Despertador

Ciudad de derechos

En medio de contradicciones, con tensiones y momentos desiguales, la Ciudad de México avanza y progresa.

Secretario de Gobierno de la CDMX

Furiosa como siempre, la intelectualidad conservadora, llena de rencor y codicia, arremete en estos días contra la Ciudad de México y le llama incluso “Ciudad Infernal”. Extraña la época en que todos los bienes, públicos y privados, se concentraban en las zonas privilegiadas, mientras la mayor parte del territorio urbano de la capital carecía de servicios.

Aún en medio de contradicciones, con tensiones y momentos desiguales, la Ciudad de México avanza y progresa. Quienes pensaban que la capital se reducía a Las Lomas, Polanco y el Pedregal de San Ángel, se sorprenden al descubrir que más allá de ese mundo también hay vida y movimiento, se sorprenden al descubrir que más allá de sus murallas de clase también hay ciudadanas y ciudadanos que tienen derechos.

Desde hace 20 años, en este pequeño territorio, habitado por casi 9 millones de personas, las mujeres que trabajaron toda su vida en el hogar, los artesanos y pequeños comerciantes, los que no tienen IMSS ni ISSSTE, también tienen derecho a una pensión al llegar a la tercera edad.

Aquí, en esta Ciudad, todas las niñas y los niños que cursan educación preescolar, primaria o secundaria en planteles públicos, tienen derecho a una beca.

En esta Ciudad, todas las mujeres tienen derecho a decidir libremente sobre su maternidad y, en su caso, a interrumpir su embarazo con apoyo de los servicios gratuitos de salud. Antes, esto era un privilegio que solo las mujeres ricas podían pagar, mientras las mujeres pobres se morían en la clandestinidad.

Esta Ciudad cuenta con numerosas instituciones universitarias. Entre ellas, tres universidades públicas locales.

En este lugar existen más sitios públicos, abiertos, de conexión gratuita a Internet, que en cualquier otra ciudad del mundo, incluidas Nueva York, París, Tokio, Londres y Moscú.

En esta Ciudad ninguna persona puede quedar en peligro de pasar hambre. Existen más de 400 comedores comunitarios, populares y públicos, en los que cualquier persona, sin necesidad de portar credencial alguna, puede ingresar y degustar sus alimentos de manera gratuita o pagando solo 11 pesos.

En esta Ciudad tenemos el transporte público más barato del mundo. Frente a los tres dólares que se pagan en el metro de Nueva York y otras ciudades (equivalentes a unos 60 pesos) aquí solo se pagan cinco pesos.

En esta Ciudad, las personas que pierden su empleo tienen derecho a un seguro de desempleo como red de protección social mientras encuentran otro trabajo.

Aquí las parejas del mismo sexo se pueden casar y caminar de la mano por calles y parques.

Aquí las personas pueden profesar la religión que quieran o ninguna, sin ser perseguidas o estigmatizadas.

En esta Ciudad capital la gente se puede manifestar y protestar contra el gobierno, sin ir a la cárcel por ello, como sucede en muchos estados de la República.

En esta Ciudad se invierten los recursos en infraestructura donde hay más rezago. En Iztapalapa había sólo un auditorio, ahora hay trece grandes auditorios; en Iztapalapa había sólo una alberca semiolímpica, ahora hay quince. En la Ciudad sólo había pistas de hielo privadas, ahora hay pistas de hielo públicas y gratuitas. En los últimos años se han construido hospitales públicos en Iztapalapa, Álvaro Obregón, Tláhuac, Tlalpan y Gustavo A. Madero.

En esta Ciudad las grandes avenidas no son solo para los vehículos particulares. Los ciclistas y los peatones también pueden usarlas con un sentido recreativo.

Además en las grandes plazas, empezando por el Zócalo, se desarrollan grandes conciertos masivos. En esta Ciudad, cualquier persona puede escuchar gratuitamente a Madredeus, Manu Chao, Joan Manuel Serrat o Silvio Rodríguez.

Es cierto que en la administración pasada, entre el año 2015 y el 2018, se desató una ascendente oleada delincuencial que llevó a la Ciudad a padecer hasta cinco homicidios diarios. Pero también es cierto que entre 2019 y 2021 los homicidios bajaron en un 35 por ciento, los delitos de alto impacto en un 50 por ciento y el robo en transporte en un 60 por ciento.

Por todo lo antes dicho afirmo que esta es la Ciudad de los derechos, la gran Ciudad de México.

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