Colaborador Invitado

La gran necesidad de recuperar la educación

Se estima que aún hay 9.6 millones de niñas y niños fuera de la escuela en América Latina y el Caribe.

El autor es director de Investigación en Mexicanos Primero.

La semana pasada se reunieron en Chile representantes de los ministerios de educación de 32 países de América Latina y el Caribe. Su objetivo fue discutir estrategias para garantizar a cabalidad el derecho a aprender de cerca de 125 millones de estudiantes. Una de las herramientas más importantes en este encuentro fue el reporte La Urgencia de la Recuperación Educativa en América Latina y El Caribe, producido por UNESCO. En él, se ofrece un valioso panorama de las tendencias de política educativa en la región, así como un mapeo de los desafíos y oportunidades que los sistemas educativos enfrentan para garantizar el acceso y el aprendizaje de toda la generación joven. El documento aborda de manera comparativa el estado de los sistemas educativos durante el periodo 2019 y 2022, por lo que captura el periodo en el que la pandemia de covid-19 orilló a los sistemas educativos de la región a uno de los cierres de escuelas totales o parciales más largos en la historia de la educación en el mundo. La consecuencia más grave de este periodo es que se agravaron las ya persistentes dificultades en la garantía del derecho a aprender en la región.

Aunque el impacto de esta crisis en el acceso a la escuela logra regresar a niveles previos a la pandemia, se estima que aún hay 9.6 millones de niñas y niños fuera de la escuela en América Latina y el Caribe. Con avances lentos, el problema estructural del abandono escolar aún impide vivir una trayectoria mínima de aprendizaje justo a quienes más lo necesitan. Tanto en el año anterior al inicio de la educación primaria como al final de la secundaria, la tasa neta total de asistencia de los grupos del quintil de más alto nivel socioeconómico supera notoriamente aquella del quintil de menores ingresos. El mismo patrón se replica cuando se compara entre contextos rurales y urbanos; o entre estudiantes indígenas y no indígenas.

De igual manera, el documento muestra cómo las desigualdades sociales y económicas se reflejan en los resultados de aprendizaje. De acuerdo a información comparativa de los resultados de evaluaciones aplicadas en estos sistemas educativos, existe un retroceso en los niveles de aprendizaje que afecta de manera mucho más notoria a aquellos grupos sociales que viven una alta marginación social y económica.

Transformar este escenario adverso requiere generar en todos los países una discusión seria respecto a cómo construir sistemas educativos resilientes capaces de producir mayor equidad. Una primera dimensión a abordar para lograrlo implica aumentar los niveles de financiamiento público que se disponen para la educación.

Durante la pandemia, los países de la región no aumentaron su presupuesto y el sector no fue priorizado con la asignación de fondos adicionales. Esto, a pesar de que durante la pandemia hubo un tránsito importante de estudiantes de la educación privada a la educación pública.

Quizás con la disminución de población en edad escolar que el documento alerta, pudiera lograr hacerse más con un nivel de inversión similar al de la actualidad.

Por otra parte, el documento plantea la necesidad de diseñar e implementar políticas y programas enfocados en la recuperación de los aprendizajes académicos y socioemocionales. Considerando sobre todo el efecto negativo que la pandemia tuvo sobre los grupos más marginados, la reactivación de los sistemas educativos requiere una mirada inclusiva. Esto inicia por revincular a quienes ya no están y por implementar medidas compensatorias como tutorías personalizadas y la extensión de la jornada escolar.

Finalmente, además de una mayor inversión y del foco en el fortalecimiento de aprendizajes, el documento plantea la necesidad de mejorar la gobernanza de los sistemas educativos, priorizando la participación articulada de agentes estatales y de múltiples actores por la mejora educativa. Y velando, además, por la mejora en las condiciones laborales y de formación inicial y continua de maestras y maestros.

En México, los tiempos abren el horizonte para una discusión de altura sobre el rumbo del sistema educativo nacional. Durante los últimos años, muchos de estos retos han sido invisibilizados o abordados de manera errática. La gran necesidad de recuperar la educación debe ser una prioridad para todo el país y debe tener al centro la misión de volver a construir más y mejores aprendizajes, con un genuino espíritu de equidad y justicia social.

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