El Globo

‘Momentum Kamala’

Muchos se han quedado sorprendidos de descubrir a una mujer puntual, precisa, con argumentos sólidos y que, a todas luces, no se amilana ante los ataques de Donald Trump.

Para sorpresa de propios y extraños, de los acuciosos encuestadores estadounidenses –hay miles–, de los medios y de las universidades que hacen sus propias mediciones, se está registrando un péndulo de opinión favorable hacia la vicepresidenta Kamala Harris.

Es tal el confirmado registro, o debiéramos decir coincidente por diversas encuestas –Ipsos, NYTimes, CNN, Real Clear Politics–, que se habla ya, a 82 días de las elecciones del próximo 5 de noviembre, del momentum Kamala.

Los factores son múltiples: sin duda la más energética, dinámica y ciertamente vivaz candidata demócrata, como un claro contraste a su jefe y mentor, Joe Biden, pero hay más.

Muchos se han quedado sorprendidos de descubrir a una mujer puntual, precisa, con argumentos sólidos y que, a todas luces, no se amilana ante los ataques de Donald Trump.

Es una californiana combativa, con amplia experiencia en el debate y la discusión de las ideas, cuyos primeros discursos han capturado a múltiples demócratas frustrados y decepcionados, y a otros en franca huida a las filas republicanas.

Pero más aún, ha logrado que votantes independientes y algunos republicanos –especialmente en Pensilvania– la puedan voltear a ver con sorpresa, por lo menos.

Varias de las encuestas arriba mencionadas apuntan a una ventaja de Kamala en tres de los estados ‘columpio’, claves para conseguir la victoria en noviembre.

Hace apenas tres meses, la contienda presidencial en Pensilvania, Wisconsin y Michigan otorgaba ventajas de 3, 1 y 1 puntos, respectivamente, para Trump.

En agosto, la última medición registra una ventaja de 4 puntos en los tres estados para la señora Harris.

Algo que no se esperaba de una forma tan veloz, tan contundente y tan significativa en pocas semanas. Existe, dicen los encuestadores, un movimiento claro de votantes hacia la campaña demócrata, una inclinación en la que coinciden varias encuestadoras.

Si esta ventaja se mantuviera y si ese fuera el resultado el martes 5 de noviembre, afirman los expertos en la medición regional por estados, la probable derrota de Kamala en Arizona, Nevada y Georgia –tres estados que conquistó Biden en 2020, pero donde los demócratas han venido a la baja según las últimas mediciones– podría ser irrelevante si Harris triunfa en Pensilvania, Wisconsin y Michigan.

La razón está, claro, en el mayor peso electoral de estos tres estados del norte, que en aquella y fatídica campaña de Hillary Clinton en 2016 fueron decisivos para el triunfo de Trump.

Lo cierto es que Kamala trae viento a favor, es protagonista de un impulso que la proyecta, por ahora, como una potencial vencedora al conquistar los 270 votos electorales necesarios para sentarse en la Oficina Oval.

Sin embargo, no es suficiente. Las encuestas no señalan un líder inamovible que desde ahora se vea como el posible ganador. Son mediciones en continua evolución (fotos del momento, dicen los encuestadores) que, si bien hoy favorecen a Kamala Harris en esos estados clave, bien podrían revertirse en cualquier momento por diversas razones.

Lo destacado a señalar es el swing del péndulo, el ondular de la percepción y la opinión pública americana, que percibe a la demócrata como una posible ganadora. Algo que hace apenas seis semanas muchos rechazaban.

Trump ha reaccionado tan furibundo a estas mediciones que las ha descalificado y ha señalado que están manipuladas y son falsas (una enfermedad común de los populistas en el mundo: rechazar la realidad que les resulta adversa).

El hecho contundente es que, de un candidato retirado (Biden), percibido como débil, intrascendente, incapaz de dirigir a la nación; de un cambio a muy pocas semanas de la meta, la nueva candidata ha logrado capturar la atención, proyectar firmeza, seguridad, capacidad y opacar la brillante y adelantada victoria de un ‘Trump invencible’.

Resulta que hay opositora, que es proveniente de una minoría, que tuvo un muy bajo e insignificante perfil como vicepresidenta, y que se ha revelado como una candidata competitiva.

Mucho está aún por verse. Existen amplias expectativas del debate, o de los debates en caso de se realice más de uno.

La historia está aún por escribirse.

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