Perspectiva Bursamétrica

Trump 2.0: lo que nos depara el destino en materia económica

Donald Trump está recibiendo una economía creciendo cerca de 3 por ciento anual, con una ininterrumpida creación de empleos que desde 2021 acumula 16.1 millones de puestos.

Donald Trump obtuvo una victoria contundente en las elecciones recientes logrando retomar la presidencia de los Estados Unidos con el control del Congreso, en ambas cámaras por parte del Partido Republicano. Esto hace factible que las promesas de campaña y sus amenazas puedan ser aprobadas o ejecutadas, con una serie de consecuencias en el ámbito político, geopolítico, económico, social, ecológico, tanto en Estados Unidos como en todo el mundo.

Los mercados financieros internacionales han reaccionado, en términos generales, con euforia ante estos resultados, apoyados por la reducción de las tasas por parte de la Fed, prolongando la fiesta en los índices accionarios, en las criptomonedas, en el dólar y en las materias primas, aunque hubo tomas de utilidades o ajustes en los metales preciosos y en los bonos soberanos americanos, lo que nos está diciendo algo.

Donald Trump está recibiendo una economía creciendo cerca del 3 por ciento anual, con una ininterrumpida creación de empleos que desde 2021 acumula 16.1 millones de puestos de trabajo en 45 meses. El empleo está en máximos históricos, con 162 millones de personas contratadas y una tasa de desempleo del 4.1 por ciento. No solo no hubo recesión, tampoco un aterrizaje suave. Pero por el otro lado, el déficit fiscal que se generó al cierre del ejercicio fiscal en septiembre pasado equivale al 6.4 por cientodel PIB. Hoy la deuda gubernamental es de 35 billones de dólares equivalente al 24 por ciento del PIB.

Donald Trump versión 2.0 promete ejercer un proteccionismo más radical, y una política fiscal siperofertista. Propone bajar el tipo del impuesto de sociedades del 21 por ciento al 15 por ciento para las empresas que fabriquen sus productos en Estados Unidos. En cambio, propone derogar los incentivos a las inversiones en energías renovables (Ley IRA). Para los individuos, va a prorrogar indefinidamente los recortes fiscales de 2017 que expiran a finales de 2025, y va a permitir una deducibilidad estándar más alta, y poder deducir los intereses de los préstamos para automóviles, restableciendo la deducibilidad de los impuestos estatales y locales.

En política comercial, Trump propone establecer un arancel básico universal del 10 por ciento al 20 por ciento sobre todas las importaciones. Para China, Trump habla de imponer un arancel del 60 por ciento sobre todas las importaciones, y promete imponer un arancel del 100 por ciento para los automóviles importados de México.

En política energética, Trump quiere derogar los incentivos a las energías verdes y apostar de lleno por las energías fósiles. Piensa eliminar los obstáculos a la construcción de centrales eléctricas, ampliar las exportaciones de GNL y revertir las restricciones a las emisiones de gases de efecto invernadero.

En el corto plazo, la reducción en la tasa corporativa de impuestos al 15 por ciento va a generar una importante inversión de puestos de trabajo en el territorio norteamericano, y un importante impulso a la actividad económica y al empleo. Esto se está dando en un contexto de un ciclo bajista de tasas de interés por parte de la Fed. No esta claro que la manufactura de México se pueda beneficiar de este auge económico, porque el beneficio fiscal esta concentrado hacia la producción dentro del territorio americano. Se espera un desacoplamiento de ambas economías. La imposición de aranceles generalizados a las importaciones estadounidenses también puede generar oportunidades de inversión en EU. Adicionalmente la política antiinmigrante que promete Trump generará, dependiendo del grado de su aplicación, escasez de mano de obra, con una serie de distorsiones en el mercado laboral

Sin embargo, dichas políticas van a tener costos muy elevados para el pueblo norteamericano y para el mundo. La aplicación de aranceles y medidas restrictivas no arancelarias es absolutamente inflacionaria. La reducción adicional de la tasa de ISR y las mayores deducciones van a generar un mayor déficit fiscal, que ya de por sí es insostenible.

Por su parte, el déficit fiscal estructural que tendría la economía sería de 6 por ciento/PIB como mínimo. Es un déficit absolutamente insostenible, e inflacionario. Esto es lo que ya están descontando los mercados de bonos. Las tasas de los bonos a largo plazo están aumentando, y pueden seguir creciendo mucho más. Una política antiinmigrante severa va a general costos laborales más elevados, y cuellos de botella en diversas industrias.

Como puede apreciarse, Estados Unidos se va a convertir en una fuente estructural de inflación para todo el mundo. El alza de las tasas de interés de mercado, de largo plazo, genera un círculo vicioso en las finanzas públicas y van a inhibir la inversión productiva privada. Por lo tanto, pudiera ser que la Reserva Federal no pueda seguir bajando sus tasas como se prevé. La tasa neutral va a aumentar y el ciclo de baja de tasas que acaba de iniciar hace unos meses pudiera tener una vida corta. Trump le apuesta a que en su periodo no se verán las consecuencias de sus políticas, pero la factura pudiera cobrarse pronto. La burbuja bursátil pudiera reventar con el alza de las tasas o con otro factor exógeno y profundizar la recesión, no mañana, pero sí dentro de algún tiempo.

COLUMNAS ANTERIORES

Los diez principales pronósticos de la economía mundial para el 2025
¿Cómo luce el fin de año tras el dato del PIB del tercer trimestre?

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.