funcionan para que NNJ estén, aprendan y participen en la escuela.