Coordenadas

¿La oposición que nos merecemos?

La fracción de Morena en el Senado, encabezada por Monreal, parece ya más crítica que los priistas en la Cámara de Diputados.

Cuando vi la declaración del presidente del PRI, Alejandro Moreno, ‘Alito’, no sabía si reír o llorar, como decía Pedro Ferriz Santacruz.

Me daba risa porque parecía un comentario de sainete.

“El PRI no recibe ultimátum, ni acepta órdenes ni de aliados ni de adversarios”, dijo el dirigente tricolor en su tuiter.

¡Uy, qué miedo!

Y, por otra parte, me daban ganas de llorar cuando percibí que la posible alianza opositora para 2024 estaba haciendo agua antes de comenzar a navegar.

Si así van las cosas, se nos perfila el país de un solo partido, como aquel que vivimos por mucho tiempo y del que pensamos habernos sacudido hace ya más de dos décadas.

Desde hace meses hemos pensado que el presidente López Obrador vive en un universo paralelo.

Pero, creo que su mal es contagioso. Pareciera ahora que algunos de los dirigentes del PRI también viven allí. De hecho, son sus vecinos.

Hasta hace algunas semanas parecía que la dirigencia del PRI, encabezada por Alejandro Moreno, había aguantado vara y se había defendido de los ataques de la 4T articulados por Layda Sansores.

Error, por lo visto.

Pareciera que los amagos de la Fiscalía de Campeche fueron suficientes para doblar al exgobernador.

Cuando la diputada Yolanda de la Torre propuso la iniciativa de reformar la Constitución para extender el plazo en el cual el Ejército podría ejercer funciones de seguridad pública por cuatro años más, parecía ser una opinión excéntrica de una legisladora.

Sin embargo, cuando el líder de la fracción parlamentaria la respaldó, el asunto parecía mucho más serio.

Y ahora, cuando el propio líder del PRI desafía los reclamos de los panistas, ya podemos concluir que todo estuvo maquinado.

El gobierno logró doblar a los diputados y a la dirigencia nacional del PRI.

Obviamente, Alejandro Moreno y Rubén Moreira actúan por sobrevivencia personal.

Su cálculo es que el PRI es un partido sin futuro y que más les vale ser funcionales a quienes van a seguir en el poder.

Prefieren ser el “verde” del futuro antes que ir a los tribunales acusados por algún segmento de la enorme cola que tienen o que les han puesto. Ya es lo mismo.

No todo el PRI es igual.

La respuesta tajante de los senadores priistas ahonda la diferencia que ya existía.

Y no porque todos los senadores sean impolutos. Pero por lo pronto son los que siguen constituyendo la trinchera.

En este contexto, ¿todavía es imaginable una alianza opositora para 2024?

Después de los hechos de ayer, cada día es más difícil, pero no imposible.

Hay dos tipos de priistas. Unos son aquellos que mantienen un compromiso con una visión ideológica que el PRI tuvo a lo largo de los últimos 30 años, con todas sus limitaciones y condicionamientos.

Otros son aquellos que no tienen ideología alguna y se van a acomodar a la visión de quien esté en el poder por interés o por miedo.

El PRI, en lo individual, es una fuerza política que está fuera de combate.

Pero es una formación política que sigue contando con maquinarias, como las tiene el PAN y aun Movimiento Ciudadano.

El problema es que cada una de sus dirigencias está instalada en su sobrevivencia o ambición.

Quizás MC pueda contarse un poco aparte porque su apuesta es de largo plazo, pero no abona en nada a la posibilidad de crear un contrapeso a Morena.

Más allá de la discusión concreta respecto al tema de la Guardia Nacional y el papel de las Fuerzas Armadas, el asunto es cómo se está dando la dinámica política en el Congreso.

La fracción de Morena en el Senado, encabezada por Monreal, pareciera ya más crítica que la fracción priista en la Cámara de Diputados.

Pareciera ahora que la oposición está en Morena.

¿Implicará este hecho una ruptura de la oposición en el Estado de México? ¿Ya no hay camino viable en realidad para la candidatura común en 2024?

Son preguntas sin respuestas claras, pero que van a determinar la historia del país en los siguientes años.

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