La Aldea

Censura y represión

El presidente presume la total apertura y libertad para disentir, ¿por qué entonces la persecución, la censura, el hostigamiento orquestados y perpetrados desde el poder?

Conforme avanza la administración y la muy presumida ‘tolerancia y apertura’ del presidente, surgen señales que apuntan a un agotamiento total; aparecen noticias preocupantes de esta administración con respecto a sus críticos.

Para nadie es un secreto que la gestión de la pandemia por el efecto del Covid-19 ha sido un desastre total. Si hubiera justicia –que dudo fervorosamente– el electorado le impondría tan sólo por esto, por permitir con el mayor de los cinismos y la incapacidad de sus colaboradores, la muerte de cientos de miles de mexicanos que, lo dicen los científicos, pudieron haberse evitado y prevenido. Le impondría, decía yo, un voto de castigo en las próximas elecciones tan extendido y solidario con las víctimas y sus familias como en ninguna otra parte del mundo. Lo dudo, porque son muy eficientes en repartir dineros, consignas, promesas y “ayudas”.

Lo invito a que observe usted a las cuadrillas de ‘siervos de la nación’ que recorren las calles de colonias, registrando, repartiendo, haciendo promoción del voto y de su partido. Bueno hasta los chalecos dicen Morena, ¿qué no se les paga con dinero del Estado mexicano? ¿No cobran en Bienestar Social, antes Sedesol? Lo mismo que hacían el PRI y todos los demás.

Pero las señales graves que llegan a mi mesa de trabajo son las de amenazas, censura y represalias a quienes se atreven a disentir con el gobierno y expresarlo.

Cito una vez más el caso de la Dra. Laurie Anne Ximénez Fyrie, jefa del Laboratorio de Genética Molecular en la UNAM, doctora en Ciencias Médicas con especialidad en microbiología. La doctora escribió el ya célebre libro Daño Irreparable, donde describe con precisión científica la cadena de errores, improvisaciones, mentiras y caprichos que guiaron 12 meses de gestión errática de la pandemia por Covid-19. La doctora, a quien tuve el gusto de entrevistar para El Financiero Bloomberg, señala con certeza la manipulación del semáforo por parte de López-Gatell y los múltiples tropiezos por una política de salud pública, gobernada por el capricho, la frivolidad y la ignorancia.

El resultado del libro fue impactante por su alcance y por la seriedad del trabajo, pero para la doctora, científica quien señaló la carencia de ciencia en decisiones de salud, su vida se convirtió en un calvario. Amenazas, mentadas, persecución en redes y en su trabajo, exigencia de retractarse por parte de algunas voces no gubernamentales, pero cercanas a Morena. Grave el clima de linchamiento profesional y académico.

Le comparto otro caso: el Dr. Francisco Moreno, un epidemiólogo e internista de primer nivel en México, jefe epidemiológico del hospital privado ABC de la Ciudad de México, jefe del pabellón Covid en ese hospital y además, el autor de todos los protocolos contra la epidemia que ese centro hospitalario puso en práctica con éxito superior a 99 por ciento durante un año. El doctor Moreno se convirtió en una de estas estrellas ‘Covid’ por la puntualidad de sus mensajes en redes, por la claridad de su información y recomendaciones para cuidados y prevención. Fue vital para desmitificar una serie de rumores infundados que recorrían las redes acerca del virus, las vacunas, y la atención médica. Se convirtió en una pequeña celebridad, señalando con frecuencia los traspiés del gobierno y la torpeza con que enfrentaron la atención de miles y miles de pacientes a quienes, en muchos casos, se les abandonó a una muerte dolorosa en casa.

Los mensajes del doctor Moreno resultaron incómodos a la autoridad de salud. Iniciaron llamadas de presión al hospital ABC para hacerlo callar, incluso condicionamiento de materiales y suministros a cambio de su silencio. Hace dos semanas, Francisco Moreno fue retirado de la Dirección de Epidemiología del ABC; no está más a cargo del pabellón Covid y, por si no fuera suficiente, le retiraron la cátedra que ofrecía desde hace 24 años.

Estas historias son apenas algunas perlas en un océano de represalias a críticos en el sector académico, médico y científico.

López-Gatell y su jefe, el presidente de la República, merecerían juicio público por la irresponsable, criminal y devastadora estrategia para luchar contra el Covid-19. Las mejores evaluaciones, para evitar la politización que tanto gusta a AMLO, son las de la OMS y sus señalamientos de la gravedad, torpeza y brújula extraviada con la que México enfrentó el Covid-19. Ahí no podrán decir que son los opositores, conservadores al presidente.

De regreso al punto original, el presidente presume la total apertura y libertad existente en México para disentir, ¿por qué entonces la persecución, la censura, el hostigamiento, todos orquestados y perpetrados desde el poder y las oficinas del gobierno?

¿Cuál tolerancia? ¿Cuál apertura? ¿Cuál diálogo abierto con la sociedad? Lo que AMLO quiere, pregúntele a los jueces y magistrados del Poder Judicial de la Federación, es sumisión total: reverencia, servilismo, acatamiento ciego a sus deseos y órdenes. Como lo hacen Monreal, Mario ‘Abyecto’, diputados y senadores.

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