Colaborador Invitado

Repensando la Gestión de Fronteras en el Día Internacional del Migrante

La gestión de las fronteras no debe ser un ejercicio de fuerza y exclusión, sino un proceso que reconozca la dignidad y los derechos de todos los seres humanos.

Nadine Cortés, abogada especialista en gestión de políticas migratorias internacionales

En el Día Internacional del Migrante, es crucial reflexionar sobre las políticas migratorias actuales. Año tras año, la militarización de las fronteras y la construcción de muros se han convertido en respuestas predominantes a los desafíos de la migración. Sin embargo, estas estrategias, lejos de ser soluciones efectivas, han demostrado ser ineficaces y costosas, tanto económicamente como en términos humanos.

La militarización de las fronteras ha transformado estas zonas en espacios de alta tensión y conflicto. La presencia de tropas, tecnología avanzada de vigilancia y medidas severas de control han creado un escenario donde la seguridad se convierte en vulnerabilidad para los migrantes. Esta paradoja de la seguridad, que busca proteger las fronteras nacionales, termina generando escenarios de mayor riesgo y vulnerabilidad para aquellos que buscan cruzarlas en busca de mejores oportunidades o huyendo de situaciones adversas en sus países de origen.

Por otro lado, los muros físicos en las fronteras, como los ejemplos de Estados Unidos con México, España con Marruecos, e Israel con Palestina, han demostrado su ineficacia en detener el flujo migratorio. Estas enormes estructuras, más que ser barreras efectivas, se han convertido en símbolos de división y hostilidad. El costo de construir y mantener estos muros es astronómico, y el precio humano es aún más desolador: pérdidas de vidas en intentos desesperados por cruzar, familias separadas y sueños truncados.

La implementación de políticas restrictivas como el Título 42 y el Título 8 en Estados Unidos ha llevado a violaciones sistemáticas de los derechos humanos de los migrantes. La expulsión masiva de migrantes sin el debido proceso legal y el trato inhumano en los centros de detención son solo algunos ejemplos de cómo estas políticas han exacerbado la crisis humanitaria en las fronteras. Estas prácticas no solo son contrarias a los valores fundamentales de los derechos humanos, sino que también han demostrado ser inefectivas en abordar las causas subyacentes de la migración.

Frente a estas estrategias punitivas y disuasorias, es imperativo proponer alternativas centradas en la humanidad y la eficacia. Esto incluye la implementación de procesos de asilo justos y eficientes, la creación de vías legales y seguras para la migración, y el desarrollo de políticas que aborden las causas fundamentales de la migración. Las causas de la migración son diversas y complejas, incluyendo la inestabilidad política, la pobreza, el cambio climático y la violencia. Solo abordando estas causas de raíz se pueden encontrar soluciones sostenibles a largo plazo.

La gestión de las fronteras no debe ser un ejercicio de fuerza y exclusión, sino un proceso que reconozca la dignidad y los derechos de todos los seres humanos. Es crucial desarrollar un enfoque más compasivo y pragmático que reconozca la migración como un fenómeno natural y esencial de nuestra historia como humanidad. La migración ha sido una constante en la historia humana, y su gestión debe reflejar nuestra interconexión global y nuestra responsabilidad compartida hacia nuestros semejantes.

Es importante también destacar el papel que pueden jugar las organizaciones internacionales y regionales en la gestión de la migración. La colaboración internacional es clave para desarrollar políticas migratorias que sean justas y efectivas. Esto incluye la inversión en el desarrollo económico y social de los países de origen, la creación de programas de trabajadores temporales, y el fortalecimiento de los sistemas de asilo y protección internacional.

En conclusión, en este Día Internacional del Migrante, debemos instar a una reflexión profunda y un cambio de paradigma en nuestra forma de abordar la migración y la gestión de fronteras. Es esencial orientarnos hacia un enfoque que respete los derechos humanos, reconozca la contribución positiva de los migrantes a las sociedades receptoras, y busque soluciones que sean efectivas y humanas. Debemos recordar que la migración es un fenómeno natural y antiguo de la humanidad, y como tal, debe ser gestionado con respeto, dignidad y compasión.

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