El Globo

El engaño a Kerry

Sembrando Vida pudiera ser una extraordinaria idea, pero su operación es un desastre que afecta al medioambiente y abre amplios canales para el desvío de fondos públicos.

John Kerry, enviado especial del presidente Biden para temas de protección ambiental, visitó México el día de ayer en un municipio de Chiapas para constatar de forma personal el programa Sembrando Vida. El exsecretario de Estado y exsenador elogió ampliamente el programa, al gobierno de México y al propio Presidente.

López Obrador respondió con elogios equivalentes de bienvenida: “Está usted en su casa”, “Somos aliados del presidente Biden en la política de defensa al medioambiente” y otras linduras. Puro bonito. Todo aterciopelado haciendo a un lado la cruda realidad.

La comitiva no fue menor: el canciller Ebrard, los embajadores mutuos, Salazar (Estados Unidos en México) y Moctezuma (México en Estados Unidos). El montaje fue espléndido.

Un líder comunitario le explicó al funcionario estadounidense las ventajas del programa y los beneficios de quedarse en su tierra. El propio Kerry reconoció que se trata de un programa ejemplar para arraigar a las comunidades, rechazar la migración, reforestar bosques y selvas, y con ello proteger al medioambiente.

Las preguntas inevitables que surgen son: ¿Kerry sabrá que el gobierno actual de México produce electricidad con combustóleo?, ¿sabrá que está a punto de eliminar la generación de energía eólica y solar de nuestro territorio al cancelar permisos y contratos una vez que la nueva ley sea aprobada (si es votada a favor por el Congreso)?, ¿sabrá aún que la mentada iniciativa cancela permisos de cogeneración y generación particular con la luz del sol y el viento?

Muy probablemente no. Por ello los elogios y las felicitaciones.

Porque a la hora de poner todo en perspectiva y de colocar todas las variables en la balanza, sucede que este gobierno es uno de los más contaminantes que hayamos tenido.

No existe una sola medida de protección al medioambiente que se ejecute desde el gobierno. Revise usted la construcción de Dos Bocas, escenario de la represión a los trabajadores rebeldes en días recientes, que carece de dictámenes y mecanismos para la protección del agua, la tierra, los esteros cercanos a la refinería. Para nadie es un secreto que una planta refinadora de crudo es una de las industrias más contaminantes del planeta. Todas reciben graves imposiciones para contener, en la medida de lo posible, sus emisiones, sus desechos, los químicos utilizados en la refinación. En Dos Bocas no hay nada de eso, porque es un proyecto presidencial. Porque la voluntad del caudillo atropella toda ley, reglamento, normatividad, por el solo hecho de que la hicieron los neoliberales.

Así que al pobre Kerry y al embajador Salazar les montaron una escena. Habría que aclararles varias premisas del dichoso programa: es absolutamente oscuro; no existe reporte fehaciente de los árboles plantados, en cuántas comunidades ni el número de personas hipotéticamente beneficiadas. El último es de principios de 2020.

Con mayor gravedad, como señaló en Twitter José Miguel Vivanco, director ejecutivo de Human Rights Watch, “podría causar deforestación, porque en 2019 se permitió la tala de 72 mil hectáreas de bosque, para que los beneficiados cobraran por replantar árboles” que ellos mismos habían cortado. Es decir, esta flamante y transparente administración permitió cortar más de 70 mil hectáreas de bosque para que su programa social tuviera espacio, tierra y propósito de sembrar nuevos árboles, y por supuesto, entregar pensiones y miles de millones a los beneficiados. Puro clientelismo electoral con grave daño al medio ambiente. ¿En cuántos años piensa usted que esos árboles nuevos podrán reemplazar a los viejos en su función de convertir CO2 en oxígeno?

A Kerry no le dijeron que el programa se ha valido de algunas trampillas, como extenderlo sólo a zonas controladas por Morena, o como no tener un censo preciso de quienes reciben las pensiones.

Sembrando Vida pudiera ser una extraordinaria idea, pero su operación es un desastre que afecta al medioambiente, abre amplios canales para el desvío de fondos públicos y se utiliza, en esencia, para la operación política del partido en el poder.

Engañaron al enviado y al embajador del presidente de Estados Unidos, todos muy sonrientes y con aplausos de por medio.

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