La Aldea

3 años: un peor país

Con índices negativos y desfavorables en todos los rubros, la 4T ha representado un grave retroceso para México. Los números lo demuestran.

Tenemos un país en condiciones inferiores a las que inició esta administración. Esta afirmación será refutada hasta la saciedad, afirmando que la 4T ha logrado resultados nunca antes alcanzados en tres años de gobierno. Revisemos datos duros, no apreciaciones de simpatizantes o detractores:

Economía: el PIB se derrumbó en 8.3 por ciento (2020-2021), en buena medida como resultado de la pandemia, pero es necesario subrayar que el crecimiento ya estaba por debajo de 0 por ciento (cero) en 2019, al cumplirse el primer año de este gobierno. Cerraremos 2021 con márgenes que rondan 7.0 por ciento de inflación (7.3), la más alta en las últimas dos décadas.

Se ha deteriorado el ingreso de los mexicanos aunque el salario mínimo ha aumentado en dos ocasiones. Igualmente las condiciones de bienestar han venido en descenso.

Pobreza: México tiene más pobres de los que tenía en 2018. Según el Coneval, aumentamos 2 puntos porcentuales (41.9 por ciento a 43.9 por ciento de los mexicanos vive en pobreza) en general, mientras que en pobreza extrema también cayeron más mexicanos: de 7.0 por ciento en 2018 a 8.5 por ciento en 2020.

Corrupción: la batalla frontal contra el mayor cáncer del país, en palabras del presidente, se reduce a… un caso en reclusorio, sin sentencia ni evidencias, y detenida de forma ilegal (Rosario Robles), y otro más al que no lograron extraer todo lo que pretendían: Emilio Lozoya. No existe estrategia, acción, ruta de gobierno más allá del discurso mañanero y lastimero. “Hemos erradicado la corrupción”, ha declarado AMLO en más de una ocasión. Afuera, en la calle, sostienen otra versión. Pero además, caímos al lugar 137 de 142 países. Estamos en los cinco peores del mundo en esta materia.

Rendición de cuentas: la Auditoría Superior de la Federación, doblegada y sometida por el gobierno, redujo en 2021 el número de denuncias penales en contra de desvíos, desfalcos e inconsistencias en los reportes del gobierno federal. La renuncia de un auditor, los silencios cómplices del señor David Colmenares (auditor superior), así como el decretazo del presidente para eliminar cuestionamientos, impugnaciones o informes de las obras de infraestructura, suman un panorama sombrío en este rubro. El 78 por ciento de los contratos en 3 años de gobierno se han otorgado por asignación directa, sin concurso ni licitación.

Seguridad: la promesa de pacificación del país se tradujo en la militarización de tareas civiles y sociales. Del regreso de los militares a los cuarteles, hoy tenemos efectivos de las Fuerzas Armadas en tareas que –según la Constitución– no les corresponden. Hacen de todo, excepto combatir el crimen y el narcotráfico.

Los tres años de AMLO suman más 100 mil homicidios dolosos, que superan las cifras de los dos gobiernos anteriores. A esto hay que agregar los escandalosos e ignorados feminicidios, una de las mayores insensibilidades del régimen.

Estados completos y zonas territoriales, gobernadas por el crimen organizado, que extendió sus dominios, ante el retiro del Ejército, la Marina, la desaparición de la Policía Federal y la Guardia Nacional adscrita a otras funciones.

México no se ha pacificado, como se prometió. Se ha incrementado la violencia, la lucha entre grupos criminales y se han otorgado, en perniciosa connivencia política, canonjías y privilegios a criminales y narcotraficantes.

Los abrazos y no balazos han probado un estrepitoso y sangriento fracaso.

Más aún, la intervención de grupos criminales en las pasadas elecciones, a favor del partido en el poder, acusa una grave complicidad entre el crimen y algunos actores políticos locales, a nivel estatal, y también federales a nivel nacional.

Democracia: grave retroceso expresado y medido con la desaparición de organismos autónomos del Estado mexicano que este gobierno decidió doblegar, desaparecer o simplemente cooptar; la Comisión Nacional de Derechos Humanos, prácticamente inexistente; la Comisión Reguladora de Energía (CRE), eliminada en los hechos; la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), igualmente descafeinada.

A los ataques constantes a los órganos autónomos (INAI, INE) se han sumado ahora intromisiones y una ofensiva frontal en contra de centros de enseñanza superior (UNAM, CIDE).

La democracia en México es hoy, a tres años de lopezobradorismo, más débil, más frágil y más vulnerable. Este gobierno ha minado pilares sustanciales de nuestra joven democracia, provocando la polarización, la descalificación constante y la desconfianza permanente. La cercanía con el crimen y la creciente presencia de militares en la vida nacional, arrojan una sombra tenebrosa sobre la 4T y su caudillo.

Abiertas pretensiones de control y sometimiento contra la Suprema Corte de Justicia, contra el Banco de México, baluartes de la independencia y el contrapeso de poderes, sugieren la indudable presencia de un gobierno autoritario y antidemocrático.

Peor país del recibido en 2018, con índices negativos y desfavorables en todos los rubros, incluyendo salud (la criminal desaparición del Seguro Popular, con lo que 27 por ciento de la población perdió acceso a servicios de salud) o la retrógrada contrarreforma educativa para complacer a un gremio que hoy –como antaño– exige al gobierno entregas de dinero y negociaciones por salarios y prestaciones.

La 4T ha representado un grave retroceso para México. Los números lo demuestran.

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