Despertador

El tercer reporte

Además de que no dice que la causa de la caída es la falta de mantenimiento; el tercer reporte de DNV ofrece numerosas contradicciones e inconsistencias.

Secretario de Gobierno de la CDMX

En el mundo del periodismo existe un dicho que dice: “Dame una sílaba y te construiré una nota”.

Este adagio viene a cuento por el 3er Reporte de la empresa DNV sobre la caída de un tramo elevado de la Línea 12 del metro. El reporte contiene la sílaba que buscaban actores y medios de la oposición para desatar una ofensiva contra el Gobierno de la Ciudad de México.

De acuerdo con dicho reporte, hay cuatro barreras preventivas que fallaron en evitar la caída del tramo elevado en cuestión:

Barrera 1: Diseño conforme a los Estándares AASHTO.

Barrera 2: Certificación y Supervisión de las obras de ingeniería civil.

Barrera 3: La soldadura e instalación de pernos conforme a los planos del diseño.

Barrera 4: Inspección detallada de la obra civil de acuerdo con el manual de mantenimiento.

El reporte no dice que la causa del colapso sea la falta de mantenimiento. Pondera las fallas de diseño, construcción y supervisión. Pero al incluir la frase “Inspección detallada de la obra civil de acuerdo con el manual de mantenimiento”, da la sílaba que sacada de contexto sirve para detonar la campaña contra el Gobierno de la Ciudad.

Comentaristas y opositores lanzaron la especie de que la conclusión de DNV era: falta de mantenimiento.

Sin embargo, además de que no dice que la causa de la caída es la falta de mantenimiento; el tercer reporte ofrece numerosas contradicciones e inconsistencias.

DNV señala que no se realizaron inspecciones de mantenimiento para detectar un pandeo de 7.6 cm que evidenciaba un riesgo de caída; sin embargo, al mismo tiempo reconoce que sí se hicieron inspecciones en 2019 y 2020 y que se contrató en abril de 2021 otra inspección para ese año.

Por otro lado, mientras en su primer y segundo reportes DNV afirma que los pandeos del tramo elevado “no eran detectables en una inspección visual simple”; en el tercer reporte se afirma que a simple vista puede advertirse el pandeo de los tramos elevados, utilizando imágenes de Google Street View.

Esta es otra contradicción, complementada por una inconsistencia: el Servicio de Google advierte que “puede que las condiciones reales difieran de los resultados de los mapas y del contenido, por lo que el usuario deberá aplicar su propio criterio y utilizar Google Maps/Google Earth bajo su propia responsabilidad “.

Asimismo, mientras DNV afirma en su tercer reporte que el pandeo detectado de 7.6 cm era un criterio de riesgo de desplome, el reglamento de construcciones del Distrito Federal señala que el pandeo tolerado para un tramo de la longitud como el que se cayó es de 11.7 cm.

Sin embargo, la gran revelación del reporte está en la afirmación de que, de acuerdo a “las especificaciones de AASHTO”, el tramo elevado fallaría después de “aproximadamente 14 años de operación”, “aún en un escenario en el que el puente hubiera sido construido conforme a las especificaciones (proyecto ejecutivo)”. O sea que, en cualquier caso, algún tramo de la Línea 12 se habría caído antes de 2026, aún y con mantenimiento.

Por lo tanto, del análisis crítico del reporte en cuestión se desprende lo siguiente: 1) Sí se hicieron las inspecciones de mantenimiento; 2) Un pandeo de 7.6 cm en un tramo de 30 metros no podía verse con una inspección a simple vista, ni utilizando el sistema Google Maps; 3) Suponiendo sin conceder que pudiera haberse detectado, un pandeo de 7.6 cm no constituía un riesgo de caída de acuerdo a la norma vigente de construcciones.

El argumento de la barrera 4, relativo a las fallas en las inspecciones de mantenimiento, está metido con calzador, es decir, a fuerza, sin coherencia técnica con el resto del reporte 3 y con los reportes 1 y 2.

El desplome de la Línea 12 del metro se debe a las notables fallas de diseño y construcción. Una obra que tiene 14 años de vida útil está mal diseñada. Una obra que se cae a los 9 años de inaugurada está mal construida. Argumentar fallas de mantenimiento no es lógico ni técnico, es simplemente político.

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