Post-verdad Digital

Los niños con cáncer, injusticia que cuesta vidas

Al final del día las medicinas siguen sin llegar y no solo las de los niños con cáncer, hay un desabasto generalizado de medicamentos tanto en el IMSS como en las farmacias privadas.

Si hacemos una extrapolación del último dato disponible, hoy en día ¡más de 2 mil niños! han fallecido de cáncer debido a la falta de medicamentos que les permita siquiera tratar de hacer frente a su enfermedad.

Según datos de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer I.A.P., cada año se registran 5 mil casos nuevos, el cáncer infantil es la primera causa de muerte por enfermedad en pacientes de 5 a 14 años y actualmente hay un estimado de 23 mil casos activos en este rango de edad.

Lo anterior pueden ser solo fríos números, la realidad de muchos de estos pequeños es peor de lo que nos imaginamos, varios de ellos vienen de familias de escasos recursos y de poblados lejos de las grandes urbes por lo que el hecho de llevar al niño a un tratamiento, además del costo del viaje y hospedaje de los padres, implica dejarlo en un hospital internado y verlo cada dos o tres semanas, o más tiempo. Es eso o dejarlo en casa y esperar lo mejor.

Los fuertes dolores de las etapas terminales, el desgaste de una enfermedad que poco a poco va consumiendo la fuerza del paciente al punto en que muchos no pueden hablar o comer es algo terrible en un adulto y francamente desesperanzador cuando lo sufre un niño.

Y en medio de este sufrimiento que pasan las familias mexicanas están los que tienen en su mano permitir que haya o no medicinas, los que decidieron que el Seguro Popular no debía existir por ser parte de los ‘periodos neoliberales’, pero nunca pudieron instrumentar su relevo, el Insabi, y de dos plumazos dejaron sin atención médica y medicinas a millones.

Pero no quedó ahí, una vez cometido el error, hace tres años, ahora no quieren recular y aceptar que se equivocaron, prefieren mantener una mala decisión que cuesta las vidas de sus ciudadanos más desprotegidos antes que demostrar un ápice de C y solucionar el problema.

Y no conformes con eso, al sentir la presión de una opinión pública contraria a sus decisiones, han decidido revictimizar a estos niños y a sus padres llamándolos ‘golpistas’ movidos por intereses de grupos internacionales, solo por el hecho de exigir que aquellos elegidos para administrar nuestro dinero no se lo gasten en tonterías, sino en lo que más importa: la vida y la calidad de vida de los ciudadanos.

Nuevamente no quedó ahí, ahora todos los opinadores de la 4T, desde los columnistas hasta el más insignificante de sus chairobots, traen el discurso de un golpe de Estado ‘blando’, así lo describen, que además es impulsado desde el extranjero; ya no mencionan a los niños con cáncer, pero este es uno de los puntos donde empieza esta nueva narrativa de la 4T. Sin embargo, al hacer una revisión de la opinión pública en redes observamos que de las 838 mil conversaciones que hubo en torno al tema y los 3.8 millones de interacciones que se generaron, 84 por ciento son negativas para el gobierno y solo 6.2 por ciento positiva, el resto son neutrales.

Al final del día las medicinas siguen sin llegar y no solo las de los niños con cáncer, hay un desabasto generalizado de diversos medicamentos tanto en el IMSS como en las farmacias privadas, esto es culpa directa de la Cofepris, que dirige Hugo López-Gattel, aunque es mucho más grande que él, es resultado de la necia visión de la cuarta transformación.

Me gustaría recordar al subsecretario López-Gatell que los crímenes de lesa humanidad, según la Corte de la Haya, son aquellos más atroces e inhumanos y se caracterizan por “ser ataques generalizados o sistemáticos contra una población civil, cometidos para aplicar las políticas de un Estado o una organización” esto incluye, según esta Corte Internacional, negar el acceso a medicamentos.

El gobierno de la esperanza hasta la esperanza se robó… se la quitó a los niños con cáncer.

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