Leer es poder

Secretaría de la Propaganda

López Obrador es muy bueno para insultar y colocar frases ingeniosas. De lunes a viernes se planta frente al micrófono para difundir una realidad alterna.

¿Cuál es el mayor logro de este gobierno? La seguridad no (más de 90 mil muertos y las masacres continúan). No la educación (más de 5 millones de niños han desertado de la escuela). La salud menos (más de medio millón de muertos por Covid). Desde luego que no la economía (un millón de medianas y pequeñas empresas quebradas). ¿De qué puede presumir este gobierno? ¿En qué ha sido eficaz? ¿Para qué son buenos?

Resultaron buenos para la propaganda. Eficaces para la mentira. La mañanera es su principal instrumento de gobierno. Todos los días el presidente dedica una hora a la seguridad (de 6 a 7) y dos horas a difundir mentiras (de 7 a 9). De lunes a viernes se planta frente al micrófono para difundir una realidad alternativa. En el país que diario inventa, la pandemia ya se domó, se acabó la corrupción, nuestro sistema de salud es como el de Dinamarca, ya no hay masacres. Goebbels el propagandista nazi es uno de los personajes históricos que más le gusta citar al presidente. No Churchill (“sangre, sudor y lágrimas”), Goebbels (“una mentira repetida mil veces…”).

Mediante la mentira y la propaganda pretenden hacer creer que se transformó la realidad. “En mi gobierno se acabó la corrupción”, dice el presidente y saca su pañuelito blanco. Es uno de sus sketches más socorridos. No le importan las denuncias del enriquecimiento inexplicable de sus funcionarios (Bartlett, Irma Eréndira), ni que ocupemos el último lugar en corrupción de los países de la OCDE, ni que el Inegi, la SFP y MCCI señalen lo contrario. Son buenos para negar la realidad: “son ahorros”, no dinero sucio, dicen ahora a propósito de los sobres que recibió ‘Martinazo’, el hermano menor del presidente.

Las mentiras están dirigidas a las personas con menores estudios y a los que tienen necesidad de creer. Desde la mañanera se arrojan las mentiras y la gente las repite. “¿Por qué no usa usted cubrebocas? Porque el presidente dijo que no era necesario…” El mecanismo es sencillo: 1. El presidente lanza una mentira. 2. Cada hora las estaciones de radio y televisión de todo el país las repiten. 3. La gente hace suyas las mentiras. Un eficaz instrumento de propaganda que se traduce en votos.

De este modo se explican los continuos ataques del presidente a los medios y a los periodistas críticos con su gobierno. Durante años se ha dedicado a deslegitimarlos acusándolos de corrupción. “Recibían dinero del gobierno”, dice. “Pero eso ya se acabó”. Pero no se acabó, simplemente cambiaron los destinatarios. “Chayoteros” les llama a aquellos medios que recibían publicidad a cambio de hablar bien del presidente. La Jornada en prensa, La Octava en radio, Sin Embargo en internet reciben publicidad del gobierno para hablar bien del presidente y fustigar a sus críticos. La Jornada es el medio escrito que más dinero recibe del gobierno. Cumple el papel que El Nacional ejercía para el PRI. Ahí trabajan los moneros del presidente. Su función es meramente propagandística. Chayoteros de la 4T. Los bufones del rey.

López Obrador fue un magnífico líder de oposición; como presidente ha tenido un pésimo desempeño, pero como propagandista se lleva las palmas. Es muy difícil que una frase propagandística se vuelva popular. El frijol con gorgojo, el avión que no tiene ni Obama, primero los pobres, son frases mentirosas pero de enorme impacto. López Obrador es muy bueno para insultar y colocar frases ingeniosas. Como presidente cuenta con un enorme apoyo oficial para el diseño y la difusión de sus mentiras. Jesús Ramírez y Epigmenio Ibarra son los ejes de su equipo de propaganda. Las mañaneras, su vehículo principal. Cuenta en redes con un gran equipo que trolea e insulta masivamente a quienes les señalan desde Presidencia. Todos los que hemos criticado al presidente lo hemos padecido.

El presidente miente, los medios difunden las mentiras y los troles en las redes se dedican a calumniar al que disiente. Hace un par de semanas se dio un paso más al inaugurar una sección en donde con mentiras y medias verdades la Presidencia de la República se dedica a calumniar a los opositores. ¿Qué sigue? ¿El cierre de algunos medios? ¿La desaparición de periodistas? Dice López Obrador que su gobierno no perseguirá a los medios. También dijo que regresaría al Ejército a sus cuarteles.

Mientras un gabinete mediocre se dedica a fruslerías (el hijo del historiador Lorenzo Meyer recorre el país construyendo estadios de beisbol), el área de propaganda del gobierno sigue cosechando éxitos. Eso explica que, con más de medio millón de muertos por Covid, Morena haya sido el partido más votado. Deberían elevar la mentira al nivel de Secretaría de la Propaganda. De esa forma podríamos evaluar sus funciones y abandonar la simulación de que se dedican a difundir las actividades del presidente. La mentira, no lo olvidemos, es una forma de la corrupción.

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