Mitos y Mentadas

Predicción 1: ¿México será Venezuela?

En Venezuela hay un círculo de poder que tiene el control político y económico que obtuvo por la fuerza. En México el deterioro proviene del incremento sostenido del crimen organizado.

Empezaré mis predicciones con una de mediano plazo, que tendría impactos en muchas variables de corto plazo, incluyendo el crecimiento económico.

Desde el inicio de la campaña electoral se comparaba al entonces candidato López Obrador con Chávez o Maduro. En la opinión de muchos, esto conllevaría –de ser elegido AMLO– al mismo destino que Venezuela. Insistí entonces y lo repito ahora, que eso no pasaría. México y Venezuela son países con contextos muy distintos y no solamente porque México sea frontera con Estados Unidos, sino porque el tipo de problemas y riesgos son estructuralmente de otra naturaleza.

Me explico. En Venezuela hay un círculo de poder que tiene el control político y económico que obtuvo por la fuerza, la coerción y la intimidación judicial. En México esto no va a suceder. No habrá clonación. El peligro es de naturaleza distinta, aunque no por eso es menos pernicioso. En México el deterioro proviene del incremento sostenido del crimen organizado por todo el país, sin que éste se explique por un partido o un grupo de poder político específico.

Este deterioro se acelerará porque el actual gobierno no tiene una estrategia para combatirlo; desmanteló y no ha procurado tener una policía profesional y el Ejército está ahora disminuido en su capacidad operativa. En la actualidad, ya no solo se enfoca a la defensa nacional y desastres naturales, sino que ha asumido funciones operativas en prácticamente todas las ramas de la gestión pública desde seguridad pública, combate al crimen organizado, aduanas, puertos, salud, migración, distribución de medicamentos, hasta construcción de aeropuertos (y lo que se acumule). Como dice el pueblo sabio mexicano: “el que mucho abarca poco aprieta”.

Guillermo O’Donnell, politólogo argentino, acuñó el término de ‘zonas marrones’, en términos simples, zonas donde no tiene presencia el Estado, usualmente ocupadas por el crimen organizado. En México, estas zonas marrones están creciendo y esto pone al país en una situación riesgosa y muy difícil de revertir a mediano plazo.

En Venezuela hay una esperanza de mejora si hay un relevo del poder, que podría traducirse en repatriación de talento, recuperación de la confianza, inversión extranjera y estabilidad a mediano plazo. En México, en cambio, el camino silencioso y diligente del crimen organizado por el país, está generando fracturas que difícilmente van a cambiar con un sexenio o un partido político. Se observan como melanomas que van apareciendo por todo el cuerpo sin extirparse, haciendo metástasis por todo el territorio nacional.

En sintonía con esta visión, el Foro Económico Mundial recientemente indicó que un ‘colapso de Estado’ es uno de los cincos riesgos que enfrenta México. Se refieren a colapso de Estado como aquellos riesgos políticos derivados por un conflicto interno, ruptura del Estado de derecho, erosión de las instituciones, golpe militar y la inestabilidad regional o global.

Para agravar la situación tenemos el fenómeno de la migración que, por la debilidad institucional y la facilidad para introducirse al país, ha atraído a miembros de distintas mafias como la rumana, rusa, de las maras del triángulo norte de Centroamérica, colombianos, canadienses y hasta israelíes, entre otros. Esto es la receta para problemas mayores incluyendo la competitividad y hasta la inflación. Por citar dos ejemplos recientes, los incrementos de los precios de los limones y aguacates a causa del derecho de piso que le cobran a los productores en Michoacán.

La predicción: el crimen organizado se sofisticará y seguirá su expansión. Repercutirá en muchos temas nacionales, desde el tejido social y aumento de la violencia, hasta la disminución de la competitividad y crecimiento económico entre otros. Al final del día la situación en México será más compleja que la actual crisis en Venezuela.

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