Secretario de Gobierno de la CDMX
La Comisión Federal de Electricidad está difundiendo un conjunto de datos vitales para entender la necesidad de realizar una nueva reforma eléctrica, que beneficie ahora a los consumidores domésticos, las familias, y el interés nacional. Entre otros, quiero destacar los siguientes:
Hasta 1999 la Comisión Federal de Electricidad participaba con el 100 por ciento de la generación de electricidad para el país. La sola actividad de esta empresa pública era suficiente para darle electricidad a todos los hogares y establecimientos mexicanos. No había necesidad de la participación privada. Esta fue inducida artificialmente desde el poder.
Debido a las reformas legislativas de Carlos Salinas y administrativas de Ernesto Zedillo y Vicente Fox, para el año 2013 la participación de la CFE en la generación eléctrica ya había bajado a un 63 por ciento y la participación privada ascendía a un 37 por ciento.
En 2017, la CFE participaba con un 54 por ciento y los privados con un 46 por ciento. En 2018, la CFE tenía 52 por ciento y los privados 48 por ciento. En 2019, la CFE 45 por ciento y los privados 55 por ciento. En 2020, 39 por ciento y 61 por ciento respectivamente.
Si no hay reforma eléctrica, se calcula que para 2029, la CFE sólo generará el 16 por ciento de la electricidad y los privados el 84 por ciento. Y durante los años 30 de este siglo la generación de la CFE podría reducirse a cero y los privados llegar a tener el 100 por ciento. La CFE quedaría reducida (ese ha sido el objetivo de los neoliberales) a un simple organismo dedicado a subsidiar con recursos públicos y de los usuarios, la transmisión y distribución de la electricidad generada por los privados a través de la red de la nación.
Esto es así, porque la reforma heredada de la gestión de Peña Nieto:
• Obliga a la CFE a comprar la energía eléctrica a ciertas compañías extranjeras por períodos largos de 20 o 25 años con los precios más elevados y a dejar de adquirir y usar su propia generación de electricidad.
• Obliga a la CFE a permitir que supuestos y ficticios autoabastecedores de electricidad autogenerada usen la red pública de distribución a costos muy bajos (subsidiados por el Estado y los usuarios domésticos) para transmitir electricidad de un negocio a otro en lugares distintos y distantes en el territorio nacional.
• Obliga a la CFE a pagar la totalidad del costo de la electricidad convenida con un empresa privada generadora aunque esta no entregue la totalidad de la energía convenida.
Para justificar la reforma de Peña Nieto, sus defensores suelen afirmar que en el mundo predominan los modelos privatistas. Sin embargo, los datos de la CFE dicen otra cosa.
En Estados Unidos, de 3 mil 394 empresas generadoras, solamente el 15 por ciento de ellas (526) son privadas. El costo de la energía para los usuarios domésticos de Estados Unidos, es más bajo a través de empresas públicas.
De las 50 mayores empresas eléctricas del mundo, 32 tienen participación pública.
Los defensores de la reforma de Peña Nieto también suelen afirmar que la CFE genera electricidad sucia y que eso choca con la tendencia mundial en favor de las energías limpias.
Sin embargo, China tiene mil 82 centrales eléctricas de carbón. En India hay 281. En Estados Unidos hay 252. En Japón, 87. En Rusia, 85. En Alemania, 74. En Corea del Sur, 22. Y en México sólo hay 3 centrales eléctricas de carbón.
En estos momentos, China construye 92 plantas carboeléctricas; India, 30; y Japón 10. México, cero.
Por el contrario, la CFE reconoce la urgencia de llevar a cabo la Transición Energética. Por eso, realiza la modernización de 14 centrales hidroeléctricas, proyecta la construcción del parque fotovoltáico en el norte de Sonora y plantea que no se conceda ninguna concesión sobre el litio y otros minerales estratégicos.
Finalmente, hay que precisar que la reforma eléctrica que propone el actual Presidente, Andrés Manuel López Obrador, garantiza que los privados mantengan, con certidumbre y protección jurídica, el 46 por ciento del sector eléctrico.
La reforma que propone el Presidente es correcta, es necesaria y es positiva para el país.