Costo de oportunidad

Argentina y los extremismos

Un conjunto de reformas liberales para Argentina son una buena noticia. Enhorabuena a los argentinos y ojalá su gobierno cambie para bien, con Javier Milei o con Patricia Bullrich.

El resultado de 70 años de peronismo es una sociedad argentina cansada de la falta de resultados. En la elección primaria el fin de semana pasado, el kirchnerismo, heredero político del peronismo, no está ni siquiera en las opciones para la segunda vuelta, o balotaje, como le dicen allá. Javier Milei y Patricia Bullrich, de ideas antiperonistas ambos, se disputarán la presidencia de ese país.

Javier Milei es un personaje excéntrico, por decir lo menos. Tenía una banda de rock. Se dice que duerme con sus perros y su hermana, y que platica a través de un medium con un mastín muerto hace años. También, Javier Milei es un economista de la escuela liberal austriaca, quien ha abogado por una reducción del aparato del Estado en Argentina, la dolarización de la economía, y la apertura al libre comercio.

Me parece que la postura económica de Milei es la correcta, en un país en donde setenta años de peronismo han resultado en necesidades financieras del Estado por encima del 60 por ciento del Producto Interno Bruto. Argentina tiene impuestos a todo. En la última década, han recurrido a gravar a su sector exportador. A pesar de tener un ingreso per cápita alto para estándares latinoamericanos, más de 10 mil dólares por persona, ligeramente superior al de México, el ingreso de los argentinos es insuficiente porque la falta de comercio internacional, y los excesos fiscales, hacen que los bienes y servicios sean muy costosos. Como resultado de esta situación, Argentina ha tenido episodios de incumplimiento de pagos en la deuda pública. Desde que este economista tiene memoria, ha tenido que acudir a la refinanciación de muchos de estos adeudos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), mismos que después se vuelven impagables, por la falta de ajustes estructurales. La clase política argentina lo que ha hecho es satanizar al FMI y endurecer la narrativa anticomercio y favorable al sindicalismo, subsidios y corrupción política.

Es interesante, por decir lo menos, la categorización que se hace de un liberal, con tintes de estridencia y sí, quizá con algo de populismo, como “la extrema derecha”. Francamente, nunca he sabido a qué se refieren con la extrema derecha la gente que califica los extremismos. Históricamente, en Europa, el falangismo español, el fascismo italiano y el nacional socialismo alemán se categorizaron como “extrema derecha”. Alternative für Deutschland (AfD), un grupo nativista, supremacista y antimigración, es clasificado como extrema derecha. ¿Realmente tienen algo que ver con Javier Milei, y los economistas austriacos, los autoritarios y totalitarios que tradicionalmente han sido descritos como de extrema derecha?

El politólogo neerlandés Cas Mudde, en su artículo “El populismo radical de derecha, una normalidad patológica”, define: “La característica clave de la extrema derecha es el nativismo; ideología que sostiene que solamente los nativos de un Estado pueden habitarlo. Le hemos escuchado esto a Trump, a la señora Le Pen en Francia, y a AfD en Alemania, pero no recuerdo que Javier Milei mencionara tal cosa.

Otra característica definitoria de la extrema derecha populista, de acuerdo a Mudde, es el autoritarismo severo, cosa que liberales como Milei defienden en el caso de los derechos de propiedad. Sin embargo, ahí la definición de Mudde se queda corta; el autoritarismo de extremistas como los regímenes militaristas de mediados del siglo XX, en el cual se inspiraron peronistas en Argentina y cardenistas en México, es uno en donde se usan los recursos del Estado para perseguir opositores políticos, derivando en regímenes democráticos estériles, sin oposición y con dictaduras de partido.

Francamente, los analistas que salen con que Milei será para la Argentina lo que Bukele para El Salvador, no tienen idea de lo que están diciendo. Claro, siempre hay la posibilidad de que un loco que llega al poder se vuelva peor de loco, y se convierta en nativista y autoritario. Las estridencias y desfachatez de Milei, y su enojo permanente contra los que él llama “los zurdos de mierda”, lo hacen parecer loco. Ojalá no lo esté, y ojalá eso sea solamente una estratagema para ganar las elecciones.

Por lo pronto, un conjunto de reformas liberales para Argentina son una buena noticia. Ese país empezó el siglo XX siendo uno de los lugares más prósperos sobre la tierra, y en el siglo XXI no puede pagar los excesos de su clase política. Enhorabuena a los ciudadanos argentinos, y ojalá su gobierno cambie para bien, con Javier Milei o con Patricia Bullrich, gracias al liberalismo.

El autor es asesor en Agon Economía Derecho Estrategia, Consejero MUCD.

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