Sobremesa

#YoDenunciéPero…

Ocho de cada diez violaciones las hacen conocidos de las víctimas: algún familiar, amigo, novio, esposo o compañero del trabajo.

“El detective a cargo de mi caso me preguntó si yo no le había engañado a mi expareja para que me violara”.

“Me reviso la médico legista, después el que tomó mi denuncia dijo que no lo podían detener, porque no lo vieron en el momento que me golpeó, empujo y quemó”.

“Me revictimizaron al grado que me dio una crisis nerviosa y se tuvo que parar el proceso”.

“La MP que levanto mi denuncia me sometió a un interrogatorio de tipo criminal, me gritaba y me preguntó por el color de la ropa interior que llevaba el día de la denuncia”.

“Me sentí muy mal por el trato en el MP, me subieron a la misma patrulla que él, me hicieron desnudarme y no quería. Fue horrible”.

“Me dijeron que mejor no procediera pues los policías me habían dado nombres falsos y aunque di placas, número de patrulla y demás, no los podían ubicar”.

“Al ser mi expareja abogado y tener múltiples contactos dentro de diversas instituciones, jamás lo vincularon a proceso pese a que existían dictámenes médicos y psicológicos…”.

“Me dijeron que había accedido a salir con él, entonces mi denuncia no procedía”.

“En la UNAM solo lo suspendieron un semestre, eso fue devastador, y buscaron que fuera yo quien dejara mis estudios”.

“Me culparon por llevar una falda corta”.

“Las pruebas no fueron ‘suficientes’”.

“El juez, Lic. Martin Ricardo Torres Álvarez, falló a favor de mi abusador en todas las instancias”.

“La denuncia se ‘perdió’, creo que el agresor corrompió”.

“Nada, pasaron ocho meses hasta que después yo los contacté y me dijeron que no procedía mi denuncia porque cometí ‘violencia digital’ al exponerla en redes sociales y alzar la voz”.

“Me dijeron que podía arruinarle el futuro a este muchacho…”.

Seguro se quedó igual que yo, con ganas de vomitar, enojado, preocupado, rabioso tras leer estos testimonios de algunas mujeres muy valientes que decidieron denunciar a su violador y se estrellaron contra una realidad que no podemos seguir normalizando.

Ojo, cuando pensamos en violación, se nos viene a la mente la imagen de una calle sola y oscura, pero nada más alejado de la realidad.

Ocho de cada 10 violaciones las hacen conocidos de las víctimas: algún familiar, amigo, novio, esposo o compañero del trabajo.

Entonces, cuando la víctima comienza a pensar en las posibles ‘consecuencias’ de denunciar, decide no hacerlo. Lo que explica que sólo 3 por ciento de los delitos de violencia sexual se denuncian.

Existe una cultura que favorece el abuso y muchas veces no cree a las víctimas; el movimiento invitó a las personas a que vayan a leer los testimonios y vean con sus propios ojos que “esto no puede ser inventado”.

“Desde comentarios, desde me río de un chiste, desde cosas cotidianas que estamos todos los días y que no nos damos cuenta, y que estamos perpetuando esta cultura de poder patriarcal que va en aumento, porque empieza por un chiste, luego empieza por algo más violento, como decir que ‘las mujeres no entienden’ o que ‘ay no, esta te tengo que explicar con manzanas’, y luego va subiendo el nivel, hasta que llega a niveles máximos, que es una violación, y el extremo que es un feminicidio”.

¿Por qué los chavos cuando toman no matan, pero sí violan?

“Porque saben que hay una consecuencia, porque saben que es un delito y les queda clarísimo; entonces ¿por qué cuando toman sí violan? ¿Qué parte no les queda claro de que es un delito? Y eso hay que hacer conciencia”, cuestiona el colectivo #YoDenunciéPero...

Se debe concientizar a los jóvenes acerca de lo que es el consentimiento (no es no), así como de no aprovecharse de sus compañeras cuando hay alcohol de por medio.

Tendedero de denuncias

Mañana se realizará un ‘tendedero de denuncias’, con el objetivo de visibilizar las experiencias de víctimas de abuso que han padecido violencia institucional y de aquellas que, por diversos motivos, deciden no denunciar.

Con la campaña #YoDenunciéPero, las convocantes buscan visibilizar las violencias que se sufren en el Ministerio Público, con el juez, con el magistrado y cualquier otra persona que impida a las víctimas acceder a la justicia.

Por otro lado, bajo el lema #NoDenunciéPorque, se compartirán testimonios de aquellas mujeres que decidieron no denunciar y sus razones detrás de esta decisión, como pueden ser amenazas, presiones familiares y sociales, entre otras.

La cita será en la ‘glorieta de las mujeres’ (antes de Colón), sobre Paseo de la Reforma, de las 10 am a las 8 pm.

Para aquellas mujeres que deseen compartir su testimonio o conocer más del tema pueden revisar las redes sociales de #YoDenunciéPero.

“La única forma de hacernos ver, notar, de visibilizar estas violencias es a través de estas formas de denuncia, de alzar la voz y de poder unirnos todas las mujeres y decir: ‘a ver, no es un caso aislado, somos muchas, somos miles de mujeres’”, comentó una de las participantes.

Las cifras lo demuestran, pues tan sólo en el primer semestre de 2021 se presentó una carpeta de investigación por violación cada 25 minutos, mientras que, en los últimos años (2018-2022), de cada 100 denuncias de violencia sexual, sólo cinco llegaron a juicio.

Es importante dejar de pensar que los abusos ocurren en ciertos estratos sociales y educativos, ya que pasa en “todos lados” y, aunque para muchos es más fácil voltear a otro lado y decir “aquí en mi casa y entorno no pasa nada”, lo cierto es que “sí pasa y es justo porque no abrimos los ojos de que te puede pasar”.

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