Perspectiva Bursamétrica

Algunas notas sobre los ciclos económicos en México

A partir de la expansión que se inició en junio de 1995 nuestra economía se adhirió al ciclo estadounidense. Pero esa correlación está ahora rota.

Por fin, conocimos la semana pasada el primer comunicado del Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México.

México cuenta ahora con un cuerpo colegiado de expertos, que a posteriori, podrán identificar las fechas y las fases de los ciclos económicos; en particular los periodos de recesión.

A lo largo de la historia y en todo el mundo, de forma natural los políticos niegan siempre estar en una mala situación económica y menos en una recesión. Así que es indispensable el contar con este tipo de agencias que puedan emitir de manera totalmente autónoma su opinión.

El organismo está integrado por un muy selecto grupo de expertos que no solo valoran los algoritmos y los resultados que el staff del Comité les presenta, sino que ellos mismos presentan además sus propios modelos para enriquecer el análisis.

Las personas integrantes del Comité son:

1. Gabriel Casillas Olvera, especialista en econometría, teoría monetaria y análisis macroeconómico

2. María de Lourdes Dieck Assad, especialista en econometría, planeación y desarrollo económico.

3. Luis Foncerrada Pascal, especialista en macroeconomía aplicada y política fiscal.

4. Graciela González Farías, especialista en análisis multivariado, series de tiempo y estadística espacial.

5. Jonathan Heath, especialista en teoría monetaria y análisis macroeconómico.

6. Gerardo Leyva Parra, especialista en medición estadística, crecimiento y desarrollo económico.

7. Pablo Mejía Reyes, especialista en macroeconomía aplicada, crecimiento y ciclos económicos.

En su primer reporte, con un análisis que parte del año 1981 a la fecha, el Comité identifica seis ciclos económicos distintos.

En el periodo de análisis que comprende 40 años, se identifican cinco ciclos completos más el vigente que aún no termina, pues aunque con anemia endémica, seguimos en fase de expansión. La fase recesiva tiene una duración promedio de 13.2 meses, parecida a la que se tiene en otras economías como la americana. Por su parte las fases de bonanza o expansión tienen un promedio de vida de 76.6 meses, equivalentes a seis años y cuatro meses y medio.

De respetarse los promedios, después de la última recesión, que tuvimos por la pandemia, y que terminó en mayo de 2020, debiéramos esperar que la fase de expansión durara hasta septiembre de 2026.

Cuando México era una economía cerrada, los ciclos económicos eran claramente identificables con los sexenios presidenciales. Siempre en el primer año de un nuevo gobierno se tenía una muy baja actividad económica y posteriormente se daba una fase de expansión creciente hasta el último año del sexenio, que era el año en que más se crecía. Este patrón de ciclicidad está olvidado.

Por otra parte, tuvimos otra fase más reciente, a partir del ciclo de expansión que se inició en junio de 1995 nuestra economía se adhirió al ciclo económico estadounidense. Pero esa correlación está ahora rota.

Por último sobresale el hecho que la magnitud o profundidad de las recesiones no tiene forzosamente una correlación con la duración de las mismas. Por ejemplo, la recesión de 1994, resultado de una crisis de sobreendeudamiento de la sociedad que nos llevó a la quiebra del sistema financiero, y a una muy grave recesión, pero gracias a la devaluación del peso, y a la fuerte actividad económica expansiva de Estados Unidos, ya dentro del TLC, nos permitió una muy rápida recuperación.

Por otra parte, si analizamos los datos y sus componentes, es desde 2019 que nos hemos desacoplado del ciclo de la economía estadounidense, y que la insuficiencia del gasto de inversión nos está llevando a una tendencia de crecimiento promedio mucho más bajo que en los ciclos anteriores.

Por último, es probable que lo que se conoce como el potencial de crecimiento de nuestra economía esté bajando a cerca de la mitad de donde se consideraba anteriormente este potencial. En lugar de un crecimiento promedio de los últimos 30 años, de 2.3 por ciento anual, se esté considerando ahora un nivel de alrededor del 1.3 por ciento anual.

El Inegi también publicó su estimación preliminar del PIB al segundo trimestre. Según el instituto, el PIB aumentó en 1.9 por ciento anual. Por sectores el primario subió 1.4 por ciento anual a pesar de la sequía. El industrial creció 3.3 por ciento anual a pesar de la caída en la producción de Pemex, y el sector de servicios aumentó 1.0 por ciento anual. Sin embargo, esta estimación nos parece superoptimista, porque para que el trimestre tenga un crecimiento del 1.9 por ciento anual, el IGAE de junio tendría que crecer en cerca de 2.4 por ciento anual.

Presidente de Bursamétrica.

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