Leer es poder

Camino a la servidumbre

El caso de María Amparo Casar exhibe el uso del Estado para perseguir críticos y confirma la continuidad del proyecto autoritario en México, escribe Fernando García Ramírez.

Exageran quienes dicen que vivimos bajo una dictadura. Si así fuera, no podría publicar este artículo. Pero vamos camino a serlo. La persecución judicial contra María Amparo Casar lo confirma. Las dictaduras no toleran a sus críticos.

La camarilla que nos gobierna, encabezada por Andrés Manuel López Obrador, no llegó al poder mediante un golpe militar, sino por medios democráticos. Una vez en el poder, y con el apoyo de los militares obtenido a través de contratos y prebendas, se dedicó a desmantelar la democracia. A través de ilegalidades y fraudes se hizo del control de los poderes legislativo y judicial.

Desapareció el Instituto de Transparencia. Acosó a la prensa. Anuncia para el próximo año una reforma electoral que buscará cerrar para la oposición, o dificultar en extremo, el acceso al poder. El circuito autoritario estará entonces completo: control del poder político, monopolio de la violencia legal y cómplice de la ilegal. El apoyo brindado a las dictaduras de Venezuela y Cuba son señales que indican la ruta que pretenden seguir.

Tenemos un gobierno autoritario que hace uso faccioso de las instituciones para perseguir a sus críticos. Utiliza el SAT, la UIF, la FGR, el espionaje militar, a los nuevos jueces y hasta al instituto electoral para acosar a los que los critican. María Amparo Casar, al frente de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, reveló la red de influencias y el enriquecimiento inexplicable de los hijos de López Obrador (como antes había hecho con la corrupción imperante en el gobierno de Peña Nieto).

Como presidente, López Obrador exhibió en sus conferencias documentos reservados, amenazó y difamó a Casar valiéndose del enorme poder de difusión del Estado. Venganza política autoritaria en contra de una ciudadana crítica. La persecución no se detuvo con el arribo de Sheinbaum a la presidencia. “Llegamos todas”, dice, menos aquellas que se atreven a hacer pública la corrupción de su gobierno.

Casi al finalizar el periodo anterior, Casar publicó Los puntos sobre las íes, contundente alegato contra el (des)gobierno de López Obrador. En él pasa revista a su proyecto económico, social, de seguridad y de salud. La revisión es implacable porque en la mayoría de los casos contrasta la información que brinda el propio gobierno con la realidad. Un retrato estremecedor que muestra a un gobierno destructor de instituciones, antidemocrático, irrespetuoso de la ley, ineficaz ante los grandes problemas nacionales, corrupto, opaco e incompetente.

La deriva autoritaria que diseñó López Obrador la ha continuado sin descanso Claudia Sheinbaum. Cualquiera que haya albergado la idea de que su gobierno revertiría o atenuaría la tendencia autoritaria del anterior, luego de la reforma judicial puede sepultar su esperanza. Visto cómo se operó el fraude electoral para elegir al nuevo poder judicial, sería una ingenuidad pensar que la reforma electoral que viene tenga otro objetivo que el de perpetuar a Morena en el poder.

En el orden externo, Estados Unidos ha dejado muy claro, con la publicación de su Estrategia de Seguridad Nacional, que no le interesa si el gobierno mexicano va contra la democracia, siempre y cuando lo ayude a contener el paso de drogas y migrantes a su territorio. En el orden interno, la publicación de la mixtificación del pasado mexicano en el libro de López Obrador es el preámbulo de la incorporación de la mitología morenista en los próximos libros de texto.

Con ese material mentiroso intentarán forjar la mentalidad de las nuevas generaciones. No solo intentan perpetuarse en el poder; su objetivo es a largo plazo. Crear, desde la infancia, la idea de que el gobierno autoritario es una necesidad surgida desde el principio de nuestra historia. Algo no muy lejano a lo que hicieron los nazis con la promoción de la mentira histórica del Reich milenario. No solo en el uso de la propaganda guardan similitudes el régimen del III Reich y la IV Transformación.

Nos dirigimos sin pausa hacia la implantación de un modelo dictatorial. La crítica se castiga. Se acosa la opinión independiente. Se reprimen las manifestaciones. Se manipulan las elecciones. Se falsea la historia. En la medida en que vaya descendiendo la aprobación del gobierno (por la inseguridad y el estancamiento económico), comenzará la represión. Primero de los críticos.

Si Salinas Pliego critica al gobierno, se le lanza el SAT. Si María Amparo Casar revela la corrupción del Gobierno, va la FGR contra ella. “Dentro de la cuatroté todo, contra la cuatroté nada”, es la consigna.

Por una fatalidad histórica, la oposición se encuentra en estado de coma. La ruidosa participación de algunos legisladores en tribuna no se ha transformado en acciones políticas efectivas. La sociedad civil apenas comienza a reorganizarse. Una prueba decisiva será el apoyo que le brinde a María Amparo Casar. De otro modo, no habrá freno al modelo autoritario que se nos trata de imponer, que es el del camino a la servidumbre.

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