Sobremesa

Justicia selectiva

Los casos recientes más emblemáticos son los de la exsecretaria de Sedesol y Sedatu, Rosario Robles, y el del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya.

¿Por qué Rosario Robles sí y Emilio Lozoya no? ¿Por qué El Bronco sí y Delfina Gómez no? ¿Por qué Sandra Cuevas sí y Claudia Sheinbaum no? ¿Por qué los consejeros del INE sí y Pío López Obrador no? Cuando la justicia es selectiva no es justicia.

Abundan los casos de la doble vara con la que se mide la justicia, una vara que responde a la presión política de los gobiernos en turno, incluidos los de la 4T.

El caso reciente más emblemático es el de la extitular de Sedesol y Sedatu, Rosario Robles, y el del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya. Los dos trabajaron con EPN y están en la cárcel, pero ella por un delito que no amerita prisión preventiva, mientras que él es un criminal confeso.

Rosario estaba de viaje y se presentó voluntariamente ante el juez, le dictaron prisión preventiva valiéndose de una licencia de conducir fake. Él estuvo prófugo de la justicia hasta que fue detenido en España y la 4T lo trató como… digamos, un preso VIP.

Ojo, a Rosario no le han encontrado millones en sus cuentas y está acusada de omisión, no de haberse robado el dinero de las dependencias que encabezó. A las cuentas de Lozoya paró dinero de Odebrecht y él ofreció 10.2 millones de dólares como acuerdo reparatorio para recobrar la libertad.

Es más, el fiscal Gertz violó el debido proceso de ella, y no lo digo yo, lo dijo un Tribunal Colegiado. Para él, en cambio, sólo ha habido beneficios; incluso fue considerado aliado de la 4T.

Y qué decir del sobrino de Dolores Padierna, sí, el juez Felipe Delgadillo Padierna, el implacable con Rosario, pero generoso con Emilio; el que le dictó prisión preventiva a ella, pero aceptó que él pagara 2.6 millones de pesos para evitar ser procesado por defraudación fiscal. ¿No fue la 4T la que equiparó defraudación fiscal con delincuencia organizada?

Sigamos con los casos

En la lista tenemos al exgobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, y a la titular de la SEP, Delfina Gómez.

Delfina no sólo está acusada como El Bronco, sino que ¡está juzgada! Siendo alcaldesa de Texcoco le retuvo un porcentaje de su sueldo a empleados del municipio, un delito electoral. El Bronco también está señalado de un delito electoral, pero él sí está en la cárcel.

Y, según supe, Delfina no quiere ser la candidata al gobierno del Estado de México, pues se sabe muy vulnerable.

Sí tendría ventaja en las encuestas, pero también es quien quitó las Escuelas Tiempo Completo y extorsionó a los empleados en Texcoco; esos temas, de saque, la bajan de siete a nueve puntos… Así pues, es la más conocida, pero la más vulnerable…

Y ojo, a Higinio Martínez, AMLO no lo puede ver ni en pintura, porque defendía en tribuna el NAIM de Texcoco. Horacio Duarte, tras la amenaza de Carlos Ahumada, desde Argentina, de filtrarle más videos, debe estar, o al menos debería estar... descartado. Así pues, quedan Pedro Centeno, ¿Ese quién es?, se preguntarán, pues el director del ISSSTE; y el subsecretario Alejandro Encinas, quien competiría por tercera vez; total, ¡la tercera puede ser la vencida!… Regresemos a la justicia selectiva.

Ni pío

Ahora un caso de la ministra de la SCJN, Yasmín Esquivel, sí, la pro-AMLO y esposa de Riobóo, el autor de “los aviones no chocan, se repelen” -genio, diría Meade.

La ministra le otorgó una suspensión a la FGR para no dar información sobre Pío López Obrador al INE por los videos dónde recibe dinero, y tampoco dejó que se abriera el expediente Odebrecht. ¿Será porque no hay prueba alguna de que usaran ese dinero en la campaña de EPN?

Y ya que hablamos del INE, no olvidemos que la 4T le ha querido dar hasta con la cubeta a los consejeros electorales, sobre todo a Lorenzo Córdova y Ciro Murayama. Uno de los primeros en arremeter contra los consejeros fue Félix Salgado Macedonio, presunto violador con al menos seis denuncias, aunque… bueno, digamos que el senador también es el reflejo de la justicia selectiva.

Un morenista que tiene entre ceja y ceja al INE es el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, quien, en un hecho inédito en democracia, denunció penalmente a los consejeros que aplazaron la fecha de la revocación de mandato.

Enseguida, la Fiscalía Anticorrupción, dirigida por María de la Luz Mijangos, abrió las carpetas de investigación. Aunque Gutiérrez Luna desistió de la denuncia a petición de AMLO, las carpetas siguen abiertas y mientras sigan así, la acción penal seguirá pendiendo como la espada de Damocles sobre la cabeza de los consejeros y el secretario técnico del INE.

(Aprovecho el espacio para pedirles una entrevista al presidente del INE, Lorenzo Córdova, y a la fiscal Luz María Mijangos).

Por cierto, nunca desde 1990, cuando se fundó el IFE, hoy INE, alguien había denunciado a los consejeros, mucho menos desde la presidencia de un poder. Bueno, ni el PRI llegó a tanto cuando se le impuso la multa por el Pemexgate, ni el PAN o Fox cuando se sancionó el caso Amigos de Fox con la multa más grande de la historia. ¡Quihúboles!

Quítate que ahí te voy…

Y todo parece indicar que en la CDMX no quieren quedarse atrás y siguen el mal ejemplo de la justicia selectiva, y si no me creen pregúntenle a Sandra Cuevas, la alcaldesa de Cuauhtémoc.

En fast track fue inhabilitada por el presunto robo, abuso de autoridad y discriminación contra dos mandos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. La alcaldesa acusó a Claudia Sheinbaum de haber orquestado una persecución política. ¿Será que la regenta… ah no, perdón, la regenta, otra vez perdón, la jefa de Gobierno, estaba enojada con Sandra Cuevas porque le ganó las elecciones o porque no se quiso pasar a Morena?

¿Cuándo será que llegue la justicia por el derrumbe de la Línea 12 del Metro?, o ¿será que la fiscal Ernestina Godoy investigó si hubo algún delito en experimentar con ivermectina en enfermos de COVID-19?

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