Coordenadas

¿Por qué no vacunamos lo suficiente en México?

Continúa existiendo un remanente de alrededor de 18 millones entre las dosis recibidas y las aplicadas, lo que manifiesta un cuello de botella del sistema de salud.

La opinión es casi unánime. La recuperación de la economía va a depender en gran medida del avance del proceso de vacunación. La vacunación dará la pauta de la recuperación

La reapertura de la economía, al margen de las decisiones oficiales, estará basada en la posibilidad de que la gente esté vacunada, y, por lo tanto, en el nivel de confianza necesario para que la movilidad aumente y con ella el comercio y el consumo.

A diferencia de otros países, en México todo indica que no habrá restricciones oficiales, como sucede en otros países en los cuales el pasaporte de vacunación se ha convertido en un documento esencial para acceder a determinados espacios y seguir promoviendo el consumo.

La visión del presidente López Obrador es que en México no habrá ningún tipo de limitación. Sin embargo, eso no quiere decir que no la vaya a haber como resultado de las decisiones que tomen las empresas o incluso de lo que definan los ciudadanos.

Imagine por un momento que el alto nivel de contagio que tenemos hoy se prolonga por varios meses y que determinados lugares públicos como restaurantes o bares empiezan a instrumentar un esquema de pasaporte de vacunación.

Seguramente tendrían un gran resultado en materia de asistencia de consumidores.

El problema para el conjunto de los negocios es el bajo porcentaje de vacunados que todavía tenemos en este momento.

Quienes ya tienen el esquema completo de vacunación representan en México 23 por ciento de la población total.

En la última semana se aceleró el proceso de vacunación y se llegó a un promedio de 728 mil dosis aplicadas cada día.

Aun con este avance, nos faltan varios meses para llegar a 50 por ciento de la población vacunada con el esquema completo.

Si ese ritmo continuara, llegaríamos a la mitad de la población plenamente vacunada probablemente en la primera semana de noviembre.

Llegar a un nivel de seguridad en el avance de la vacunación probablemente nos llevaría a los primeros meses de 2022.

Realistamente, no es de esperar que suceda nada que cambie esta perspectiva.

La parte más complicada para la economía mexicana será entre el tercer trimestre de este año y el primero del 2022, en el cual el mercado interno quizás padezca aún por la tercera ola y aún existan problemas de suministro en diversos segmentos del sector exportador.

En Estados Unidos, el país con mayor disponibilidad de vacunas, el avance del proceso de vacunación es de 50.3 por ciento de la población total con el esquema completo.

En este país el problema es la infinidad de prejuicios para vacunarse. Algunos derivados puramente de la ignorancia y otros derivados de visiones religiosas o ideológicas.

Por esa razón, el avance va a ser lento y va a derivar probablemente de la incidencia de los casos graves entre la población no vacunada, que gradualmente, por experiencia propia, podría ir girando su perspectiva.

En México aún no tenemos un rechazo suficientemente significativo del proceso de vacunación.

La restricción tiene que ver con la disponibilidad de vacunas.

Continúa existiendo un remanente de alrededor de 18 millones entre las dosis recibidas y las aplicadas, lo que manifiesta un cuello de botella del sistema de salud.

No se pueden usar las dosis que se tienen ya disponibles por problemas logísticos en la distribución o humanos en la capacidad de aplicación.

Y, pareciera que AMLO ha tomado la decisión de sostener ‘hasta el fin del mundo’ al doctor López-Gatell, aunque todas las evidencias apunten a que es responsable de no haber diseñado un sistema de vacunación eficiente.

Si el subsecretario sigue, pese al desastre sanitario y económico que su estrategia ha propiciado, es porque no es su estrategia sino la del presidente López Obrador, de la cual López-Gatell ha sido exclusivamente el autor.

Eso quiere decir que más nos vale tener los cirios encendidos para que no tengamos un desastre en el curso de las siguientes semanas.

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